twiteros cubanos libres

Mostrando entradas con la etiqueta Harold Cepero. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Harold Cepero. Mostrar todas las entradas

sábado, 29 de diciembre de 2012

Carromero ya en #españa

Informa la televisión española



Al margen de lo que se haga con el (dejarlo preso, pedir el 3er grado o incluso indultarlo) queda pendiente la denuncia que hiciera la viuda de Oswaldo Paya, Ofelia Acevedo Maura de un supuesto pacto de silencio entre Madrid y régimen de la Habana, como condición imprescindible para la liberación de este hombre, testigo clave de su muerte del conocido disidente y de su compañero Harold Cepero, en oscuras circunstancias, durante un viaje al oriente de Cuba. Veremos si ahora habla este señor. O si calla para siempre.

sábado, 6 de octubre de 2012

Treinta horas


Me quisieron impedir llegar al juicio a Ángel Carromero. Alrededor de las cinco de la tarde del 4 de octubre, un amplio operativo a las afueras de la ciudad de Bayamo detuvo el auto en que viajábamos mi esposo y yo, junto a un amigo. “Ustedes quieren boicotear al tribunal”, nos dijo un hombre vestido completamente de verdeolivo, para inmediatamente proceder a detenernos. El operativo tenía las dimensiones de un arresto hecho contra una banda de narcotraficantes o de la captura de un prolijo asesino en serie. Pero en lugar de tan amenazantes personas, solo había tres individuos que deseaban participar de oyentes en un proceso judicial, asomarse al interior de la sala de un tribunal. Le habíamos creído al periódico Granma cuando publicó que el juicio era oral y público. Pero ya saben, Granma miente.
No obstante, al arrestarme, en realidad me estaban regalando experimentar periodísticamente el otro lado de la historia. Vivir en la piel de Ángel Carromero cómo se estructura la presión alrededor de un detenido. Saber en carne propia los intríngulis de un Departamento de Instrucción del Ministerio del Interior. Lo primero fueron tres mujeres uniformadas que me rodearon y me quitaron el móvil. Hasta allí era una situación confusa, agresiva, pero todavía no tenía visos de violencia. Después, esas mismas fornidas señoras me introdujeron en un cuarto e intentaron desnudarme. Pero hay una porción de uno mismo que nadie puede arrancarnos. No sé, quizás la última hoja de parra a la que nos aferramos cuando se vive bajo un sistema que lo sabe todo sobre nuestras vidas. En un mal y contradictorio verso quedaría como “podrás tener mi alma… mi cuerpo no”. Así que me resistí y pagué las consecuencias.
Después de ese momento de máxima tensión le llega el turno al policía “bueno”. Alguien que se me presenta diciendo que lleva el mismo apellido que yo –como si eso sirviera de algo- y que le gusta “dialogar”. Pero la trampa es tan conocida, se ha repetido tanto, que no caigo. Me imagino de inmediato a Carromero sometido a la misma tensión de amenaza y “buen talante”… difícil sobrellevar algo así por largo tiempo. En mi caso, recuerdo haber tomado aliento y después de una larga diatriba contra la ilegalidad de mi arresto me quedé repitiendo por más de tres horas una sola frase “Exijo que me dejen hacer una llamada telefónica, es mi derecho”. Necesitaba una certeza y la reiteración me la daba. El estribillo me hacía sentirme fuerte frente a personas que han estudiado en la academia los diversos métodos para ablandar la voluntad humana. Una obsesión era todo lo que me urgía para enfrentarlos. Y me obsesioné.
Después de una larga diatriba contra la ilegalidad de mi arresto me quedé repitiendo por más de tres horas una sola frase “Exijo que me dejen hacer una llamada telefónica, es mi derecho”
