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lunes, 14 de septiembre de 2020

"Cuba" Francotiradores cubanos que azuzan la rebelión desde lejos

CiberCuba
Cubano mirando al horizonte desde el Malecón habanero Foto © CiberCuba

 

En paralelo a la profundización de la crisis que asola a Cuba y padecen la mayoría de los cubanos ha surgido una generación de francotiradores emigrados que azuzan, desde lejos y a resguardo del hambre y el G-2, la rebelión de las masas, apuestan por el embargo total e insultan a sus paisanos que no han tenido la oportunidad de irse del país.

Ningún cubano es carnero: Cuba es un pueblo sufrido, empobrecido y vejado por una casta verde oliva con discurso y prácticas delirantes que solo persiguen su mantenimiento en el poder durante todo el tiempo posible.

La mayoría de la población cubana son ancianos que recuerdan con dolor la desigualdad y pobreza que padecieron en la república, la represión desatada por Batista y sobremueren con el corazón partido en dos porque agradecen a la revolución tener una casa desvencijada y que sus hijos y nietos hayan estudiado, aunque ahora no puedan verlos ni besarlos porque emigraron.

En Cuba apenas queda población joven y muchos de los que permanecen, sueñan con irse al extranjero; circunstancia demográfica a la que se une el conservadurismo de las personas mayores, casi siempre reacias a los cambios, como le ocurre a Raúl Castro Ruz, que pasó de reformista multiplicador de vasos de leche a jefe del ejército en un noticiero.

Sería desolador suplantar el totalitarismo castrista con otro monólogo totalitario que excluya a buena parte de los cubanos porque militaron en la juventud o el partido comunistas, porque fueron militares, cederistas, federadas o pioneros; como pretenden hacer algunos que en Cuba estuvieron calladitos todo el tiempo, luego abandonaron a sus familias para emprender dura emigración y ahora se autoerigen en padres de la patria.

Un viejo personaje cubano ha vuelto con fuerza: El capitán Araña, famoso por formar y alentar una tropita a la que dejó abandonada y se puso a resguardo del peligro. La novedad en los nuevos capitanes arañas, que empujan sin darse golpes, es el ejercicio aplicado de la desmemoria, como si el aeropuerto cubano por donde emigró tuvo en ellos el efecto de máquina del tiempo.

Cuba no debe construir su futuro basada en hombres pródigos, desmemoria selectiva y la repetición de la limpieza ideológica que el castrismo impuso y practica con desfachatez e impunidad; hasta un día.

Quizá los francotiradores se han puesto nerviosos ante lo que ya anuncian como el inminente desplome de la dictadura y pretenden hurtarle el natural protagonismo que la historia y la política conceden a quienes permanecen malviviendo bajo las botas represivas, por delante de quienes -libremente y en ejercicio de su derecho- pusieron tierra por medio.

No existe un solo caso de transición a la democracia en que los emigrados hayan tenido un papel protagónico frente a los adentrinos que -en el caso de Cuba- posibilitará un consenso entre los sectores reformistas de la dictadura, incluido los militares inteligentes, la maltratada y perseguida oposición y los activistas; acompañados por Estados Unidos, la Unión Europea y la vanguardia de la emigración cubana.

Azuzar desde lejos una revuelta popular que desate una noche de San Bartolomé en Cuba constituye uno de los peores ejercicios de cinismo y cobardía y otro ejemplo de la desmesura baldía y melancólica de algunos emigrados sin valor suficiente para volver a La Habana y encabezar la rebelión de los vegueros.

Solo los cubanos que padecen y sufren los embates diarios de la dictadura comunista deben decidir sus acciones y formas de lucha política; a los emigrados corresponde ser leales y fraternos compañero de viaje de aquellos que sufren, aportar ideas y defendiendo que cualquier cambio vaya presidido por civismo, democracia e igualdad de oportunidades.

