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domingo, 16 de diciembre de 2012

#España #PP nos prohibió hablar nada sobre #Carromero que molestara a la tiranía cubana”


La disidencia cubana, y en concreto el Movimiento Cristiano de Liberación (MCL) que lideraba Osvaldo Payá, uno de los dos opositores muertos en el accidente que llevó a la cárcel al político del PP Ángel Carromero, denuncia cómo ha llevado el Gobierno español el caso que, en las próximas semanas, permitirá al joven ‘popular’ cumplir su condena en España. Según asegura a El Confidencial, hace meses que no han mantenido ningún contacto con el PP y, la última vez, fue para ordenarles silencio.

“Desde hace meses no hemos vuelto a tener contacto. Concretamente, desde la última reunión de la Internacional Demo Cristiana en Roma. Y entonces nos dijeron que no podíamos hablar nada que molestara a la tiranía cubana”, asegura un portavoz del MCL a El Confidencial tras conocerse el acuerdo entre el Gobierno español y la dictadura castrista que permitirá a Carromero cumplir los cinco años de condena en España.

También la Embajada española en La Habana, y siguiendo las indicaciones de Madrid, ha preferido mantenerse distanciada de la oposición cubana, dando un giro así de 180 grados a la tradicional postura del PP instaurada durante el mandato del ex presidente José María Aznar. El pasado 12 de octubre, por ejemplo, se redujeron al mínimo los actos para celebrar la Hispanidad, una cita en la que durante los Gobiernos de Aznar se agasajaba a la disidencia y que, en la época de Rodríguez Zapatero, se eliminó. “Han reducido los contactos al mínimo -insiste el MCL- prácticamente se han limitado a decir que cuando Ángel salga (de Cuba) se sabrá la verdad”. La familia de Payá y otros grupos disidentes mantienen que el accidente no fue tal y que un vehículo de la Seguridad cubana les persiguió y les echó de la carretera.

El régimen cubano condenó a Carromero a cuatro años de prisión como responsable de la muerte en accidente de tráfico de Osvaldo Payá y Harold Cepeda, al considerar que condujo de manera temeraria. El Gobierno español, desde el primer momento, optó por el silencio y por no incomodar al régimen para conseguir lo que, en principio, parece haber logrado: que Carromero cumpla la condena en España y deje los calabozos de la isla. Cuando esté aquí, apuntan fuentes de Exteriores, el discurso cambiará, “pero hasta entonces hay que ser muy prudentes”, insisten, sabedores de que están en manos de los Castro.

No ingresar en prisión

Aunque el objetivo de la diplomacia española era que el régimen cubano expulsara a Carromero a España y no tuviera así que cumplir condena en nuestro país –por eso, y asesorado por la Embajada, no recurrió la sentencia, algo que habría alargado el proceso-, el acuerdo entre los dos países acepta la condena de Carromero.

Carromero fue condenado por un delito de homicidio imprudente a 4 años de cárcel por lo que la Dirección General de Instituciones Penitenciarias española podría conceder directamente a Carromero el tercer grado penitenciario sin necesidad de que tuviera que cumplir antes un periodo de seguridad y someterse a una vigilancia telemática.

Según el artículo 36 del Código Penal sólo "cuando la duración de la pena de prisión impuesta sea superior a cinco años, el Juez o Tribunal podrá ordenar que la clasificación del condenado en el tercer grado de tratamiento penitenciario no se efectúe hasta el cumplimiento de la mitad de la pena impuesta". A su llegada a España, informa Ep, la Junta de Tratamiento de la cárcel que le corresponda tendrá que estudiar el expediente penitenciario resultante de su estancia en Cuba, y establecer su clasificación entre primer grado (aislamiento), segundo grado o tercer grado (régimen abierto).

A la hora de conceder un tercer grado, se tienen en cuenta aspectos como el arraigo, el hecho de tener un trabajo o que no represente riesgo para la sociedad o que no sea reincidente, elementos que serían de aplicación en el caso de Carromero. Fuentes penitenciarias consultadas por Europa Press advierten que este tipo de gestiones no suelen hacerse de un día para otro por lo que es posible que Carromero tuviese que permanecer un tiempo en prisión mientras se realizan estos trámites.

