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lunes, 8 de junio de 2020

"Cuba" La Derecha y las democracias del mundo siguen comiendo catibía frente a los desmanes de la izquierda globalista.




EITB
 Disturbios en Estados Unidos por la muerte de George FloydFoto © EITB   


 La Derecha y las democracias del mundo siguen comiendo catibía frente a los desmanes de la izquierda globalista y sectaria que ha logrado, incluso, reconstruir el viejo discurso de superioridad moral de Lenin y sigue mataperreando a gusto en plazas y calles democráticas y callando frente a los desmanes de las dictaduras de Arabia Saudí, Irán, Cuba, Nicaragua, Venezuela, China y Corea del Norte, entre otras.
Los cínicos de la izquierda saben que la casta wahabí no se anda con miramientos y que pueden acabar despedazados como el periodista Jamal Khashoggi y por eso callan ante la barbarie del terrorismo vinculado al islamismo radical y los linchamientos de homosexuales en Teherán, por ejemplo.
La muerte -que no asesinato- como prueba la autopsia realizada a George Floyd, ha servido a los activistas del izquierdismo mundial para armar el lío e intentar desestabilizar a sociedades democráticas que parecen indefensas ante el avance del ¿socialismo? del siglo XXI.
Frente a esos intentoss, mano dura sin contemplaciones; aplicar la ley a rajatabla, protegiendo a ciudadanos y empresas; conmueve la muerte de un ser humano, pero ello no justifica asaltar y saquear propiedades ajenas y generar caos en las calles.
Los alborotadores en Estados Unidos, Brasil, Chile, Argentina y Europa son los mismos que silenciaron la muerte del negro cubano Orlando Zapata Tamayo, albañil y plomero, tras una huelga de hambre y sed de 86 días, que acabó con su vida en una sala hospitalaria para presos en La Habana.
Los numerosos aliados del tardocastrismo en el mundo y los gusañeros regocijados por visitar su antiguo CDR con dólares en el bolsillo, compraron la tesis del gobierno cubano de que se trataba de un delincuente con historial delictivo, que es la fórmula habitual del totalitarismo para intentar desacreditar a sus opositores.
Pero aún dando por buena la manipulación de La Habana, que reprimiría violentamente cualquier algarada callejera en honor a Zapata Tamayo, resulta que el fallecido Floyd era también negro, pobre y delincuente, según sus antecedentes policiales; de hecho, el intento de pagar con un billete falso de 20 dólares en una tienda desencadenó su detención y posterior muerte.
Debe resultar muy duro para una revolución tan virtuosa soportar la frustración de que un hombre nacido en el año en que Che Guevara fue asesinado en Bolivia, y educado en un sistema que dijo a los pobres: Lee y no creas; haya acabado siendo un delincuente terco que se suicidó lentamente.
Algo falla en el paraíso de los pobres, cuando ocurren estas anomalías. ¿Cuál es la diferencia, entonces?
Sencilla, que Floyd es carne de mártir frente a Donald Trump, un presidente electo democráticamente por los norteamericanos y que nada resulta más fotogénico que un negro reducido por un policía blanco y la posterior algarabía mediática y la indignación de la izquierda globalista y sectaria que guarda vergonzoso silencio frente a los desmanes de sus correligionarios.
El sistema judicial norteamericano tiene acreditado prestigio de independencia y profesionalidad y sabrá calificar correctamente los hechos y juzgarlos en sus justos términos; pero esa ecuación democrática no cuadra a los mataperros globalistas que han generado un linchamiento al policía y a las fuerzas del orden para intentar conseguir debilitar las aspiraciones de reelección de Donald Trump.
