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lunes, 24 de septiembre de 2012

@100yaldabo Trabajar en el MININT como tradición familiar.

Trabajar en el MININT como tradición familiar.

VILLAMARISTA




Entre los años 1988 y 1991 estudié en la escuela de Telecomunicaciones "Osvaldo Herrera". Allí tuve cuatro compañeros de aula que provenían de familias con tradición en el MININT (Ministerio del Interior). Uno de ellos era hijo de un alto oficial del Grupo MC (Moneda Convertible) y vivía en una mansión con piscina cerca del barrio de Fontanar. Él mismo nos contó como le entregaron esa casa a su padre, confiscada a personas que abandonaron el país. Como dato curioso, la recibieron con un caballo muerto dentro de la piscina.

En el año 1989, cuando toda Cuba se conmocionó con el juicio conocido como la "Causa 1", fuimos testigos de la preocupación e intranquilidad por la que pasó este compañero nuestro, hasta que se supieron los nombres de los oficiales que resultaron fusilados o encarcelados en ese proceso. Su padre corrió con mejor suerte y lo retiraron, no sé si porque sabía demasiado o porque no estaba tan involucrado en el asunto del narcotráfico.

Los otros tres eran primos. Uno de ellos era hijo de un alto oficial de la Inteligencia y al terminar la escuela siguió los pasos de su padre.

Los padres de los otros dos trabajaban en Villa Marista. Ambos vivían frente por frente a su lugar de trabajo, en las casas de la calle: "Anita" por el costado derecho de Villa. A ambos también el MININT les dio sus casas, aunque mucho más modestas que la del oficial de MC en Fontanar. Cabe señalar la importancia del trabajo de los dos, que para tenerlos bien localizados situaron sus residencias a escasos metros del G2.

Uno de los padres era instructor (interrogador) con grados de capitán. El otro era teniente y trabajaba en el Departamento de Comunicaciones, era experto en telefonía y audio, y por lo tanto en intervenir comunicaciones ajenas que fueran de interés del DSE (Departamento de la Seguridad del Estado). Este último supe que visitó Miami hace unos años atrás cuando aún trabajaba en Villa Marista, invitado por su hijo. Me imagino que no les habrá dicho a los funcionarios de la SINA en donde laboraba. Quién sabe cuántos micrófonos y cámaras de video habrá instalado en la Florida y en qué lugares.

Volviendo a sus hijos (mis compañeros de clases), hice una especie acuerdo de ayuda mutua con ellos. Yo los ayudaba con la cuestión académica, que implicaba facilitarles que copiaran mis guías de estudio, que eran muy efectivas, y si eso no era suficiente (casi siempre era así) los dejaba que copiaran de mi examen antes de entregarlo. En cambio, ellos me enseñaron Taekwondo, materia en la que eran muy buenos.

Después de las clases, que eran en la mañana, ellos entrenaban durante varias horas en Villa Marista. El Taekwondo que se imparte allí, y en general en el MININT, no es como el que se aprecia en los eventos deportivos, que está basado en marcar puntos. Este otro Taekwondo, así como el Kárate o Judo, es una variante llamada "Operativo" y su objetivo es causar daño en combate real, incluso la muerte, si así se requiere.

Ellos estaban tan enfrascados en este "deporte" y ponían tanto empeño en sobresalir, para al terminar la escuela entrar con buenas credenciales en las filas del MININT, que después de su entrenamiento en el DSE continuaban entrenando por varias horas más, por su cuenta, en el patio de una escuela primaria que en la tarde estaba vacía, que quedaba muy cerca de Villa Marista, a un costado de la línea del tren que separa los barrios de "El Sevillano" y "Miraflores". Era en esa sesión que me incorporaba yo, y allí entrenaba con ellos y otros amigos más, durante dos o tres horas diarias, hasta que se extinguía la luz solar.

Mis dos compañeros eran realmente muy buenos, al punto de llegar a medir fuerzas con la persona más famosa en Ciudad de La Habana en combates clandestinos de artes marciales, donde se hacían jugosas apuestas, conocido como: "Miguelito el Bruce", que vivía en "El Recodo" a unas cuadras de la Calzada de 10 de Octubre, en el barrio de Santos Suárez. Estoy seguro que muchas personas que lean este artículo sabrán de quién hablo.

La primera vez que escuché de los métodos de tortura usados en Villa Marista fue por boca de ellos, cuando nos contaban sobre los dobermanns sin dientes, el gorila, las botas de hierro, etc, siempre en forma confidencial y pidiendo discreción, pues eran temas tabú.