Cuando un ciudadano español preso en Cuba pide su traslado a España, este país tiene que ofrecer a las autoridades de la isla una "indicación aproximada de cómo se cumplirá la condena en el Estado de cumplimiento y la fecha de extinción de la pena o medida", según establece el convenio bilateral de traslado de condenados entre España y Cuba.

http://www.elconfidencial.com/espana/2012/12/15/ldquoespana-nos-prohibio-hablar-nada-sobre-carromero-que-molestara-a-la-tirania-cubanardquo-111216/

sábado, 6 de octubre de 2012

Treinta horas


Me quisieron impedir llegar al juicio a Ángel Carromero. Alrededor de las cinco de la tarde del 4 de octubre, un amplio operativo a las afueras de la ciudad de Bayamo detuvo el auto en que viajábamos mi esposo y yo, junto a un amigo. “Ustedes quieren boicotear al tribunal”, nos dijo un hombre vestido completamente de verdeolivo, para inmediatamente proceder a detenernos. El operativo tenía las dimensiones de un arresto hecho contra una banda de narcotraficantes o de la captura de un prolijo asesino en serie. Pero en lugar de tan amenazantes personas, solo había tres individuos que deseaban participar de oyentes en un proceso judicial, asomarse al interior de la sala de un tribunal. Le habíamos creído al periódico Granma cuando publicó que el juicio era oral y público. Pero ya saben, Granma miente.
No obstante, al arrestarme, en realidad me estaban regalando experimentar periodísticamente el otro lado de la historia. Vivir en la piel de Ángel Carromero cómo se estructura la presión alrededor de un detenido. Saber en carne propia los intríngulis de un Departamento de Instrucción del Ministerio del Interior. Lo primero fueron tres mujeres uniformadas que me rodearon y me quitaron el móvil. Hasta allí era una situación confusa, agresiva, pero todavía no tenía visos de violencia. Después, esas mismas fornidas señoras me introdujeron en un cuarto e intentaron desnudarme. Pero hay una porción de uno mismo que nadie puede arrancarnos. No sé, quizás la última hoja de parra a la que nos aferramos cuando se vive bajo un sistema que lo sabe todo sobre nuestras vidas. En un mal y contradictorio verso quedaría como “podrás tener mi alma… mi cuerpo no”. Así que me resistí y pagué las consecuencias.
Después de ese momento de máxima tensión le llega el turno al policía “bueno”. Alguien que se me presenta diciendo que lleva el mismo apellido que yo –como si eso sirviera de algo- y que le gusta “dialogar”. Pero la trampa es tan conocida, se ha repetido tanto, que no caigo. Me imagino de inmediato a Carromero sometido a la misma tensión de amenaza y “buen talante”… difícil sobrellevar algo así por largo tiempo. En mi caso, recuerdo haber tomado aliento y después de una larga diatriba contra la ilegalidad de mi arresto me quedé repitiendo por más de tres horas una sola frase “Exijo que me dejen hacer una llamada telefónica, es mi derecho”. Necesitaba una certeza y la reiteración me la daba. El estribillo me hacía sentirme fuerte frente a personas que han estudiado en la academia los diversos métodos para ablandar la voluntad humana. Una obsesión era todo lo que me urgía para enfrentarlos. Y me obsesioné.
Después de una larga diatriba contra la ilegalidad de mi arresto me quedé repitiendo por más de tres horas una sola frase “Exijo que me dejen hacer una llamada telefónica, es mi derecho”
Por un rato parecía que había sido en vano mi insistente cantaleta, pero después de la una de la madrugada me permitieron hacer la llamada. Unas pocas frases con mi padre, a través de una línea evidentemente pinchada y ya todo quedaba dicho. Podía entonces entrar en la otra etapa de mi resistencia. La llamé “hibernación”, porque cuando se nombra algo es como sistematizarlo, creérselo. Me negué a comer, a beber cualquier líquido; me negué al examen médico de varios doctores que trajeron a revisarme. Me negué a colaborar con mis captores y se los dije. No podía despegar de mi mente el desvalimiento de Carromero en más de dos meses lidiando con aquellos lobos que alternaban con el papel de oveja.
Una buena parte del tiempo toda mi actividad la filmaba una cámara que un sudoroso paparazzi manejaba. No sé si algún día pondrán alguna de esas tomas en la televisión oficial, pero organicé mis ideas y mi voz para que no pudieran ser transmitidas menoscabando mis convicciones. O les mantienen el audio original con mi demanda, o tienen que repetir la chapuza de sobreponerle la voz de un locutor. Traté de hacerles lo más difícil posible la edición posterior de aquel material.
Solo hice un pedido en 30 horas de detención: necesito ir al baño. Yo estaría preparada para llevar la batalla hasta el final, pero mi vejiga no. Después me llevaron a un calabozo-suite. Había pasado horas en otro que tenía una rara mezcla de barrotes y cortinas, con un terrible calor. Así que llegar al salón más amplio, con televisor y varias sillas, que desembocaba en una habitación con una cama realmente apetecible fue un golpe muy bajo. Solo de mirar el estampado de las cortinas, tuve el presentimiento que era el mismo lugar donde habían hecho la primera grabación que circuló en Internet de las declaraciones de Ángel Carromero.
Aquello no era una habitación, era un set. Lo supe de inmediato. Así que me negué a acostarme sobre la sobrecama recién tendida y a poner mi cabeza sobre las tentadoras almohadas. Me fui a una silla en un rincón y me acurruqué. Dos mujeres vestidas de militar me vigilaban todo el tiempo. Yo estaba viviendo el deja vú de otro, el recuerdo del escenario en el que transcurrieron los primeros días de detención para Carromero. Ya lo sabía y era duro. Una dureza que no estaba en el golpe o en la tortura, sino en la convicción de que no se podía confiar en nada de lo que ocurría dentro de esas paredes. El agua podía no ser agua, la cama más bien parecía una trampa y el doctor solícito estaba más cerca del soplón que del galeno. Lo único que quedaba era sumergirse en los abismos del “yo”, cerrar las compuertas con el afuera y eso hice. La fase “hibernación” derivó en un letargo auto provocado. Ya no pronuncié una palabra más.
Para cuando me dijeron que me “iban a trasladar hacia La Habana”, me costó despegar los párpados y mi lengua parecía salirse de la boca por los efectos de la prolongada sed. Sin embargo, yo sentía que los había vencido. En un último gesto, uno de mis captores tendió su mano para ayudarme a subir al microbús donde también estaba mi esposo. “No acepto cortesía de represores”, lo fulminé. Y volví a tener un último pensamiento para el joven español que vio torcerse su vida aquel 22 de julio, que tuvo que bregar entre todos aquellos engaños.
Al llegar a casa supe de los otros detenidos y de que la propia familia de Oswaldo Payá no pudo entrar a la sala penal. También del pedido de siete años hecho por el fiscal contra Ángel Carromero y de la condición de “concluso para sentencia” en que quedó el juicio de este viernes. Lo mío era solo un tropezón, el gran drama sigue siendo la muerte de dos hombres y el encierro de otro.
Yoani Sánchez
La Habana
* Este artículo fue publicado hoy en el diario EL PAÍS.

