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miércoles, 14 de marzo de 2012

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Fidel Castro: comandante en jefe de ETA

Carlos Wotzkow
"¡Ni es de cubanos, ni lo será jamás, meterse en la sangre hasta la cintura, y avivar con haz de niños muertos, los crímenes del mundo: ni es de cubanos vivir, como el chacal en la jaula, dándole vueltas al odio!"

José Martí*
Fidel Castro acaba de ordenar a ETA poner fin a la tregua que mantenía desde septiembre de 1998. La información, nada sensacional para los cubanos que conocemos el modus operandi del dictador cubano, era el paso a esperar después que José María Aznar se la diera de amigo del pueblo de Cuba en la mismísima guarida de su asesino. Desde el Bogotazo, Castro es uno de los principales padrinos de los grupos terroristas de extrema izquierda. Fue él quien entrenó y armó a los campesinos de Guatemala (desde territorio mexicano), a los tupamaros de Uruguay, a los irlandeses del IRA alojados a finales de los 70 en Tarará, a los sandinistas, a los comunistas suizos y chilenos que participaron en el atentado contra Pinochet, a los asesinos de Sendero Luminoso, a los narcotraficantes de Noriega, a los inditos con conciencia revolucionaria de Tirofijo y el subcomandante Marcos y claro, entre muchos otros, también él ha sido el sostén condicional de ETA desde que España mostró interés en reconquistar a Cuba.
Desde que Castro se instauró en el poder, Cuba ha devenido un santuario de terroristas a escala mundial. Las 26 guerrillas centro y sudamericanas contaron con nuestro país como base de entrenamiento y refugio. Lo mismo representó Cuba para los africanos (musulmanes o no) y para algunos marxistas asiáticos a los que China no hacía entonces mucho caso. Así fue, hasta que el campo socialista dejó de subvencionar la economía cubana y el terrorismo exportado desde el archipiélago tuvo que cambiar su destinatario. Desde entonces, los recursos militares del castrismo han estado dirigidos a chantajear a todos aquellos gobiernos que se muestren inflexibles con sus "demandas económicas por la vía diplomática". Este método parece estar dando buenos resultados al régimen cubano no sólo en Colombia (donde chantajea a Pastrana por un acuerdo con las FARC), o en México (donde manipula las ofensivas zapatistas de Chiapas a su antojo), sino también en Europa, donde recientemente ha tomado las riendas de ETA.
Después de finalizada la Cumbre Iberoamericana de La Habana, el fin de la tregua anunciada por ETA es, a juzgar por su larga y conocida amistad con la revolución cubana, la prueba más reciente de lo que antes he afirmado. No obstante lo evidente, este hecho deja ahora ver un giro en 180° con relación a la ayuda que ambas partes se solicitaban desde principios de la década del 80. Los pocos etarras que hasta entonces creían luchar contra España y Francia por la independencia de un supuesto país vasco ocupado, se han transformado hoy en marionetas atrapadas por los asfixiantes compromisos del régimen de Castro. Son, por decirlo de alguna forma, los espías comunistas del castrismo contra el parlamento de Bruselas. Meros sustitutos de los que en su momento para él trabajaron en Francia (en sedes diplomáticas), o sus equivalentes actuales en México, Venezuela, República Dominicana, y Estados Unidos.
El laboratorio y el caldo de cultivo para atraer y desarrollar a todas estas alimañas no podía ser mejor. La sociedad cubana de hoy es, merced a la propaganda castrista, una de las más tolerantes con la pena de muerte. Un sitio donde Amnistía Internacional no tendría cabida ni por asomo y un país donde, por añadidura, algunos de sus opositores más notables han llegado a reconocer como comprensibles y necesarios los métodos terroristas que Fidel Castro aplicó para derrocar al dictador Batista. Estos (periodistas independientes), nos han dejado saber que la ideología que promueve el degüello de las mujeres argelinas, o las bombas que asesinan a los niños irlandeses, o el tiro en la nuca contra los demócratas del país vasco es algo diferente a asesinar por un puñado de dinero(1). Es decir, son objetores pacíficos de la marca del cuchillo, pero no de la puñalada. Y como que así lo expresan ¿qué esperar de ese gobierno sanguinario y déspota que así mismo les induce a justificar algunos crímenes?