Lógicamente, el Palacio de la Revolución ha dado orden a la prensa anticubana que financia para que amplifique la desgracia de Floyd y siga silenciando las denuncias de Juan Antonio Madrazo Luna: Cuba desoye las recomendaciones de Naciones Unidas en materia de igualdad racial, el partido comunista y el estado mantienen una posición conservadora frente a la discriminación e intentan achacar los problemas de los negros en la isla al diferendo con Estados Unidos.
Como La Habana sabe que cuenta con el apoyo incondicional de los bobos solemnes que militan en la izquierda mundial, incluidos los emigrados asiduos a las embajadas cubanas; ya habrá dado instrucciones precisas a sus agentes en Estados Unidos para que contribuyan financiera y discretamente a la campaña de Trump y de Biden, que es una práctica habitual de la casta verde oliva desde la Crisis de los Misiles, cuando Fidel Castro Ruz comprendió que los rusos solo lo querían como portaaviones a 180 kilómetros del imperialismo yanqui.
Si una vez reelecto, Trump recuperara sus empeños golfísticos en Cuba y cambiara la política, valorando la aportación económica del tardocastrismo a su campaña; nos divertiremos con el giro copernicano de La Habana y la prensa adicta al régimen que descubrirá virilidad en el pelo rojo del compañero presidente Donald y sus ancestros en Moa.
Como diría el compositor mexicano José Alfredo Jiménez, vivimos en un mundo raro, donde la mayoría de las 36 dictaduras en el mundo son de izquierda, pero solo las de derecha son repudiables.
En esta distorsión, la responsabilidad principal recae en una derecha acomplejada que se deja mangonear por la izquierda hábil en pretender responsabilizarla en los crímenes desde aquellos Patricios romanos hasta Pinochet y Stroessner; obviando los crímenes de Lenin, Stalin, Mao, Kim Il Sung y Fidel Castro Ruz, entre otros.
Macri y Piñera son los penúltimos ejemplos de esa debilidad de la derecha, que ha hecho posible el retorno del kichnerismo a Argentina, donde ya Jorge Luis Borges se encargó de avisar que los peronistas no son buenos ni malos; son incorregibles.
La otra gran falla de la Derecha es su descuido de los pobres, con un discurso para sus bobos solemnes que siguen sin percatarse que las políticas neoliberales han llenado las urnas de votos para la izquierda, que ostenta el récord mundial de producción de pobreza y emigrados, como ocurre en Cuba.
La Derecha debe afrontar, sin miedo a la izquierda, pero situar el combate de la pobreza y la desigualdad como prioridad política y no dejarse engatusar por los exaltados teóricos que -desde sus cuentas corrientes saneadas- pretenden decir a los estados que no inviertan recursos públicos, que ya se encargará el mercado de regular las sociedades.
Craso error, política suicida que alegra los corazones de la izquierda global y sectaria. La política de la derecha debe consistir en liberarse de complejos absurdos y, en el ámbito social, perseguir el fraude en ayudas sociales y evitar el parasitismo inducido a cambio de voto cautivo; pero ser ágiles socorriendo a quien realmente lo necesita y posibilitando que nadie -bajo sus gobiernos- quede sin estudiar o sin atención médica por su bajo nivel de renta.
Si alguien duda aún, solo debe estudiar el caso de Venezuela, donde el castrismo impuso su política batistiana, de Fulgencio, de comprar votos con asistencia médica; digo, eso fue lo que nos enseñaron en el colegio: Antes de la revolución, si un pobre necesitaba atención médica, tenía que entregar su cédula electoral y la de su familia al político de turno.
Cualquier parecido con esas brigadas médicas que Cuba vende por el mundo es mera coincidencia, fruto del azar; quizá la cercanía entre Birán y Banes genera discursos y habilidades parecidas, aunque a simple vista parezcan irreconciliables, como aquella señora de La Habana que colgó un cartel en la fachada de su casa: Permuto para Venezuela. Cuando fueron a preguntarle, dijo que así podría operarse de cataratas.