martes, 4 de septiembre de 2012

Ofelia Acevedo no asistirá al juicio de #Carromero

Ofelia Acevedo no asistirá al juicio de Carromero


martinoticias.com / Radio Martí
septiembre 04, 2012

Ofelia Acevedo, viuda del opositor Oswaldo Payá Sardiñas, declaró al diario español La Razón que no piensa ir al juicio del joven español Angel Carromero, quien será enjuiciado en Cuba por conducir el vehículo en el cual fallecieron Payá y el disidente Harold Cepero.

Acevedo explicó que no está de acuerdo con los cargos que le imputan a Carromero, porque la versión dada por el gobierno sobre el accidente del 22 de julio en provincia Granma está repleta de irregularidades.

La viuda de Payá reiteró su opinión de que el accidente fue algo provocado, porque su esposo había recibido amenazas de muerte, y en el pasado la Seguridad del Estado había saboteado un vehículo de la familia.

Además, dijo que jamás ha podido conversar con los sobrevivientes, o sea el político español Angel Carromero y el joven político sueco, Aron Modig.

Acerca de la vida de Payá y las amenazas que recibía, Ofelia Acevedo comentó que  siempre se sentía amparado en la fe tan grande que tenía en Dios, y en la justicia que  planteaba, la cual incluía cambios pacíficos para establecer una democracia en Cuba.

http://www.martinoticias.com/content/article/14306.html

sábado, 11 de agosto de 2012

El amor no pasará. Por OFELIA ACEVEDO (elmundo orbyt es)


Mi tristeza a veces se convierte en dolor que aprieta mi pecho; otras, en angustia que me impide respirar. Y entonces salgo a buscarlo, me parece que oigo su voz, que siento sus pasos... Dios, ¡cómo extraño sus llegadas a casa!
Cada vez que Oswaldo tenía ocasión, un breve tiempo libre tras concluir algún trabajo en los hospitales de la ciudad que le llamaban para hacer su trabajo, silenciosamente me sorprendía su abrazo. La taza de café, que diariamente le llevaba a la cama para que empezara su día, está -como yo- vacía. Cuánto me reprocho haberme quedado esa noche en casa de mi mamá. No pude despedirlo en la puerta como otras madrugadas en las que viajaba de igual manera…
El martes 31 de julio, a las nueve menos cuarto de la noche, pasados nueve días de la muerte de Oswaldo, recibí una citación oficial para comparecer al día siguiente a las 11 de la mañana en la Dirección General de Criminalística, sita en el municipio de Boyeros, para «ventilar asuntos relacionados con la responsabilidad civil derivada del accidente». Según me dijeron, querían saber si nuestra familia reclamaría indemnización al joven español Ángel Carromero, a quien probablemente instruirían de cargos por ser el conductor del vehículo siniestrado donde viajaban mi esposo Oswaldo Payá y Harold Cepero Escalante y en el que ambos resultaron muertos. Hasta hoy nadie me ha comunicado oficialmente la muerte de mi esposo.
Mis tres hijos y yo expresamos al oficial que nos citó que no reclamaríamos ni aceptaríamos ningún tipo de indemnización porque no estábamos de acuerdo con la versión oficial que los órganos de la Seguridad del Estado habían presentado por la televisión nacional. Ni estábamos de acuerdo con la responsabilidad que, derivada de esa versión, pretendían imponer a Ángel. Añadimos que permanecemos reclamando poder entrevistarnos con él, sin la presencia física de algún miembro de la Seguridad del Estado.
No conocí personalmente a estos muchachos, a Ángel Carromero y Jens Aron Modig, quienes por edad pueden ser hijos nuestros. Oswaldo me dijo de ellos que son jóvenes políticos que deseaban conocernos porque saben de nuestra propuesta civilista y del trabajo del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) durante tantos años, que querían expresarnos su solidaridad y apoyo.