No voy a inmiscuirme en los problemas que existen entre algunos radicales vascos y el resto de los españoles porque eso, entre otras cosas, es un tema que no me interesa en lo absoluto. Sin embargo, sí voy a opinar sobre sus métodos y la utilización de Cuba, mi país, como el santuario y base de operaciones de terroristas y terrorismo culpable de tanta carnicería y tan poco respeto por la vida ajena. O sea, me importa un pito los motivos que lleven a un asesino de ETA o del GAL a matar, pero sí me interesa que mueran inocentes y que Cuba, sirva de guarida a esos malhechores sólo porque es gobernada por otro asesino al que nadie, ni siquiera los jueces y políticos españoles, se atreven a poner en un banquillo. Que Cuba sea un refugio paradisíaco y conocido para los terroristas del mundo no significa que todos los cubanos lo aprueben. Pero vayamos a los hechos que nos ocupan y refresquemos la memoria de aquellos que no quieren recordar.
En 1984 Fidel Castro convence a Felipe González de concentrar a los etarras en Cuba bajo el compromiso de que si él los controlaba (sin dejarles salir), el otro jamás pediría su extradición a España. Este acuerdo se lleva a cabo a espaldas del pueblo español, pero además, por encima de la memoria de todas las víctimas del terrorismo y con la presión indispensable de ciertos intereses económicos que por obvios, no hacen falta repasar aquí. Durante los últimos años del corrupto gobierno de Felipe González, y mientras este se tiraba fotos en Tropicana rodeado de mulatas semidesnudas, ya ETA entraba y salía de Cuba como Pedro por su casa, y ya se organizaba merced a la ayuda de Fidel como lo que hoy ya es: una organización reciclada para servir a los intereses del Partido Comunista de Cuba y dedicada a asesinar en España a cualquier demócrata que le cierre el camino al mercado Europeo.
El juez parisino Lawrence Lever da a la opinión pública francesa una información que la española apenas quiso difundir a su pueblo. Cuba, desde 1990, estaba recibiendo a todos los etarras que se hayaban escondidos en República Dominicana, Venezuela, Nicaragua y México para ser entrenados por un oficial de la contrainteligencia cuyo nombre era Renán Montero (5). Al mismo tiempo, Dennis Guzmán (responsable cubano de las relaciones con los refugiados de ETA) y Esteban Rivero (reponsable de las Relaciones en América Latina) garantizaban a ETA abrir una delegación en La Habana con cobertura periodística si ellos espiaban a su vez al Ministro de Nicaragua Humberto Ortega y a su propio entrenador Montero (quien había organizado el servicio del contraespionaje de los sandinistas), y de quienes Cuba sospechaba eran agentes al servicio de la CIA.
Según decía en Cuba Rafael Vázquez, un agente de Castro que introdujo armas en Guatemala vía México, la Seguridad cubana pudo estimular los llamados "impuestos revolucionarios" desde que los miembros de HB consultaran sus acciones al servicio secreto de Cuba. Es de esos encuentros de los que salió la declaración en que se aseguraba que "las relaciones entre el movimiento de liberación nacional vasco y el régimen de Castro eran más profundas que nunca", ya que el MININT (Ministerio del Interior cubano), "aprecia mucho cualquier lucha que haya en el mundo y, por supuesto, la de ETA." En 1992, ETA establece de forma oficial su "Cuartel General en La Habana" después que Jokin Gorostidi (miembro de la mesa nacional de HB) recibiera la autorización del mismísimo Ricardo Alarcón. Luego, los incidentes en la embajada española en La Habana dan pie para que Castro (un criminal que nunca necesita excusas) dejase de informar a España sobre aquello que guardase relación con sus temidos terroristas. Es más, ni la lista tendrían2 dada la urgente necesidad del régimen de lograr dinero y coaliciones en España por medio del chantaje.
En 1993 dos coroneles del MININT sacan de República Dominicana a miembros de ETA y los libran así (a pesar de la hostilidad diplomática que ello pudiera implicar en un país que respete a sus instituciones democráticas) de una inminente extradición a España. En abril, y viendo que Felipe González no chistaba en lo más mínimo por la protección al terrorismo, Castro comienza a pasar su factura a ETA. A partir de entonces las tareas "independentistas" de esa banda deben ser compartidas por el trabajo de espionaje que les exige Cuba y entre cuyas primeras misiones estuvo realizar un estudio de la permeabilidad fronteriza en la Comunidad Europea (3). El apresamiento del etarra José María Dorronsoro y la lectura de su computadora lo confirma todo. "Para Cuba este es un tema complicado, que van a ayudarnos, pero que están valorando mucho el que salga bien pues de lo contrario todos tenemos gran responsabilidad y estos no son tiempos de regalar nada a nadie." (3)
El 1995 las autoridades españolas reconocen públicamente que España no puede ni quiere reclamar a los terroristas de ETA protegidos por Castro en Cuba. Ese mismo año, los servicios secretos franceses desvelan que la relación entre ETA y el PCC (Partido Comunista de Cuba) son "fraternales, constantes, estratégicas y cada vez más profundas" (4). Mientras tanto, Izquierda Unida ya se suma a ETA y empieza a actuar codo con codo a HB por una Euskal Herria Libre de partidos de derecha. En 1996 llega a Cuba un grupo de seis etarras desde Panamá. El objetivo es el de desplazar sus capitales a la isla para comenzar a autofinanciar el entramado terrorista sin interferencias policiales. La cobertura, más que conocida por el Juez Garzón, es la de empresas que importan y exportan "productos" entre Euskadi y Cuba. El cierre del diario EGIN y los registros en varias empresas vascas van a confirmar con sus ordenadores los vínculos económicos iniciados en aquel entonces entre ETA y Castro.