Por un rato parecía que había sido en vano mi insistente cantaleta, pero después de la una de la madrugada me permitieron hacer la llamada. Unas pocas frases con mi padre, a través de una línea evidentemente pinchada y ya todo quedaba dicho. Podía entonces entrar en la otra etapa de mi resistencia. La llamé “hibernación”, porque cuando se nombra algo es como sistematizarlo, creérselo. Me negué a comer, a beber cualquier líquido; me negué al examen médico de varios doctores que trajeron a revisarme. Me negué a colaborar con mis captores y se los dije. No podía despegar de mi mente el desvalimiento de Carromero en más de dos meses lidiando con aquellos lobos que alternaban con el papel de oveja.
Una buena parte del tiempo toda mi actividad la filmaba una cámara que un sudoroso paparazzi manejaba. No sé si algún día pondrán alguna de esas tomas en la televisión oficial, pero organicé mis ideas y mi voz para que no pudieran ser transmitidas menoscabando mis convicciones. O les mantienen el audio original con mi demanda, o tienen que repetir la chapuza de sobreponerle la voz de un locutor. Traté de hacerles lo más difícil posible la edición posterior de aquel material.
Solo hice un pedido en 30 horas de detención: necesito ir al baño. Yo estaría preparada para llevar la batalla hasta el final, pero mi vejiga no. Después me llevaron a un calabozo-suite. Había pasado horas en otro que tenía una rara mezcla de barrotes y cortinas, con un terrible calor. Así que llegar al salón más amplio, con televisor y varias sillas, que desembocaba en una habitación con una cama realmente apetecible fue un golpe muy bajo. Solo de mirar el estampado de las cortinas, tuve el presentimiento que era el mismo lugar donde habían hecho la primera grabación que circuló en Internet de las declaraciones de Ángel Carromero.
Aquello no era una habitación, era un set. Lo supe de inmediato. Así que me negué a acostarme sobre la sobrecama recién tendida y a poner mi cabeza sobre las tentadoras almohadas. Me fui a una silla en un rincón y me acurruqué. Dos mujeres vestidas de militar me vigilaban todo el tiempo. Yo estaba viviendo el deja vú de otro, el recuerdo del escenario en el que transcurrieron los primeros días de detención para Carromero. Ya lo sabía y era duro. Una dureza que no estaba en el golpe o en la tortura, sino en la convicción de que no se podía confiar en nada de lo que ocurría dentro de esas paredes. El agua podía no ser agua, la cama más bien parecía una trampa y el doctor solícito estaba más cerca del soplón que del galeno. Lo único que quedaba era sumergirse en los abismos del “yo”, cerrar las compuertas con el afuera y eso hice. La fase “hibernación” derivó en un letargo auto provocado. Ya no pronuncié una palabra más.
Para cuando me dijeron que me “iban a trasladar hacia La Habana”, me costó despegar los párpados y mi lengua parecía salirse de la boca por los efectos de la prolongada sed. Sin embargo, yo sentía que los había vencido. En un último gesto, uno de mis captores tendió su mano para ayudarme a subir al microbús donde también estaba mi esposo. “No acepto cortesía de represores”, lo fulminé. Y volví a tener un último pensamiento para el joven español que vio torcerse su vida aquel 22 de julio, que tuvo que bregar entre todos aquellos engaños.
Al llegar a casa supe de los otros detenidos y de que la propia familia de Oswaldo Payá no pudo entrar a la sala penal. También del pedido de siete años hecho por el fiscal contra Ángel Carromero y de la condición de “concluso para sentencia” en que quedó el juicio de este viernes. Lo mío era solo un tropezón, el gran drama sigue siendo la muerte de dos hombres y el encierro de otro.
Yoani Sánchez
La Habana
* Este artículo fue publicado hoy en el diario EL PAÍS.

martes, 11 de septiembre de 2012

Oswaldo y su ROSA

padre e hija
via @oswaldopaya

sábado, 11 de agosto de 2012

El amor no pasará. Por OFELIA ACEVEDO (elmundo orbyt es)