Cuba no se ha democratizado porque su Gobierno tiene miedo, la oposición aún no consigue centrar una agenda de cambio a favor de todos y en contra de nadie, la mayoría de los emigrados contribuye de manera generosa y decisiva al sostenimiento del status quo por solidaridad con su familia en forma de remesas y recargas y porque el pensamiento contemporáneo, salvo excepciones, carece de visión estratégica.

Los cimientos del cambios palpitan en Cuba como nunca antes: Capital humano, gusto por vivir bien, conocimiento más objetivo de la vida en el extranjero, crisis de legitimidad política del gobierno y una anemia perniciosa de la economía.

Si alguien duda de la capacidad de muchos cubanos para crear riqueza y bienestar, solo debe asomarse a los capítulos de terror maoísta del noticiero de televisión para ver cuantos han ido aprovechando las pequeñas rendijas que abre el egoísta e insensato poder para crear empresas y generar actividad económica rentable; esa virtud no está al alcance de los carneros, sino de hombres y mujeres virtuosos, que también son sus clientes, reconocen su esfuerzo y se espantan ante la represión.

De igual manera actúa buena parte del despreciado sector empresarial estatal, ruinoso por imposición comunista, pero con dirigentes bien formados, expertos en simular y que viven instalados en la economía de trueque; pero conociendo los efectos devastadores del chavismo en la economía cubana y añorando una reforma estructural.

Cuba tiene buenos obreros, buenos técnicos medios, buenos universitarios en toda las ramas; nobleza y capacidad de emprendimiento que asusta a América Latina y el Tercer Mundo y padece los peores políticos, a los que ahora se suman vocingleros jurando venganza eterna y otras guaperías de cerebros fallidos.

Un horror no debe suplantarse con otro horror, aun cuando haya cubanos justamente dolidos porque el castrismo arruinó sus vidas y haciendas; pero deberán asumir la pragmática conducta de perdón sin olvido para evitar que Fidel Castro Ruz y sus acólitos impongan su final neroniano.

Un médico, un soldador, un panadero, un maestro no serán mejores o peores por su militancia política, sino por el desempeño cabal o descuidado de sus funciones y su capacidad para servir a los demás. El pueblo cubano no es el lumpen del castrismo residual embotado de alcoholes destilados clandestinamente y jugando dominó, sin oficio ni beneficio; como tampoco el exilio son la minoría de vagos y maleantes que aparecen en la prensa por fraudes y enredos típicos de la cultura de la pobreza.

Cuba y su pueblo merecen lo mejor; solo debe librarse de la plaga que acongoja a la nación, incluidos los gatillos alegres del pugilato emigrado y ese ombliguismo que nos persigue desde aquel Martí pretencioso, que creía impedir "a tiempo" con la independencia de la isla, la expansión norteamericana en América Latina; igualitico que cubanos inflamados que se consideran llamados a desempeñar un papel crucial en las elecciones de noviembre, en un país de más de 230 millones de ciudadanos habilitados para votar; como si Donald Trump dependiera del sufragio cubano-americano y no de los norteamericanos que reconocen sus cualidades.

Una Cuba plural, tolerante, rica y solidaria será el mejor triunfo sobre el totalitarismo de fusilados, ahogados en el Estrecho de la Florida, parametrados por ideología, raza y sexualidad, escasez crónica disfrazada de pobreza digna y mendicante de dólares y euros, discursos plagados de mentiras y trucos; y ofrecería una imagen impagable: El PCC pasaría de ser hegemónico a minoritario por votación popular.

Tomado de: https://www.cibercuba.com/noticias/2020-09-14-u191143-e191143-s27068-francotiradores-cubanos-azuzan-rebelion-lejos

 

 

 

 

 

 

lunes, 16 de julio de 2012

#Guantanamo LA CARTA RENUNCIA AL INRA Y AL EJÉRCITO REBELDE DE MANUEL ARTIME


UNA CARTA HISTÓRICA Y PROFÉTICA A MENOS DE UN AÑO DEL TRIUNFO REVOLUCIONARIO

Sierra Maestra, 7 de noviembre de 1959

Dr. Fidel Castro Ruz

Primer Ministro del Gobierno Revolucionario; Presidente del INRA; Presidente de la Comisión Nacional de Fomento del Turismo.