Para los que no se acuerdan, las difíciles relaciones de José María Aznar y de Fidel Castro reflejadas en la Cumbre Iberoamericana en Isla Margarita, van quedando poco a poco atrás a medida que Aznar obtiene más permisos de inversión en Cuba. Como Felipe González, el nuevo presidente español, da la impresión de ser todo un demócrata y por tanto, tolerante de pactar incluso con Hitler si se lo sacan del infierno. Sin fotos de mulatas, Aznar envía a Cuba a su policromado camaleón político. Es a partir de entonces que Abel Matutes asume la labor de explicar al pueblo todo aquello que fuese asquerosamente inexplicable. A saber, su deseo de invertir más que el PSOE en Cuba esclavizando a los cubanos, su deseo de interferir por préstamos para Castro ante la Comunidad Europea, su lealtad para enfrentar a los americanos por lo de la ley Helms Burton y por supuesto, su firme y calculado deseo de no tocar el tema de ETA para no lastimar la sensibilidad del anfitrión cubano, y a pesar de dar con ello la espalda a la memoria de varios concejales vilmente asesinados.
En ese acuerdo mutuo por pasar la página de ETA en Cuba, Fidel Castro y la prensa del PP publican más de 10 veces una nota en la que el dictador cubano llama valiente a José María Aznar, y en la que también elogia la ecuanimidad con que salió del auto que él mismo ordenó dinamitar. Para nadie es un secreto que Castro gusta quitarse los obstáculos políticos de forma rápida y espectacular (no olvidemos el atentado que él organizó en 1979 contra Anastasio Somoza), pero la prensa española, siempre servil al gobierno de turno y a los hombres poderosos no lo quiso ver así. No me queda la menor duda que en ese atentado, donde todos exaltaron los elogios de Castro a José María Aznar, hubo una orden de Fidel. Piensen si no, quiénes fueron las principales víctimas de ETA hasta que Aznar se doblegó a las exigencias del dictador cubano y comenzó a trabajar para él en favor del éxito de la Cumbre Iberoamericana.
El Sr. Matutes, al que los españoles debieran nombrar Ministro de Asuntos sin Importancia, suplicó a La Habana en 1998 que no amparara a los prófugos ni les permitiera volver a la clandestinidad. Pero lo hacía, porque ya todos sabían en Madrid que ETA seguía entrando y saliendo de Cuba para informar, descansar y planear sus operaciones con pasaportes expedidos en el Comité Central (6). Ese es el año en el que José Coderch ve su plácet retirado como embajador y el mismo en el que Julio Anguita e Izquierda Unida cumplen las orientaciones de ETA (previa visita a La Habana7) y firman el pacto Estella junto a Xabier Arzalluz y el portavoz de HB Arnaldo Otegi. Paralelamente, esa es la campaña que utiliza Arzalluz (obviamente instruido desde el mismo centro de operaciones) para atacar en todos sus discursos electorales y con métodos endémicos castristas (8), a la libertad de prensa. Se desvela entonces, su deseo de convertir a Euskal Herria en un país libre de demócratas y de corte stalinista.
Es cierto que algunos periódicos en España (el ABC, por ejemplo) notaron la forma críptica y eufemística en que Aznar esquivaba el tema de los terroristas operando desde Cuba, pero también es cierto que el presidente Aznar siguió encubriendo los vínculos de Castro y ETA para no desatar la ira familiar de los sacrificados concejales. Creyendo que el tirano renunciaría al espionaje que el grupo terrorista realizaba para él, o a las simpatías que ETA y HB profesaban por su revolución, el presidente español seguía "los caminos diplomáticos" sin exigir a Castro que controlara los movimientos y mucho menos, sin posibilidades de pedirle un tratado de extradición que permitiera hacerles pagar sus crímenes. Entonces, llega la cumbre y comete su peor error: se las da de hombre libre en la isla cautiva y peca por partida doble. Castro ordena el fin de la tregua de ETA y reactiva sus alianzas para sustituir el privilegio de los españoles por el derecho inversionista de los vascos en la isla.