Mi tristeza a veces se convierte en dolor que aprieta mi pecho; otras, en angustia que me impide respirar. Y entonces salgo a buscarlo, me parece que oigo su voz, que siento sus pasos... Dios, ¡cómo extraño sus llegadas a casa!
Cada vez que Oswaldo tenía ocasión, un breve tiempo libre tras concluir algún trabajo en los hospitales de la ciudad que le llamaban para hacer su trabajo, silenciosamente me sorprendía su abrazo. La taza de café, que diariamente le llevaba a la cama para que empezara su día, está -como yo- vacía. Cuánto me reprocho haberme quedado esa noche en casa de mi mamá. No pude despedirlo en la puerta como otras madrugadas en las que viajaba de igual manera…
El martes 31 de julio, a las nueve menos cuarto de la noche, pasados nueve días de la muerte de Oswaldo, recibí una citación oficial para comparecer al día siguiente a las 11 de la mañana en la Dirección General de Criminalística, sita en el municipio de Boyeros, para «ventilar asuntos relacionados con la responsabilidad civil derivada del accidente». Según me dijeron, querían saber si nuestra familia reclamaría indemnización al joven español Ángel Carromero, a quien probablemente instruirían de cargos por ser el conductor del vehículo siniestrado donde viajaban mi esposo Oswaldo Payá y Harold Cepero Escalante y en el que ambos resultaron muertos. Hasta hoy nadie me ha comunicado oficialmente la muerte de mi esposo.
Mis tres hijos y yo expresamos al oficial que nos citó que no reclamaríamos ni aceptaríamos ningún tipo de indemnización porque no estábamos de acuerdo con la versión oficial que los órganos de la Seguridad del Estado habían presentado por la televisión nacional. Ni estábamos de acuerdo con la responsabilidad que, derivada de esa versión, pretendían imponer a Ángel. Añadimos que permanecemos reclamando poder entrevistarnos con él, sin la presencia física de algún miembro de la Seguridad del Estado.
No conocí personalmente a estos muchachos, a Ángel Carromero y Jens Aron Modig, quienes por edad pueden ser hijos nuestros. Oswaldo me dijo de ellos que son jóvenes políticos que deseaban conocernos porque saben de nuestra propuesta civilista y del trabajo del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) durante tantos años, que querían expresarnos su solidaridad y apoyo.
¿Cómo iban a imaginar estos jóvenes, nacidos en Madrid y Estocolmo, que tales intenciones son «ilegales» para una dictadura; que sentarse a conversar tranquilamente cerca del mar con mi hija, sobre inquietudes sociales y políticas, sobre la realidad social en sus respectivos países y compartir puntos de vista, está «prohibido» y «constituye una injerencia en los asuntos internos» de otro país, de este país sometido por más de medio siglo al despotismo de un grupo de individuos en el poder?
¿Cómo entender que es «ilegal» facilitarles a mi esposo y a Harold viajar hasta Santiago de Cuba, para que éstos -y no ellos, como quiere hacer ver la propaganda intimidatoria y manipuladora del Gobierno cubano- pudieran encontrarse con miembros del MCL? ¿Por qué no pueden entrar en Cuba con visas de turistas? ¿Acaso si hubieran expresado su deseo de venir a la isla a visitar a mi esposo les hubieran dejado las autoridades entrar en nuestro país? ¿Qué tipo de visa necesitan para eso? ¿Por qué es ilegal que nos visiten turistas? ¿En qué parte del mundo son delitos estos hechos? Sí, puede que también en Corea del Norte ocurra lo mismo.
Todo el que conoció a Oswaldo Payá, de dentro o de fuera de Cuba, sabe que a nadie se le ocurría venir a organizar ninguna estructura dentro del Movimiento, ni tan siquiera a decirle cómo hacerlo. Mucho menos a estos jóvenes, que provienen de ambientes políticos que hace muchos años son amigos del Movimiento Cristiano Liberación; que respetaban y admiraban mucho a mi esposo y toda su obra pacífica por los derechos, la libertad y la democracia para Cuba.
Esa gran mentira que ha querido la Seguridad del Estado que declare el joven sueco sobre lo que venían hacer a Cuba, es suficiente para saber que nada que estos muchachos declaren o hayan declarado públicamente, mientras se encuentran cautivos o bajo el control represivo de las fuerzas de la Seguridad del Estado, se puede tener en consideración. La Historia nos ha demostrado eso muchas veces cuando de regímenes totalitarios se trata.
Mi familia y yo pedimos que una comisión internacional independiente del Gobierno cubano investigue los hechos. Agradecemos a todos los que se han sumado y siguen sumándose a nuestra lucha por llegar a la verdad de lo sucedido. Lamentamos mucho que Ángel Carromero esté aún detenido, deseamos que pronto se encuentre con su familia. No conocemos ninguna prueba verificable, ningún elemento o indicio, que me demuestre una conducta imprudente de Ángel. Estoy segura de que Oswaldo Payá no le habría permitido cometer ninguna infracción del tránsito. Mi esposo sabía la gran responsabilidad que tenía para con los que con él viajaban.
Deseamos que sea liberado. Quizá sólo cuando hable con Ángel sabré qué pasó realmente esa tarde del 22 de julio, cuando ellos se acercaban a la ciudad de Bayamo y una nube de polvo ocultó el momento en que todas las fuerzas del mal descargaron todo su poder sobre la cabeza de mi esposo, destruyendo brutalmente la fuente de su pensamiento y su palabra. Pero el amor es más fuerte que la muerte. Y como él mismo dice: «Trabajamos y luchamos con amor por Cuba y con la esperanza puesta en las capacidades, el valor, la solidaridad y la buena voluntad de todos los cubanos. Buscamos todos los derechos para todas las personas».
El amor no pasará. Por eso su obra y la obra de todos los miembros del Movimiento Cristiano Liberación que junto a él han luchado durante todos estos años y continúan luchando, no pasará.