¿Cómo iban a imaginar estos jóvenes, nacidos en Madrid y Estocolmo, que tales intenciones son «ilegales» para una dictadura; que sentarse a conversar tranquilamente cerca del mar con mi hija, sobre inquietudes sociales y políticas, sobre la realidad social en sus respectivos países y compartir puntos de vista, está «prohibido» y «constituye una injerencia en los asuntos internos» de otro país, de este país sometido por más de medio siglo al despotismo de un grupo de individuos en el poder?
¿Cómo entender que es «ilegal» facilitarles a mi esposo y a Harold viajar hasta Santiago de Cuba, para que éstos -y no ellos, como quiere hacer ver la propaganda intimidatoria y manipuladora del Gobierno cubano- pudieran encontrarse con miembros del MCL? ¿Por qué no pueden entrar en Cuba con visas de turistas? ¿Acaso si hubieran expresado su deseo de venir a la isla a visitar a mi esposo les hubieran dejado las autoridades entrar en nuestro país? ¿Qué tipo de visa necesitan para eso? ¿Por qué es ilegal que nos visiten turistas? ¿En qué parte del mundo son delitos estos hechos? Sí, puede que también en Corea del Norte ocurra lo mismo.
Todo el que conoció a Oswaldo Payá, de dentro o de fuera de Cuba, sabe que a nadie se le ocurría venir a organizar ninguna estructura dentro del Movimiento, ni tan siquiera a decirle cómo hacerlo. Mucho menos a estos jóvenes, que provienen de ambientes políticos que hace muchos años son amigos del Movimiento Cristiano Liberación; que respetaban y admiraban mucho a mi esposo y toda su obra pacífica por los derechos, la libertad y la democracia para Cuba.
Esa gran mentira que ha querido la Seguridad del Estado que declare el joven sueco sobre lo que venían hacer a Cuba, es suficiente para saber que nada que estos muchachos declaren o hayan declarado públicamente, mientras se encuentran cautivos o bajo el control represivo de las fuerzas de la Seguridad del Estado, se puede tener en consideración. La Historia nos ha demostrado eso muchas veces cuando de regímenes totalitarios se trata.
Mi familia y yo pedimos que una comisión internacional independiente del Gobierno cubano investigue los hechos. Agradecemos a todos los que se han sumado y siguen sumándose a nuestra lucha por llegar a la verdad de lo sucedido. Lamentamos mucho que Ángel Carromero esté aún detenido, deseamos que pronto se encuentre con su familia. No conocemos ninguna prueba verificable, ningún elemento o indicio, que me demuestre una conducta imprudente de Ángel. Estoy segura de que Oswaldo Payá no le habría permitido cometer ninguna infracción del tránsito. Mi esposo sabía la gran responsabilidad que tenía para con los que con él viajaban.
Deseamos que sea liberado. Quizá sólo cuando hable con Ángel sabré qué pasó realmente esa tarde del 22 de julio, cuando ellos se acercaban a la ciudad de Bayamo y una nube de polvo ocultó el momento en que todas las fuerzas del mal descargaron todo su poder sobre la cabeza de mi esposo, destruyendo brutalmente la fuente de su pensamiento y su palabra. Pero el amor es más fuerte que la muerte. Y como él mismo dice: «Trabajamos y luchamos con amor por Cuba y con la esperanza puesta en las capacidades, el valor, la solidaridad y la buena voluntad de todos los cubanos. Buscamos todos los derechos para todas las personas».
El amor no pasará. Por eso su obra y la obra de todos los miembros del Movimiento Cristiano Liberación que junto a él han luchado durante todos estos años y continúan luchando, no pasará.