domingo, 15 de julio de 2012

¿Qué hacía Raúl Castro en el mausoleo de Lenín?

Una visita sugerente de Raúl Castro al mausoleo de Lenin en el Kremlin

Por Julio Algañaraz

El cuerpo del líder soviético está embalsamado. Y se especula con que el presidente cubano indagó detalles para emular ese método.

ROMA. CORRESPONSAL - 14/07/12
En su gira de tres días a Moscú, el presidente cubano Raúl Castro visitó la tumba de Lenin, impecablemente embalsamado desde hace 80 años , en el mausoleo del Kremlin que visitan todos los años millones de personas. Pero el periplo no terminó en el homenaje al fundador del comunismo soviético. Raúl bajó después a los subterráneos del mausoleo donde está situado el laboratorio que se ocupa del estado del cuerpo y fue enterado de muchos detalles. El objetivo, al parecer, es aplicar el mismo tratamiento a su hermano mayor, Fidel Castro, cuando muera.
El caso fue revelado ayer por Daniele Mastrogiacomo, enviado a Moscú del diario romano La Repubblica , quien contó también que de la curiosidad de Raúl Castro por el laboratorio y los secretos del embalsamamiento del cuerpo de Lenin se dialogó en muchos blogs rusos. El gobierno de Putin al parecer hizo módicas desmentidas sin dar al tema mucha importancia. Pero Mastrogiacomo suministra una información corposa.
El régimen castrista piensa, se estima, construir un gran mausoleo en la plaza de la Revolución, dominada por un gigantesco retrato del Che Guevara, en cuyo centro sería ubicado el catafalco con los restos de Fidel. Estos altares laicos necrófilos existen ya en varios países comunistas: Mao Tsé Tung en la plaza Tienanmen de Beijing; Ho Chi Minh en Hanoi, Vietnam; el “Gran Líder”, Kilm il Sung, en Pyongyang, capital de Norcorea.
Un nuevo mausoleo no sería una gran novedad, pero sí el primero en el hemisferio occidental.
Lenin murió el 21 de enero de 1924 y desde entonces millones de personas han visitado el mausoleo del padre de la revolución bolchevique. Castro, cuenta el enviado de La Repubblica , estuvo largamente en el lugar. Primero rindió el debido homenaje y después bajó a los subterráneos donde está el laboratorio. Esgrimía una rarísima autorización que le habían suministrado las autoridades rusas.
Casi nadie llega hasta allí para ver al menos algo del proceso de embalsamamiento impecable y todavía misterioso del cuerpo. Una vez por semana, los restos son inspeccionados para descubrir “huellas de mufa u otros fenómenos degenerativos que puedan quitarle su extraordinario aspecto ‘viviente’”, escribe Mastrogiacomo.
“Todos los meses se cambia la vestimenta del cuerpo, que cada año y medio es sumergido durante treinta días en un baño a base de glicerolo y acetato de potasio”. Las técnicas están a cargo del patólogo ucraniano Vladimir Vorobiov, junto con el médico Boris Zbask. No se sabe cuánto de esta “terapia milagrosa” fue revelada al cubano durante la visita. Pero es seguro que los rusos, cuando llegue el momento fatal, contribuirán a ayudar a los cubanos “a hacer sobrevivir un mito y la revolución que lo encarna”, concluye La Repubblica .

Publicado por Clarín

domingo, 6 de mayo de 2012

#Venezuela #Ecuador #Habana El comunismo del siglo XXI

ya habréis observado, como si de una moda se tratase, hoy en día lo más "pro" y moderno es ser comunista. El Sistema ha hecho un gran y buen trabajo a la hora de presentar a la ideología asesina por excelencia como un símbolo de libertad, fraternidad y tolerancia. Los 100 millones de muertos que ha dejado esta "santa" ideología, ahora se encontraran revolviéndose en sus fosas comunes. Los medios de desinformación y los politicuchos han conseguido hacer que la masa ponga sus ojos en el fascismo, consiguiendo así que se fijen en los errores de este y no en la historia negra del comunismo. Como si de un pc se tratase, han formateado la historia y moldeado a su gusto, haciendo de personajes como el sádico Stalin, el genocida Mao o el sanguinario Che, hermanitas de la caridad, símbolos a glorificar, hasta tal punto, que no es muy difícil encontrar camisetitas y demás merchandising con sus efigies.

Ahora bien, ¿como de rojas son las nuevas generaciones? ¿que saben sobre la ideología que defienden a capa y espada? Como si de una mazorca de maíz se tratase, vamos a desgranar y clasificar, uno por uno, todos los tipos de comunistas de hoy en día.
 


Vayamos a ello:

Por sentimiento: Estos son muy abundantes, cual abejas en un panal. Suelen ser de mediana edad. Estos, como la inmensa mayoría, no saben prácticamente ni el significado de la palabra comunismo y creen que Marx era un vendedor de pipas del barrio, Stalin el lechero y Carrillo algo que se encuentra en la boca. Son rojos por sentimiento e ignorancia. Se sienten tan rojos porque, o su abuelo era comunista empedernido y lucho por la república, o porque el primo hermano del abuelo por parte de madre bla bla lo fusilaron los nacionales o murió en combate luchando por la república, o por el contrario, su papi el acomodado vota a partiduchos de izquierda y habla de política en la mesa. Estos son bastante agresivos verbalmente (claro esta). Cuando los acorralas con buenos argumentos, ellos siempre te desviaran el tema, repetirán lo mismo sin escucharte aunque acabes de destrozar su teoría o, simplemente, dirán "¡¡Y los fachas hicieron...!!". Vaya incongruencia, se comparan con lo que tanto odian.