Comandante en Jefe de la Fuerzas Armadas

Comandante:

No sé si después de escribir estas líneas pueda seguir viviendo, o no sé si seguiré viviendo con el adjetivo denigrante "traidor" delante de mi nombre.

De lo que sí estoy seguro, es de que a mi conciencia le llegó el momento de negarse a trabajar por una causa que no es la misma que llevó a los cubanos al clandestinaje, al exilio, a la guerra y a la muerte.

Por eso no me importa que Ud. el día de mañana quiera desintegrar mi prestigio y mi honra (yo sé que lo va a hacer) ante un pueblo que aun tiene fe en Ud. porque no ha vivido en el seno del Ejército Rebelde y del Instituto Nacional de Reforma Agraria como he vivido yo.

No sé de qué me acusará ante el pueblo, si de inepto, de borracho, de ladrón, de batistiano, de marihuanero, de pepillo o de alguna otra cosa que se le suele endilgar a los que no quieren engañar al pueblo y se niegan a seguir en la comparsa roja.

Sólo sé que después de haber oido de sus labios el asunto de la carta de Trujillo en que se "alababa" a Huber Matos, creo que usted es capaz de falsificar una carta con mi firma confesando que he asaltado el Banco Nacional.

Pero prefiero ser escueto, Comandante; después de la última reunión del INRA, en la cual oí de sus labios el plan completo para comunizar a Cuba, muy poca fe me quedó en Ud.

Pero tratando mi cerebro de aferrarse a una última tabla, traté de disculparlo y me dije: "Esto lo hace para tratar de tranquilizar al ala roja", como antes pensaba: "De esto Fidel no sabe nada".

Pero ahora después de la canallada que se le ha hecjho a quien nunca estuvo conjurado con nadie, a quien siempre le planteó verticalmente y de frente el problema comunista, a quien Ud. mismo estimuló varias veces a mantenerse firme, a quien fue el héroe del cerco de acero a Santiago de Cuba, a Huber Matos Benitez, yo creo comandante Fidel que el problema de Cuba no es plantearse hasta que punto hay infiltración comunista en este Gobierno Verde Olivo, sino hasta que punto hay infiltración Verde Olivo en este Régimen comunista.

Y ahí está Huber Matos, el héroe que cometió el delito de ser sincero en una carta particular a Ud. Ahí está, desnudo en una celda, cuidado por cancerberos fieles al "glorioso" Piñeiro, al "valiente" "Barba Roja", ahí está impotente frente a la calumnia que pesa sobre él.

No, Comandante, los traidores a la revolución no son los Huber Matos. Los traidores a la revolució son los que la han prostituido, volviéndola roja.

Por eso yo renuncio a mi puesto en este Ejército Rojo y a mi cargo como Segundo Jefe de la Zona O-22 "Ciro Redondo" de Desarrollo Agrario del I.N.R.A,

Por eso, y por los puntos que le paso a exponer:

1- Porque no quiero engañar al guajiro, diciéndole que va a haber reparto de tierra (como Ud. prometió en La Sierra Maestra y sigue prometiendo todavía), cuando sé, porque Ud. mismo lo dijo en la última reunión del INRA, que no se iba a dar tierra a nadie, que solo crearíamos cooperativas en tierras que serían del Estado, pero que el campesino no debía saberlo. ¿Por qué Ud. no es sincero con ese campesino que dio su vida por hacer libre a Cuba y que espera justicia?

2- Porque me niego a engañar al guajiro diciéndole que el día de mañana ellos serán los dueños y administradores de las cooperativas, sabiendo que Ud. personalmente nos ha dicho que el administrador ha de ser siempre el Estado y observando en la práctica que no hay la más leve intención de formar al guajiro para que ocupe el día de mañana esa administración.

