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viernes, 27 de julio de 2012

@lajovencuba #Habana #Venezuela Oswaldo Payá, El Gandhi cubano


La muerte del político disidente cubano Oswaldo Payá, en un accidente de automóvil aún sin aclarar, representa un importante golpe para el futuro de la oposición al régimen castrista. Payá era el líder del Movimiento Cristiano de Liberación, adscrito a la Internacional Democristiana, y cuyo objetivo principal era luchar pacíficamente por la libertad y la reconciliación nacional. Algunos le calificaban como el "Gandhi cubano".

Esa lucha pacífica por los derechos humanos y la libertad de los cubanos no sólo le habían granjeado el respeto de la dividida oposición al castrismo sino que su figura de luchador trascendió los límites de la isla caribeña, como lo demuestra la concesión en el año 2002 por el Parlamento Europeo del premio Sajarov o las consecutivas campañas para que se le concediera el Nobel de la Paz. En 1998 lideró el Proyecto Varela en el que proponía una serie de cambios en la legislación para instaurar en Cuba la libertad de asociación, libertad de expresión, libertad de prensa, elecciones libres, libertad de empresa y amnistía para los presos políticos. Un proyecto fundamentado en la Constitución que los castristas rechazaron.

Con la desaparición de Payá se abre una nueva etapa, mucho más difícil, para la oposición cubana porque no existe en ella un líder con la capacidad de estadista y de limar asperezas para la construcción de una transición política que presidió la vida del líder democristiano. Considerado por unos un agente del imperialismo y acusado por otros de mantener una oposición suave al régimen por oponerse al embargo estadounidense a la isla, Payá sin embargo logró alcanzar en ocasiones consensos como el del Programa Todos Cubanos que tenía como objetivo la progresiva democratización del régimen castrista.

Enfrentado al lobby cubano de Miami, a la iglesia católica de Cuba -se opuso al último viaje del Papa a la isla- y a la política cubana de Washington, Oswaldo Payá había emergido como la figura más independiente de la oposición, lo que hacía depositar esperanzas de una transición "a la española" en la isla.

Por todas esas razones, el régimen de Castro le temía y su vida fue un rosario de detenciones, deportaciones y seguimientos policiales que proyectan dudas razonables sobre la verdad del accidente que le costó la vida. A la espera de que estas se esclarezcan, la oposición cubana haría bien en recoger la siembra de un disidente que ha sido un ejemplo, tanto en sus capacidades políticas, como en su ideario basado por encima de todo en la persona humana.

Leer más: http://www.lavanguardia.com/opinion/editorial/20120727/54330323378/el-gandhi-cubano.html#ixzz21sLwbUcu

 

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