OFELIA ACEVEDO es la viuda del disidente cubano Oswaldo Payá y nueva dirigente del Movimiento Cristiano Liberación.

http://elmundo.orbyt.es/2012/08/11/tu_mundo/1344720703.html

sábado, 4 de agosto de 2012

#España La madre de Carromero pide a los medios “prudencia” para no perjudicar la defensa de su hijo






Pide que no se hagan “investigaciones paralelas haciendo uso de datos personales”, ya que esto “perjudica gravemente su capacidad de defensa y facilita la acusación y agravamiento del proceso” al que se enfrenta su hijo

La madre de Ángel Carromero, Isabel Barrios Díaz, ha asegurado que su hijo tenía en vigor el permiso de conducir cuando se produjo el accidente de tráfico en el que murió Oswaldo Payá y ha pedido alos medios de comunicación prudencia para no perjudicar la defensa de éste ya que, ha recordado, “lleva casi medio mes retenido en un calabozo a la espera de una decisión judicial” de las autoridades cubanas, informa Europa Press.

En una carta abierta a la que ha tenido acceso esta agencia, Isabel Barrios declara que sólo ha podido hablar un par de minutos con su hijo y pide que no se hagan “investigaciones paralelas haciendo uso de datos personales” mientras Carromero se encuentra “incomunicado” y pendiente de una decisión fiscal ya que, entiende, esto “perjudica gravemente su capacidad de defensa y facilita la acusación y agravamiento del proceso al que se enfrenta”.

“Ángel es una persona de profundas convicciones religiosas que le han hecho entablar relaciones con distintos colectivos cristianos dentro y fuera de nuestro país. Es una persona honesta y responsable que, en contra de lo que se ha publicado, tenía en vigor su permiso de conducir y no ha estado nunca inmerso en ningún procedimiento penal”, ha expuesto Isabel Barrios.

Según el reporte, la madre de Ángel Carromero, dirigente de Nuevas Generaciones del PP, se queja en su carta de las “especulaciones e inexactitudes” y justifica el “prudente silencio” que ha mantenido su familia en la confianza, dice, de que “todos” desean que éste regrese cuanto antes a casa.
En este sentido, ha agradecido las gestiones realizadas por el Gobierno, los partidos políticos y la “prensa europea y sueca”.