OFELIA ACEVEDO es la viuda del disidente cubano Oswaldo Payá y nueva dirigente del Movimiento Cristiano Liberación.

http://elmundo.orbyt.es/2012/08/11/tu_mundo/1344720703.html

jueves, 9 de agosto de 2012

El regimen de Castro mató a Payá. ¿Homicidio preterintencionado? u ¿Homicidio cualificado?. Por Dr. Oscar Elías Biscet

LOS ASESINATOS POLÍTICOS NO FRENARAN LA LIBERTAD DE CUBA


Dos líderes de la disidencia cubana, ambos con el Premio Sajarov, de derechos humanos de la Unión Europea y candidatos al Premio Nobel de la Paz de 2012, han muerto en circunstancias muy sospechosas de asesinato extrajudicial. Estos líderes son Oswaldo Paya Sardinas  y Laura Pollan, del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) y de las Damas de Blanco (DB) respectivamente.
En nada puede extrañarnos que ocurran estos hechos en nuestro país. Esta es siempre una alta posibilidad para aquellos que luchan por la libertad de Cuba. Porque vivimos bajo la opresión de una dictadura totalitaria que viola sin escrúpulos las libertades fundamentales de sus ciudadanos. De la misma manera, existen múltiples historias que demuestran el carácter sanguinario de los jerarcas, Fidel y Raúl Castro, del régimen comunista de Cuba.
Lo más cínico y propio del mafioso en el poder de la nación fue escoger meticulosamente a tres jóvenes de la raza negra, hacerles  juicio sumario, parcializado, sin garantías procesales y fusilarlos en menos de diez días. Después, con la sangre fría de un bandido satisfecho con su acción, declaró que lo había hecho para para frenar el posible éxodo masivo a la libertad del pueblo cubano. Para echar mas sal en la herida, dijo que, de ser necesario, lo haría de nuevo con total tranqulidad. Estos hechos alucinantes ocurrieron en abril de 2003.
Su hermano, el general Raúl, ha sido autor de similares historias sangrientas y tenebrosas. En 1959, principio de su régimen, fusiló extrajudicialmente a centenares de adversarios ideológicos; incluso cuenta la vox populis que Fidel hastiado de tanta sangre, le dijo: que detuviera el derramamiento de sangre. Entonces, Raúl no derramó mas sangre pero siguió matando llevando a la horca a sus oponentes.
Por supuestos estos sucesos no son para nada exagerados, pues durante el gobierno del general Castro ha aumentado la represión al pueblo cubano. Las golpizas a la disidencia, en especial a las mujeres de las Damas de Blanco, los tratos crueles, degradantes y torturas en los centros carcelarios y las muertes de seis activistas prodemocráticos son un récord ignominioso del gobierno cubano.
Por las circunstancias antes expuestas cobra fuerza en mi mente la teoría de la conspiración. Los datos recopilados hasta el momento apuntan a la altísima probabilidad de que Oswaldo Paya y Harold Cepero hayan sido asesinados por el régimen de los fatídicos Castro.
Me remitos a los datos analizados: En el 2006 Paya declaro al periódico británico, EL Guardián, que la policía política le expreso: “Me han dicho que me van a matar antes de que termine el régimen, pero yo no voy a huir”. La esposa de Paya, Ofelia Acevedo, dijo que “Paya había sido amenazado de muerte en múltiples ocasiones por agentes del régimen castrista”.
Los familiares de Paya declaran a la prensa que “los sobrevivientes llamaron a sus superiores en Suecia y España diciendo que un camión los golpeo, los choco y los embistió varias veces”.
A mayor abundamiento, hace alrededor de treinta días un camión embistió su auto en la avenida Boyeros y quedó  con las gomas hacia arriba, comentó un partidario de Paya. En la entrevista de prensa dada por el ciudadano sueco, Aron Modig, a la presa nacional e internacional confirmó que había enviado mensaje a sus  superiores en su país aunque no se comentó el contenido.
El gobierno expuso que las circunstancias en que murieron los ciudadanos cubanos fue accidental y acusa al chofer, el español Ángel Carromero Barrios, de homicidio culposo y lo tiene detenido bajo investigación. La Comisión Cubana de Derechos Humanos apoya el criterio de que fue un accidente; y  su líder, Elizardo Sánchez, expuso que: “el impacto fue brutal y no hubo otro vehículo  involucrado”.