100 Y ALDABO


Cuando nos graduamos en el "Osvaldo Herrera", como técnicos en Telecomunicaciones, nos tocó pasar el Servicio Militar. Yo fui enviado a la unidad de comunicaciones UTM 1184 (Unidad Técnica del Mando) de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), subordinada directamente al MINFAR. Ellos dos fueron enviados a "100 y Aldabó", en el Departamento de Patrullas. Su función era detener, someter, y trasladar al DTI a los futuros huéspedes de esta temida prisión de investigación. Cuentan que se dieron gusto aplicando sus conocimientos en defensa personal, esta vez ya en situaciones reales.

Al terminar su servicio militar en "100 y Aldabó" pasaron a la vida civil, al menos aparentemente. Fueron situados a trabajar en "Suchel", la famosa empresa cubana con capital extranjero de "Lever" (Inglaterra) y "Camacho" (España) de cosméticos y productos de limpieza del hogar, famosísima por el hurto y desvío de recursos de tan preciados artículos de primera necesidad para la población.}


SUCHEL


En su paso por "Suchel" adquirieron sendas motocicletas, cadenas de oro, dientes de oro, etc, por lo que no puedo definir de que lado estaban trabajando, si era para el DTI o por su propia cuenta.

Posteriormente, supe que habían cambiado su residencia para Miami. Lo que no tengo claro es si evolucionaron en su forma de pensar y se desengañaron del sistema castrista, o si aún son fieles a la tradición familiar de fidelidad a Villa Marista y continúan "trabajando" en La Florida.



Andy P. Villa
Autor del libro: "Memorias de 100 y Aldabó, la Prisión más Temible de Cuba"
http://www.100yaldabo.com/

jueves, 28 de junio de 2012

@100yaldabo #cuba Perder el miedo


Perder el miedo.

El régimen castrista, como toda dictadura, se basa en el miedo. Yo calculo que al menos el 95% de los cubanos residentes en la isla están en contra del Gobierno y a favor de que en Cuba se establezca un sistema democrático. El problema es que también ronda el 95% de las personas que le temen al sistema y a sus fuerzas represivas.

Desde los inicios de la Revolución se crearon organizaciones militares y civiles para infundir miedo y desconfianza hacia cada uno de los vecinos, conocidos y hasta familiares. Al punto de existir en cada cuadra del país un Comité de Defensa de la Revolución (CDR) encargado de localizar y delatar a los desafectos o descontentos, para después encargarse el Gobierno a través de sus fuerzas represivas de advertirlo, reprimirlo, y de ser necesario, aterrorizarlo.

En la medida en que un individuo comienza a manifestar síntomas de despertar e intentar sacar la cabeza de entre la masa sumisa, para protestar u opinar diferente, el Gobierno va aplicando diferentes métodos para neutralizarlo, proporcionalmente a la gravedad de la indisciplina.

La primera medida puede ser una llamada de atención del presidente del CDR, luego una advertencia del Jefe de Sector de la policía, seguido de alguna visita temporal a una unidad policial.

Si la persona no entra por "el camino correcto" se gana una visita más prolongada a los centros especializados en represión a la población, destacándose lugares como: "Villa Marista" o "100 y Aldabó", donde tienen métodos más convincentes.

Pero si la persona aún insiste en su rebeldía, tendrá que atenerse a las golpizas propinadas por las fuerzas militares o paramilitares, como es el caso de las Damas de Blanco, o estará en peligro de ser condenado a prisión en un juicio amañado, donde lo acusarán de cualquier otra cosa menos de ser un opositor al régimen. Para que no figure en los registros oficiales la existencia de prisioneros políticos.

Pero si la persona aún no logra ser "reeducada" entra en riesgo de peder la vida en la prisión o en un hospital donde supuestamente le estén dando atención médica, como pasó con Laura Pollán Toledo, Orlando Zapata Tamayo, Wilmar Villar Mendoza o Juan Wilfredo Soto García.

Pero llegará el día en que el por ciento de personas que hayan perdido el miedo aumente drásticamente y se logre una masa crítica de población sin temor. Cuando eso ocurra, hasta ahí llegó la dictadura y ellos, los gobernantes, lo saben. Ellos tienen sus estadísticas y sus métodos para tomarle el pulso a la sociedad, por eso están aflojando un poquito por aquí y otro poquito por allá, permitiendo la venta de autos y casas, poseer un celular, hospedarse en un hotel, y alguna que otra medida cosmética para tratar de cambiar la cara del régimen, echándole colorete a la vieja fea, achacosa y decrépita.

