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viernes, 29 de junio de 2012

Tiempo perdido.


Consultorio médico. Al fondo edificio post-revolución.

No sería muy original si dijera que el gobierno actual de Cuba, continuación veterana de aquel que comenzó en el '59... ha dejado nuestro país en una completa y absoluta ruina.

Desde sus inicios, los Castro han esgrimido los más increíbles argumentos para perpetuarse en el poder hasta el final de sus días y a estas alturas creo lo lograran. Al parecer se irán al infierno (si es que existe) sin que hayamos podido impedírselo. Claro, cuando hablo de "impedírselo", me refiero al desastre en el que han sumido a nuestro país. Yo jamás le quitaría al diablo semejantes almas, ¡no soy tan cruel!


La mayor de las Antillas, hoy llena de frases pintarrajeadas en cualquier esquina, muere de miseria y frustración; edificios coloniales, patrimonio de todos los cubanos, que se caen a pedazos; nueva arquitectura dispar y disparatada; pueblos de miradas ansiosas, desconfiadas y temerosas; infraestructuras industriales casi extintas o en paupérrimas condiciones; escuelas convertidas en centros de lavado de cerebros en los que niños y jóvenes aprenden Intolerancia y Radicalismo como asignaturas añadidas; cárceles que recuerdan a campos de concentración nazis; hospitales donde la higiene al parecer también emigró en una balsa y las cucarachas son las dueñas absolutas. Ni hablar del transporte público o de la monstruosa inflación que desangra los bolsillos de los cubanos.
El transporte público en Cuba es más que deficitario.

Para esquivar la autocrítica, los defensores de la arbitrariedad y tozudez castrista siempre tienen a mano razones tan originales como el "cruel bloqueo" y la inminente "invasión norteamericana".


Claro que, aún cuando les amamantaba la URSS, los edificios eran horribles y de muy mala calidad. La industria o la agricultura tampoco crecieron por méritos propios, ni la red de acueductos y alcantarillados, que hoy es el quebradero de cabeza para los habitantes de cualquier ciudad cubana, especialmente en La Habana, tuvo un buen desarrollo.


Ya pueden decir lo que quieran los que hoy reprimen al disidente, los que van a esos actos de repudio (tan repudiados en si mismos por lo que significan), los que no son capaces de ver el yugo que les ha sido impuesto. Los hechos son irrebatibles: el modelo socialista ha sido un fracaso estrepitoso y lo único que lo mantiene es el miedo a ser juzgados y condenados por un pueblo harto de excusas y frases vacías.

Las carestías de agua en cualquier ciudad cubana son frecuentes.
La cuestión que me preocupa es: ¿cuánto tiempo tardará mi país en recuperarse después de más de medio siglo de ser administrado sin sentido de la responsabilidad y sin amor a su pueblo? ¿Cuánto tardará el pueblo cubano en volver a disfrutar de cosas tan sencillas y tan grandes, como aquellos carnavales espectaculares de La Habana, que eran la competencia directa de los de Río de Janeiro? ¿Cuando podremos, todos los cubanos, decir: mi tierra es libre y ahora es su pueblo quien verdaderamente tiene el poder?


*Originalmente publicado en mi blog: http://ajiguaguao.blogspot.com.es/

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