Dos fotos del auto involucrado en la tragedia fueron publicadas en la red social de Facebook, donde muestran un deterioro total en la puerta lateral izquierda y parte del techo trasero; la parte posterior del carro, maletero, focos  y defensa se conservan  con daños  leves. Sin embargo se observan rasgaduras de la pintura más acentuada en la defensa posterior. En las fotos publicadas no se encuentra registro del árbol involucrado en el choque del automóvil. Curiosamente, los conductores cercanos al lamentable suceso no prestaron los primeros auxilios a los traumatizados.
Como era de esperar en testigos que actuan bajo presión y terror, los extranjeros relacionados con los trágicos hechos declararon en concordancia con la tesis del gobierno castrista. Uno de ellos logro llegar a su país y se negó a declarar para evitar complicar la situación legal del que permanece encarcelado bajo investigación por el delito de homicidio culposo.
Existen muchos tipos de homicidios: consensuado, doloso, deicidio, domocidio, femicidio, filicidio, fratricidio, infanticidio, matricidio, parricidio, suicidio, magnicidio, uxoricidio,  etc. Sin embargo, lo que me interesa tener bien definido son los homicidio culposo, homicidio cualificado y homicidio preterintencional. Debido a que el régimen de Castro afirma que los hechos donde murieron dos personas de la disidencia cubana fue  simplemente un accidente de tráfico; no obstante,  los familiares de uno de los occiso y la disidencia acusan al gobierno cubano de asesinato político.
Conceptualización de los homicidios:
Homicidio culposo, también llamado negligente o involuntario, es un delito que consiste en causar la muerte física de una persona por una acción negligente. Este tiene las siguientes formas de manifestación: “Cuando se realiza una acción de la cual se conoce el posible resultado de muerte y sin embargo se cree poder evitarlo, pero falla y esta se produce” o “cuando definitivamente se ignora que la acción que se va llevar a cabo puede producir la muerte de la persona”.
Homicidio cualificado, calificado o asesinato, es un delito contra la vida humana. “Consiste en matar a una persona concurriendo ciertas circunstancias, tales como: alevosía, precio, recompensa, promesa de remuneratoria y ensañamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor del ofendido”.
Homicidio preterintencional es el “desbordamiento de las intenciones del causante, en la que primitivamente se quiso dañar, pero desafortunadamente resultó  matándola”. Ej.: “si se deseaba simplemente golpear a alguien para causarle unas magulladuras, y se termina matándolo”.
En este caso de las muertes de Paya y Cepero se observa un manejo turbio de las pruebas para presentarlo como un homicidio negligente o accidente y liberar de culpa al régimen castrense. Las declaraciones de ambos ciudadanos extranjeros se observan que están bajo presión, sobre todo tener que cumplir una larga condena en una de las cárceles del régimen dictatorial calificadas por el Comité de la Tortura de las Naciones Unidas como violadoras de la dignidad humana.
A pesar de que los dos extranjeros  implicados apoyaron la tesis de accidente promovida por el gobierno de Castro, surgen numerososas preguntas:
¿Por qué uno de ellos estando libre en su nación no reafirmó  su alegato anterior si este fue verdadero? Es de suponer que pospuso su conferencia para no perjudicar al que se encuentra en Cuba.
¿Por qué los peritos del gobierno no hicieron comentarios sobre las gomas delantera izquierda y trasera del mismo lado que se encontraban ponchadas?
¿Por qué no se mostro el árbol implicado en el suceso? ¿Tenía el árbol transferencia de pintura del carro? ¿Por qué el auto no se detuvo  en el árbol?
¿Por qué el automóvil en  la parte colisionada con el árbol no tenía transferencia de material de este?
¿Por qué las fotografías mostradas en el periódico Granma de la parte posterior (defensa) del auto no mostraba signo de fricción como las primeras fotos mostradas en Facebook? ¿Por qué este automóvil viajo a velocidades prohibidas del occidente al oriente del país y no fue detectado por la policía?
¿Por qué los peritos afirman que la velocidad era de 120 km/h; sin embargo la distancia de frenado fue 63 km/h en un suelo resbaladizo?