Sea sincero con ese campesino, Comandante, dígale la verdad, dígale que va a seguir siendo jornalero, ahora del Estado y que no será propietario. Dígale además, que las ganancias de esa cooperativa van a ser limitadas.

3- Porque no quiero engañar al pueblo que cree que la Reforma Agraria está haciendo pequeños propietarios y que está estructurando Cooperativas.

Dígale la verdad, dígale que lo que Ud. ha hecho es volver jornalero del Estado al jornalero del terrateniente. Y ponga su nombre a esas Cooperativas falsas que Ud. hace llamar "Haciendas Comuneras". Y dígale sinceramente al pueblo, no tema, como se llama el régimen que hace ese tipo de "haciendas comuneras": "Régimen Comunista".

Se lo está diciendo, Comandante, quien ha hecho 34 de esas "haciendas comuneras", creyendo que de verdad iban a ser verdaderas cooperativas, en que el campesino iba a ser dueño de la tierra, y recibiría cursos de capacitación para administrar las cooperativas. ¿No se acuerda la cantidad de veces que Ud. dijo que nuestra zona era la primera de Cuba? ¿Y cuando la felicitó por televisión?

4- Porque no quiero engañar a los comerciantes y bodegueros y decirles que las "Tiendas del Pueblo" solo se harán en el campo y solo cobrarán un 10 % de ganancias, y que esto se hace para obligar a los demás comercios del campo a no cobrar un precio abusivo al infeliz campesino; cuando usted mismo ha dicho por sus propios labios en la última reunión del INRA, que con las tiendas del pueblo haríamos como en la guerra: que empezaríamos en el campo, y cuando el campo fuera nuestro, tomaríamos las ciudades. ¿ No se acuerda?

¿Tampoco se acuerda que nos dijo que cuando una bodega ofreciera resistencia poniendo las precios más bajos que nuestras "Tiendas", pusíeramos los precios por debajo del costo aunque perdíeramos? ¿No se acuerda que nos entregaron un folleto sobre tiendas del pueblo, y que el antiguo bolchevique universitario, hoy Capitán Núñez Jiménez aclaró que el folleto era "confidencial", pues si se daba a la publicidad ocasionaría una batalla contra todos los comerciantes y bodegueros?

Sea sincero con su pueblo, Comandante Castro, diga a todos que los comercios y bodegas pasarán a manos del estado o sucumbirán por la competencia del Estado, y dígales como se llama el régimen en que todos los negocios están en manos del Estado: Régimen Comunista.

5- Porque me niego a engañar a los industriales y a los que sueñan en invertir en industrias nuevas, diciéndoles que el gobierno estimulará la iniciativa industrial privada, habiendo oido de labios suyos el plan para fomentar industrias estatales de todo los tipos que producirán a más bajo costo que las privadas y obligarán a éstas a cerrar o a vender al Estado. Después de haber oido al Che Guevara decir que estuviéramos atentos a cualquier tipo de industria nueva que se quisiera poner para comunicárselo inmediatamente al INRA, pues no quería que cualquier particular se le adelantara al Estado. Después de oirle sugerir que el control del permiso para industrias nuevas debía pasar de Agricultura al INRA, para vigilar esto de más cerca.

Sea sincero con los industriales, Comandante Castro, dígales que más tarde o más temprano, sus industrias serán del Estado. Y dígale al pueblo, Comandante Castro, como se llama el Régimen donde las industrias son manejadas por el Estado: Régimen Comunista.

6- Porque me niego a presenciar el hambre que vendrá sobre Cuba por querer implantar esa comunización violenta con hombres ineptos aun para hacer esto.

Claro que comprendo que éste es el momento que Ud. espera, para con la justificación económica del caos, intervenir estatalmente toda la economía del país y cerrar con justificación y con broche de oro, este ciclo de conversión comunista de la isla de Cuba.

7- Porque he sido engañado, vilmente engañado, por los que me estimularon a luchar contra el comunismo en el seno de las Asociaciónes Campesinas , haciéndome cree que tenía el respaldo oficial si procedía con mano izquierda y con diplomacia.