¿Por qué España no despierta y exige a Aznar un poco de mano firme respecto a este asunto? Porque no lo saben. ¿Por qué la clase política española no limita a Castro en su apoyo al terrorismo? Porque al parecer no les interesa ¿Por qué España es el único país europeo donde el terrorismo es cada vez más fuerte? Porque hay un estado detrás que los estimula sin que nadie lo critique ¿Por qué cada día Francia hace más contra ETA y España cada vez menos? Porque ETA le ha cogido la baja y chantajea a toda su clase política. ¿A qué se debe tanto tartamudeo político? A los intereses económicos. ¿Quién cree que el comunicado de ETA tenga alguna razón después de lo logrado con el acuerdo de Lizarra? Nadie, excepto aquellos que por esos intereses mencionados estén dispuestos a dejarlo todo tal y como está. Estas preguntas parecen tener además otra respuesta. La prensa que informa al público español no es libre. Desde el periódico local menos leído, hasta los más grandes en España, todos están limitados por objetivos políticos muy precisos. El PP ha prohibido cualquier tipo de escándalo político contra él y al que no lo acate, seguramente le cerrarán el pico por "colaborar con banda armada."
¿Por qué, en todo lo relativo a Cuba, Aznar no hace más que cacarear sobre el nido equivocado? (10) Porque está en juego recobrar la influencia política en Cuba y para lograrlo, importa al parecer muy poco el número de muertos que deje ETA en el camino. El deseo de influir en Cuba es posible si se compra a Castro y este, ya ha dado muestras de tener un precio tanto en dólares como en euros. El castrismo está biológicamente agotado y por tanto, hay que ganarle "la siempre fiel" al exilio que reside en los Estados Unidos. Hay que difamar a esos desterrados, hay que transmitir por la televisión que allí hay secuestradores de niños balseros (8). O retransmitir con satisfacción y varias veces y durante dos días, que Fidel Castro ha "descubierto" un complot de la Fundación Cubano Americana para asesinar a su "hermano" Hugo Chávez. El marrano, como llaman a Aznar las mujeres del grupo parlamentario socialista, quiere informar a los españoles todo lo malo que hacen esos adversarios cubanos al norte del estrecho, y aunque todo el mundo sepa que el que pudre las entrañas de España se llama Fidel Castro.
Bienne, Noviembre 1999
*Los Pinos Nuevos. Discurso pronunciado por José Martí en el Liceo Cubano de Tampa, el 27 de noviembre de 1891, en conmemoración de los estudiantes de medicina asesinados en 1871 por los voluntarios españoles.
1.- Viera, M. J. (1999): Cuba enjuicia el terrorismo. Cubanet. Marzo 17, 1999.
EFE (1999): ETA anuncia el fin de la tregua a partir del 3 de diciembre. El País Digital. Domingo 28 Noviembre 1999.
2.- Wotzkow, C. (1999): Radio Televisión Española: nuevo instrumento político de Fidel Castro para América y Europa.
3.- Zuloaga, J.M. y J. Pagola (1997): El servicio secreto cubano planeó sacar de la República Dominicana a "Antxón" y a otros cinco terroristas. ABC Lunes, 24 Noviembre 1997.
4.- Arostegui, M. (1997): Cuba ayudó a la ETA, dicen documentos. El Nuevo Herald. Sábado 27 de diciembre 1997.
5.- Miguez, A. (1999): Terroristas de ETA se trasladan a Cuba desde varios países iberoamericanos. Diario Las Américas. Edición del 17 noviembre de 1997.
6.- Larraya, J. M. (1998): La presencia de etarras en Cuba impide normalizar las relaciones con España. El País. Enero 28, 1998.
7.- AFP (1999): Desde la Isla. Delegación. Noticias de Cuba El Nuevo Herald. Julio 1999.
8.- Muñoz-Alonso, A. (1998): Un Castro vasco. ABC Edición del 31 de Agosto 1998.
9.- RTVE (1999): Niño balsero crea conflicto internacional entre Cuba y los Estados Unidos. Radio Televisión Española Internacional. Martes 30 de Noviembre 1999.
10.- Europa Press (1999): Aznar advierte a ETA que se equivoca cuando desoye el clamor de la sociedad por la paz. El País Digital Domingo 28 Noviembre 1999.

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