Considerando que Cuba es un estado policiaco: ¿Por qué la policía política no estaba controlando a un famoso disidente que viajaba con políticos extranjeros? ¿O simplemente están ocultando lo que todos conocemos, que un carro, Lada, color rojo los persiguió  durante el viaje?
¿Por qué un paciente politraumatizado, con insuficiencia respiratoria aguda por tromboembolismo pulmonar graso murió? La realidad es que 9 de cada 10 casos se salvan. ¿Por qué no le hicieron una toracotomía con lobectomía parcial? o ¿El diagnóstico  se hizo postmortem? Nos proponemos seguir investigando este caso para exponer a la luz pública la verdad de estos hechos.
Por todas las interrogantes anteriores y por el carácter sanguinario y vengativo de los miembros de la cúpula castrista pongo en duda su teoría de homicidio negligente o accidente de tráfico.  Por tal razón insisto en la tesis de la conspiración a través del homicidio cualificado o el homicidio preterintencional.
Expondré  los elementos para ambas situaciones dramáticas.
Los Castro tenían en Paya un enemigo con credibilidad política tanto en la isla como en lo internacional. Sin embargo este no era un peligro político inminente para la estabilidad del estado y el poder de los Castro. ¿Por qué eliminar de una forma tan evidente a una figura política de respeto de la oposición y realizarla junto a extranjeros que también son figuras políticas de respeto en sus naciones? El estar involucrados ciudadanos de otros países y le da derecho a sus gobiernos de coparticipar en el proceso investigativo y pondrían en evidencia los fines reales del acto.
Entonces me pregunto, ¿por qué eliminar físicamente una persona cuando el gobierno tiene en su poder variadas técnicas de espionaje que pueden entorpecer y destruir los planes de individuos y organizaciones? Esto sería un fundamento en contra de la lógica.
Por tanto, pongamos por caso que la cúpula castrista y su policía política pensaron racionalmente; pero concibieron su plan contrario a la lógica y se propusieron liquidar  a través del asesinato político a Paya. Si fue así: ¿Por qué dejaron vivos a testigos directos del crimen? Además, esto nos estimularía a pensar que Oswaldo Paya tenía un proyecto consolidado no público de real desintegración inminente del régimen tiránico castrista. Esto justificaría la violencia extrema del gobierno de Castro.
Comentemos otro punto de vista que explicaría el homicidio cualificado, que se ajusta más a la realidad y al pensamiento racional y lógico sobre el dramático suceso. La policía política de Castro en su deseo de venganza y de frenar los planes conocidos de Paya, elabora un proyecto de desestabilización de la capacidad intelectual del conocido líder disidente; y para esto se propone  un hostigamiento extremo que lleve a la persona a la vivencia inminente de muerte, que provoca  el síndrome de estrés postraumático.
De hecho, las amenazas de muerte, los falsos accidentes y el propio incidente donde pierde la vida Paya, nos indica el objetivo de desencadenar el síndrome psiquiátrico antes mencionado. Esto datos nos hacen pensar en el homicidio preterintencionado.
Sabemos que el régimen castrense mató a Paya; y que unos días después Castro habló  en la Plaza de Guantánamo, para amedrentar al pueblo cubano y su vanguardia disidente. Mencionó que tenían listas sus tropas, su caballería de tanque. Esto funcionó en muy pocas personas, aunque en honor a la verdad muchos amigos y familiares se comunicaron conmigo para alertarme de tan graves amenazas.
Mas yo, en mi infinita fe en el Dios Bíblico, respondo a mis amigos, familiares y adversarios que solo tenemos un camino, y es el firme propósito de vivir en una Cuba libre. Verdaderamente, los Castro y sus acólitos confían en sus tanques, mas nosotros tenemos la poderosa ciencia de la desobediencia civil masiva no violenta, que nos permitirá conquistar los derechos humanos y la libertad de Cuba.
Termino este análisis con las celebres y esperanzadoras palabras del rey David: “Estos confían en sus carros de guerra, y aquellos en sus caballos; pero nosotros del nombre de Dios tendremos memoria”. “Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza esta en Jehová su Dios”. Agradezco a Dios por nuestro contactos intelectuales, espirituales, familiares y patrioticos. Sobre todo, le pedimos que nos ilumine el camino y bendiga nuestros actos.