Por creer eso, nos enfrentamos al conocido y mediocre líder comunista en Contramaestre y Mafo, Rodríguez Rivas, que fue enviado por el Capitán Antonio Pérez (Jefe del Buró Agrario del Ejército, organización comunista, aparentemente disuelta) a trabajar a Manzanillo entre los campesinos, porque en Manzanillo no lo conocían como comunista.

Por creer eso nos enfrentamos a esa otra organización comunista, que esconde sus intenciones bajo el nombre de uno de los mártires más puros de la revolución: "La Federación Provincial Campesina Frank País".

Y en respuesta a todos nuestros trabajos y sacrificios, y después de lo de Huber Matos, me entero de que el camarada Rivas ha sido nombrado en el I.N.R.A. de Manzanillo y se me ordena que disuelva los Comandos Rurales y se me "aconseja" que no ataque más al comunismo y que me haga "el de la vista gorda".

Yo sé que quien me dijo esto, me lo dijo por mi bien, y solo cumplía órdenes, pero yo sé retirarme a tiempo y no tengo la nobleza de Huber de esperar sentado a que me desprestigien, para ser conducido después a una prisión donde no podría ser útil a mi patria.

8- Porque me niego a seguir escuchando esas marchas de las milicias juveniles donde se inculca al niño un caudillismo estúpido y absurdo, esas marchas que oía por las noches en las calles de Manzanillo: Uno, dos, tres, cuatro, viva Fidel Castro Ruz.

9- Porque me niego a seguir tolerando que se inculque un adoctrinamiento marxista al Movimiento Revolucionario y a los nuevos maestros que suben a la Sierra.

10- Porque me niego a seguir pasando la vergüenza de que se escoja en el mismo pueblo donde yo repetía que este gobierno no era comunista, a una mujer comunista, que no hizo revolución, para asistir con Vilma Espín al Congreso Latinoamericano de Mujeres, y que se desprecie a tantas mujeres manzanilleras valiosas que arriesgaron sus vidas en pro de nuestra causa verde-olivo.

Por eso, Comandante, por eso y algo más que en su momento diré, presento MI RENUNCIA.

Pero no solo mi renuncia. Creo que ha llegado la hora de citar al honor y al decoro de todas las fuerzas sanas y revolucionarias del país, para ir sin vacilaciones y sin temores al rescate de nuestra Revolución, y de hacer esto, despreciando la ayuda y aun el contacto con los corrompidos del Régimen pasado y con los buitres de Ciudad Trujillo. Esta ha de ser una tarea nuestra.

Una tarea del pueblo sano, de los campesinos, de los obreros, de los universitarios que tenemos el orgullo de un José Antonio Echevarría que siempre tuvo una posición vertical frente a los rojos, de los soldados rebeldes, del pueblo en general, de este pueblo heroico que ha sabido escribir con sangre los pedazos más bellos de la historia de Cuba.

Creo que ha llegado el momento de hacer saltar de nuestras gargantas ese grito bendito y heroico que hirió los aires de la Sierra Maestra para lanzar a Cuba una promesa de un futuro glorioso.

Ese grito que sale de una montaña trágica de muertos. Ese grito que sale de los charcos de sangre derramados por una causa grande, cubana y distinta. Ese grito que sale de lágrimas y de huérfanos.

Ese grito que sale de sepulcros aun tibios. Ese grito que hará erguirse del suelo los cuerpos de los mártires, para clavar en los traidores rojos la mirada sin vida de sus cuencas vacías, y decirles: Revolución sí, pero comunismo no.

Ese grito patriótico y trágico de LIBERTAD... O MUERTE

Firmado: Primer Teniente Manuel F. Artime Buesa

2do. Jefe de la zona O-22 "Ciro redondo" del INRA. (Del archivo privado de Aldo Rosado-Tuero)

Tomado de http://www.nuevoaccion.com/