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miércoles, 9 de mayo de 2012

¡Asesinos!, ¡esbirros!, ¡abusadores!

La represión contra los cubanos, especialmente contra aquellos que se declaran opositores o disidentes al régimen continúan, el reportero de Cubanet Carlos Ríos Otero fue golpeado en su domicilio antes de ser detenido, la tarde del lunes pasado por las fuerzas de la porra del régimen. Intentaban impedir que el fotógrafo y reportero cubriera el desfile del Primero de Mayo en La Habana.

A ellos les molestó mucho un artículo que escribí sobre la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) el único sindicato autorizado por el régimen, y una carta abierta enviada a dirigentes históricos del Castro-Comunismo de la maldita robolución, me dijeron que esos artículos eran “irresponsables e irreverentes”, dijo Carlos Ríos a la agencia Cubanet.
Ellos sabían que, por mi interés en el tema de la Central de Trabajadores de Cuba y los trabajadores cubanos, yo iba a cubrir de alguna manera el desfile del Primero de Mayo, comentó. También que cuestionaron mi artículo “La Nueva Farsa”, donde hago una referencia a como la dirigencia política de Cuba envejece mientras no se da paso a los jóvenes.

De acuerdo con el reportero, los agentes de la porra lo estaban esperando fuera de su casa. Lo llevaron a la estación de la Porra Nacional Revolucionaria, que está en la calle Aguilera en el barrio habanero de Lawton, me tuvieron detenido desde las cinco de la tarde hasta las once de la noche, declaró Carlos Ríos.

Tengo la cara inflamada por los golpes. Yo ya estaba dentro de mi casa y ellos estaban molestos por que no me pudieron agarrar en la calle. Trajeron un provocador, un oficial del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) que le dicen El Verdugo -imagínense, ellos mismos se ponen los motes, porque se conocen bien unos y otros- y que opera en una oficina que está en Santa Cruz del Norte (al norte de La Habana). El individuo comenzó a insultarme, relató el periodista.

Desde adentro de mi casa, le dije que no podían hacer nada si no traían una orden de arresto, pero cuando fui a cerrar la reja de entrada se me abalanzaron dos gorilas, ahora son muy guapos se abalanzan y tiran de todo, me hablaron que fuera con ellos, pero como me negué me halaron por el brazo y el cuello y me tiraron en la acera y me patearon.

Otros dos se le sumaron, traté de defenderme, pero yo soy un hombre de sólo 160 libras de peso y de pronto me vi aplastado por cuatro gorilas, que me tenían tirado en el suelo. Inmediatamente me metieron la mano en el bolsillo y me quitaron las llaves de la casa. Al parecer venían con la intención de entrar en la casa y apoderarse de la computadora, cámaras, como ya lo han hecho con otros periodistas independientes, afirmó Carlos Ríos.

No pudieron seguir golpeándome, porque los vecinos que eran muchos, salieron y comenzaron a gritarles, ¡Asesinos!, ¡Esbirros!, ¡Abusadores!, ellos desde luego son unos cobardes, se asustaron, entonces me metieron de cabeza en un vehículo particular con placas estatales, después de dar muchas vueltas, más adelante me pasaron a un carro patrullero y me llevaron para la estación de la calle Aguilera en Lawton.

Supuestamente, el jefe del operativo fue el oficial de la Sección 21 del Departamento de la Seguridad del Estado, Yoan Mochila, pero nadie puede asegurar que ellos estén usando sus verdaderos nombres o cargos, comentó el fotógrafo y reportero de Cubanet.

Como Yoan Mochila, todos estos cobardes abusadores, que se dedican a lo mismo por ganarse el favor de la tiranía no van a tener donde meterse -escúchenlo bien- van a tener que comparecer ante la justicia que se encargara del resto.

Hay gente que no entiende, porque además desconocen la Historia, y la historia ha demostrado siempre que los cobardes, abusadores y aprovechados de un régimen totalitario, pueden mantenerse un tiempo, pero al final se tienen que arrodillar y pedir perdón, pues la justicia a veces tarda –como en nuestro caso- pero sin lugar a dudas llega en el tiempo donde menos se espera.