La Nueva Nación es una publicación independiente cuyas metas son la defensa de la libertad, la preservación de la democracia y la promoción de la libre empresa. Visítenos en : http://www.lanuevanacion.com

Dr. Oscar Elías Biscet

Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos

Medalla Presidencial de la Libertad

lawtonfoundation@lawtonfoundation.com – www.lawtonfoundation.com

Sígame en: http://www.twitter.com/@oscarbiscet

domingo, 5 de agosto de 2012

#Cuba #Suecia #venezuela Nuevos detalles sobre el “accidente” que le costó la vida a Payá y a Cepero

Nuevos detalles sobre el “accidente” que le costó la vida a Payá y a Cepero. Por Israel Alejandro Cabezas.
Me han dicho tantas me mentiras que me volvi especialista en descubrirlas,...todo dependio de una llamada me imagino sobre las 13:59...jefe los muchachos tuvieron problemas con el operativo de seguimiento ,.. CUAL ? SON TANTOS.. el de Paya y los yumitas contrarevolucionarios esos... jefe,.. que hacemos, estan heridos graves..
Fuente: http://zoevaldes.net/2012/08/05/nuevos-detalles-sobre-el-accidente-que-le-costo-la-vida-a-paya-y-a-cepero-por-israel-alejandro-cabezas/

sábado, 4 de agosto de 2012

Efectuado homenaje postumo a Oswaldo Payá Sardiñas y Harold Cepero en la ciudad de Holguin.

Oswaldo Payá Sardiñas y Harold Cepero

El pasado 28 de Julio, el coodinador del Movimiento Cristiano Liberacion en Holguin Juan Carlos Reina Ocaña convoco a un homenaje a la memoria de Oswaldo Payá Sardiñas y Harold Cepero, recientemenete fallecidos. El acto de recordacion se efectuo en la vivienda de Jose Santos Escobar, director de Partido Republicano de Cuba en la municipalidad de Holguin.
Reporto desde Holguin: Robier Cruz Campo, de la agencia Prensa Joven.

Telefono de Robier Cruz Campos 53675756

Audio: http://www.goear.com/listen/359fbb7/efectuado-homenaje-postumo-a-oswaldo-paya-sardinas-y-harold-cepero-en-la-ciudad-de-holguin-alfredo-viso