A mi me tocó, por azares del destino, visitar "100 y Aldabó" y estar allí por 40 días. Sé que es un lugar diseñado para convencer y ablandar al ser humano, para que cuando salgas te queden tan pocas ganas de regresar, que prefieras mantenerte bien tranquilito.

En mi "causa" estuvo también un muchacho muy decente, estudiante universitario, que estuvo solo 15 días en "100 y Aldabó" y al salir de ahí quedó postrado en una cama, sin ganas de nada, perdiendo peso y demacrándose. Los médicos pensaban que tenía cáncer y comenzaron a hacerle todo tipo de pruebas. Gracias a que una persona lo visitó y logró darle ánimo, salió de ese hueco y logró seguir con su vida.

Conozco otro caso, de un mexicano de Cancún que recientemente fue detenido en el aeropuerto de Ciudad de La Habana por llevar piezas para computadoras en su equipaje. Estuvo unos 20 días en "100 y Aldabó". Ya hace unos meses que regresó a México y todavía está en recuperación. No quiere ni hablar de lo que allí le tocó vivir.

Para resulta dos como estos dos últimos casos es que existen "100 y Aldabó" o "Villa Marista", para aterrorizar a la población y mantenerla sumisa. Pero también se da el caso contrario: personas que son torturadas en estos lugares pierden el miedo y llegan a quedar inmunizadas. Yo soy uno de esos casos. Como la mayoría de los cubanos le temía al régimen, a las frases que simbolizan conceptos intimidantes como: "Seguridad del Estado", "G2", "Departamento Técnico de Investigaciones", "100 y Aldabó", "Contrainteligencia", "DTI", "CI", "El Aparato", etc.

Sin embargo, a mi paso por cada una de las cinco celdas en las que me hospedaron en "100 y Aldabó", fui perdiendo el miedo y cuando salí, al cabo de 40 días y 40 noches, quedé inmunizado.

En la actualidad les agradezco mucho por lo que aprendí y por lo que tuve la oportunidad de conocer, que me dio la oportunidad de escribir el primer libro que existe dedicado a "100 y Aldabó", a los esbirros que me torturaron, que se divirtieron al tener la posibilidad de separarme de mi familia y lo disfrutaron, que hicieron todo lo que estaba a su alcance por infringir el mayor daño posible, muy especialmente a los instructores:

- Mayor Armando Freyre González, Jefe de la Sección 7 de Delitos Especiales en febrero de 2009.
- Primer Teniente Juana.
- Teniente Milko Liranza Labañino. (proveniente de las provincias orientales).
- Subteniente Ezequiel Fonseca González. (proveniente de las provincias orientales).
- Primer Teniente Yisel Zamora Hernández.

Normalmente, en 100 y Aldabó para cada causa hay un instructor. En casos donde está implicada mucha gente, o que son más complicados, hay dos instructores a cargo. Yo fui interrogado por siete instructores. Por dos de ellos una sola vez y nunca supe sus nombres. Por los anteriores cinco, varias veces. Como dice el dicho popular: "si no es un record, al menos es un buen average".

"Es criminal quién sonríe al crimen; quien lo ve y no lo ataca, quien se sienta a su mesa; quien se sienta a la mesa de los que se codean con él o se sacan el sombrero interesado, quienes reciben de él el permiso de vivir."
José Martí

Andy P. Villa
Autor del libro: "Memorias de 100 y Aldabó, la Prisión más Temible de Cuba"
http://www.100yaldabo.com/

jueves, 3 de mayo de 2012

Recomendamos el blog de "Memorias de 100 y Aldabo"


que se puede encontrar aquí http://www.100yaldabo.com/ un blog que recomendamos seguir con atencion.

"Memorias de Cien y Aldabo" ademas de blog, es libro que puede comprarse aquí  y muy celebrado por cierto..

Memorias de 100 y Aldabó

la prisión más temible de Cuba

Autor Principal: Villa, Andy P.
Memorias de 100 y Aldabó
ISBN: 9788480102322
Editorial: Muñoz Moya Editores Extremeños
Fecha de la edición: 2012
Lugar de la edición: Sevilla. España
Encuadernación: Rústica
Medidas: 24 cm
Nº Pág.: 202
Idiomas: Español

Deseamos nuevos éxitos al autor Andy P. Villa, que también escribe para Cuba Encuentro  y para Cubanet. Muchas gracias por escribir y por interesarse por el trabajo que hacemos en el Frente Común.