Por moda: Estos, la verdad, son muy graciosos. Tienen menos ética que los anteriores (aún menos si cabe). Lo que les falta de ética, lo tienen de estética. A estos los podemos encontrar en cualquier plaza del pueblo litrona en mano, en cualquier bareto punk y en las universidades, parasitando. Normalmente, suelen ser individuos que jamás en la vida han trabajado, pero a pesar de ello, presumen ser de clase obrera, aunque luego llegan a casa y tienen esperando su consola último modelo, su pantalla de plasma para ver la tele y su pc con pantalla de TFT. Estos, al igual que los anteriores, piensan que el libro de "El capital" y "El manifiesto comunista" son nuevas ediciones de kiosko. Entre estos, es difícil encontrar uno ético, uno que sepa por lo que realmente lucha y defiende. Los demás solo saben ataviarse con su camiseta del Che, su palestina e ir luciendo cresta a cualquier manifestación en la que haya que vociferar por más derechos y en contra de cualquier cosa que huela a "fascismo". Se les suele llenar la boca hablando de libertad, tolerancia e igualdad, olvidando que su amada ideología es amante de los fusilamientos masivos, purgas y campos de reeducación. Vamos, la tolerancia pura y dura. También suelen mezclar el comunismo con el anarquismo, olvidando que ambas ideologías son extremos opuestos. No olvidemos al Sr. Stalin, tenía tanta devoción por los anarquistas que los mandaba fusilar a miles. Dialogar con estos es más fácil, ya que a la primera de cambios se quedan sin argumentos y cambian de tema. Eso si, si van en manada, intentan ponerse en plan agresivo, aunque eso se soluciona levantando un poco la voz.


Por rebeldía: Estos suelen estar incluidos en el tipo anterior. Parece ser que estos necesitaban creer en algo y se aferraron a la primera ideología que les pareció más rebelde. Al igual que los anteriores, jamás han leído algo sobre su amada ideología y mucho menos saben que significa. Su pensamiento viene a ser: ¡Que más da! ¡Mientras de guerra, sea rebelde y me sienta importante! ¡Comunismo, comunismo!


Los multi-cultis: Los hippies del nuevo siglo. Multiculturales o vulgarmente llamados "perros flauta". Estos se dejan la piel defendiendo y pidiendo más y más derechos para los inmigrantes, discriminando a sus propios compatriotas. Luego, estos no les agradecen nada, pero da igual, ellos siguen al pie del cañón, ya que parece ser, se creen descendientes de Jesucristo o algo por el estilo. También militan en ONG's y asociaciones en la defensa de cualquier cosa y, como no, son rojos. O al menos eso creen. Creo que han confundido su sentimiento de "todas las razas son igual" con la teoría de Marx de "todas la razas son igual... de explotables". Defienden a capa y espada a cualquier minoría. Ayyy... si ellos supieran lo que hacia el comunismo con las minorías...


Los éticos: Estos escasean tanto como las moscas en invierno. Normalmente entrados en años y miembros de algún colectivo o partido político, del cual puedan sacar tajada. Han tenido tiempo de leer suficiente sobre su ideal y saben como explotarlo y convencer al individuo de a pie que no tenga formación politica. Saben esconder los crímenes realizados por su amada ideología alegando que todo es una manipulación fascista, o diciendo que son daños colaterales de la revolución o, simplemente, yéndose por las ramas y desviando la atención al "fascismo". Individuos totalmente viperinos, los cuales solo saben que levantar la voz y atacar, llegando a caer en el insulto con mucha facilidad. A la mínima que los dejas sin argumentos, te dicen "¡¡Fascista!!". Aunque seas apolítico, te acusaran de ser fascista solo por no pensar como ellos. Esto es algo que han heredado de los antiguos regímenes comunistas, en la que tan solo había que acusar de fascista a cualquier individuo molesto para que lo quitasen del medio y dejase de molestar. Suelen ser acomodados o de poder adquisitivo alto, aunque difunden el comunismo. Es muy fácil ser comunista con el bolsillo lleno.


En resumen: Todas las clases antes citadas son aparentemente diferentes pero todas están cortadas por el mismo patrón: la ignorancia, la hipocresía y, en algunos casos, el interés. Todos ellos amparados y financiados por el $i$tema que tanto odian y critican. Dicen que son silenciados y sufren represión, pero ellos nunca serán encarcelados por exponer su ideal abiertamente o multados por mostrar el puño en alto. Sus libros se pueden comprar en cualquier librería y los crímenes realizados en el pasado se pueden negar sin peligro de ser sancionado o encarcelado. Así de incomprensible es, luchan contra quien los financia.