Tras pedir “más prudencia, respeto y responsabilidad”, Isabel Barrios ha reclamado a los medios españoles que “actúen como si fuera su propio hijo el que lleva casi medio mes retenido en un calabozo a la espera de una decisión judicial”.

Carromero se encuentra en prisión provisional en La Habana “instruido de cargo por homicidio” por las autoridades cubanas por el fallecimiento de Payá y Harold Cepero. El pasado 30 de junio, relató en un vídeo que el accidente se debió a un error de conducción suyo y que no fueron embestidos por otro vehículo, como sospecha la familia de Payá.

Fuente: http://www.cubaencuentro.com/cuba/noticias/la-madre-de-carromero-pide-a-los-medios-prudencia-para-no-perjudicar-la-defensa-de-su-hijo-279013

domingo, 29 de julio de 2012

#España El oficialista (@iroelsanchez) acusa de conspiracion a (Ángel Carromero y Jens Aron Modig)

Iroel Sánchez @iroelsanchez <-- Esta Rata oficialista ya comezo a crearle cargo de conspiracion contra la dictadura de Cuba a (Ángel Carromero y Jens Aron Modig) otra de las patrañas de la de los asesionos Castros

Aqui puede leer sus acusaciones: Lo que dicen la lógica y Twitter pero ocultan lo medios sobre Ángel Carromero y Jens Aron Modig http://lapupilainsomne.wordpress.com/2012/07/28/lo-que-dicen-la-logica-y-twitter-pero-ocultan-lo-medios-sobre-angel-carromero-y-jens-aron-modig/

miércoles, 25 de julio de 2012

#EEUU #Canada AMANAZAS E INTRIGAS EN LA MUERTE DE PAYÁ

Si Carromero habla puede ser asesinado en prisión"

El español que viajaba con Oswaldo Payá está detenido porque conducía el vehículo siniestrado. Fariñas lo ha calificado de "asesinato en frío".

Audio de entrvista con Fariñas: http://fonoteca.esradio.fm/2012-07-24/entrevista-a-guillermo-farinas-47012.html

esRadio 2012-07-24
Rosana Laviada ha entrevistado en Es la Mañana... al disidente cubano Guillermo Fariñas quien ha lamentado la pérdida "de un gran hermano, un gran patriota" y ha apuntado que "la familia está muy consternada".
Fariñas ha contado que "he conversado con los hijos y la hija plantea que el padre la llamó para decirle que estaba siendo seguido por otro coche, que estaba siendo embestido por la parte posterior". Por ello, ha calificado lo sucedido "de un hecho claro de asesinato en frío".
El disidente cubano ha explicado que "están intentando aparentar un accidente, porque estaba siendo un año decisivo para la obtención del premio Nobel por la Paz de Oswaldo Payá y no querían que un disidente lo obtuviera en las circunstancias políticas en las que se está desarrollando Cuba".
Además ha apuntado que "a la misa de las 8 acudieron todas las tendencias políticas que hay en Cuba dentro de la disidencia, incluso acudieron personas que desde el punto de vista político y hasta personal no tenían las mejores relaciones con Oswaldo". Sin embargo "vinieron a rendirle homenaje porque todos los cubanos han entendido que es un gran patriota".
"Cuando el cadáver llegó a las 4:10 a la iglesia de Santo Tomás en El Cerro hubo un aplauso que duró 16 minutos y no continuó porque la familia pidió que no se siguiera porque se empezó a gritar libertad", ha relatado Fariñas que ha añadido que "es el mejor homenaje que se le puede hacer".
Ángel Carromero en peligro
En el accidente había un español, Ángel Carromero, de Nuevas Generaciones del PP. "Esta persona está bajo custodia judicial, pendiente de un juicio y una condena por un delito de homicidio involuntario" ya que conducía el coche.
Como ya apuntó ayer Carlos Alberto Montaner en esRadio, Carromero puede estar en peligro. Guillermo Fariñas ha subrayado que "si habla más de lo adecuado para el Gobierno puede ser asesinado en prisión por un prisionero común" y ha deseado "oír la versión de Carromero cuando esté en España en libertad".
Por último, ha pedido "a todos los gobiernos del mundo que soliciten al Gobierno cubano un gesto de buena fe para que permitan la entrada a una comisión de peritos internacionales puesto que los peritos que van a decir lo que pasó son del Ministerio del Interior, son personas del régimen".