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sábado, 17 de noviembre de 2012

El legítimo derecho a la defensa.


El legítimo derecho a la defensa.
 
Es conocido en términos jurídicos, el derecho a la propia defensa de nuestra integridad física, cuando nos encontramos frente a un agresor o un grupo de agresores, que tratan de lesionarnos. Este precepto se conocía desde tiempos inmemoriales, y en las antiguas leyes hebreas, se  incluía el legítimo derecho del agredido, a devolver el golpe. Se conocía como la ley del “Talión”. Dicho que de otra manera se traducía, como “el ojo por el ojo”.
 
Aunque los cánones del derecho, han evolucionado y se han modernizado, siempre ha prevalecido la norma de que; a una acción injustificada, se responde con una reacción proporcional. A esto se le conoce, como “la defensa propia” y condona, justifica y legitima, la respuesta del agredido.
 
Los tribunales cubanos, no reconocen ese derecho del individuo, pretendiendo que no  debe tomarse la justicia, por la propia mano, pero si se considera como atenuante, si se puede constatar, que la reacción  del individuo,  se produjo, por haber recibido una agresión. 
 
En Cuba vivimos cotidianamente esa controversia, entre las personas comunes, pero si se trata de los órganos policiales, la ley cubana arbitrariamente, les concede todo el derecho al policía o sea, cuando un policía arremete contra un ciudadano, aun sin ningún tipo de justificación, el policía siempre tiene la razón.
 
Para impugnar ese derecho policial, se necesita una legión de testigos a nuestro favor y mil trámites burocráticos, que en la mayoría de las ocasiones, no fructifican. Amen, de que si los policías se le adelantan y le acusan primero, le meten en la cárcel, antes de que usted logre reponerse de la golpiza, que le propinaron y los tribunales, le condenan sin miramientos.
 
Últimamente se ha puesto de moda, la golpiza por parte de los Oficiales de llamada Seguridad del Estado o La Contra Inteligencia. Golpear, arbitraria e impunemente a los opositores, es casi un derecho que se han otorgado, ellos mismos, los gendarmes de la Policía Política. Le detienen arbitrariamente y sin que medie justificación, la emprenden a golpes contra usted, luego expresan que le trataron educadamente, aunque se noten los signos, de la golpeadura.
 
Resueltamente se han incrementado los operativos de la Policía Política , para impedir que los hombres de diversas organizaciones contestatarias, asistan a la misa dominical de la Parroquia de Santa Rita de Casia o al parque Mahatma Gandhi, sitos en ambas aceras de la calle 26 y la 5ta avenida de Miramar. No permiten domingo tras domingo, que la mayoría de estos hombres y de algunas mujeres, lleguen al mencionado lugar.
 
Camilo
 
El Jefe de este operativo, es invariablemente, el más sádico y marrullero, de los Oficiales de la Seguridad del Estado, cuyo nombre, según dicen, es José y su alea cotidiano, “Camilo”. Este es, verdaderamente, el heredero predilecto, de Rolando Masferrer y el esbirro consuetudinario de la tiranía castrista. No puede permanecer impune la acción permanente de este individuo, que goza con torturar y maltratar a hombres y mujeres pacíficos, utilizando a una sarta de matones a su servicio, como lo hacía el propio Masferrer o el siniestro Esteban Ventura Novo.
 
Debemos identificar adecuadamente a este excelso violador de los derechos humanos, que se ha convertido en enemigo público número uno, de los ciudadanos y denunciarlo. Fundamentar sus actuaciones ilegales y las golpizas propinadas por él, a cada individuo. Acusarlo apropiadamente, ante la Fiscalía Militar , con todas las pruebas y testigos, por su aborrecible proceder y si las autoridades pertinentes, no responden justamente y se convierten en sus cómplices,  debemos denunciarlo ante las Cortes Internacionales. Entre los abogados independientes podemos encontrar el procedimiento legal, que debe aplicarse.
 
Este individuo, no ha comenzado a dar balazos, simplemente, porque aun no se lo han ordenado o porque todavía, no se lo han permitido. El TT. Coronel, aleas Camilo, toma literalmente la 3era avenida  de Miramar, en la mañana del domingo y se posesiona en la esquina de la calle 26. Allí coloca su Lada de color verde (antes era rojo), con la nueva placa HHH-122 y dirige al timón de su auto, las operaciones. Rodeado siempre, por una caterva de secuaces, a su mando. Perros amaestrados, para golpear y reprimir, cuando están en absoluta mayoría.
 
Ahora colocan otro patrullero civil, cargado con sicarios de su ralea, en la parada que está, en 3era y 16. Cuando alguien conocido se apea de un ómnibus, se abalanzan sobre el o sobre ella, como perros de una jauría entrenada. Luego llaman a Camilo, que lo monta en su carro verde, también  relleno de esbirros y lo traslada para un Centro de “Operaciones”, que han montado  en avenida Primera entre 32 y 34.
 
Escuela usada como centro de operaciones


Por este lugar entran los vehículos policiales

 
Existe allí, una Escuela nombrada Pablo de la Torriente Brau , donde se capacitan, como técnicos medio, en Informática, Contabilidad y Geodesia sus alumnos. Anteriormente fue un Pre-universitario. Me dicen que antes de la revolución, era el  Instituto de Segunda enseñanza y otra persona, me indica que eran Los Escolapios, las escuelas Pías. No conozco exactamente su función.
 
Allí en el patio delantero de la escuela, sitúan un vehiculo estilo Van, no se si un Peugot o un Citroen francés, que es verdaderamente, una jaula para el traslado de prisioneros, con el logo de DICO (Dirección de Investigaciones Criminalistas y Operaciones). El vehículo actúa, como un calabozo ambulatorio. Allí van encerrando a los opositores que, aleas Camilo va acopiando, en sus operativos de caza, por las calles de Miramar. Luego, varias patrullas de la policía, lo distribuyen por las diversas unidades policiales, de la Ciudad de la Habana.
 
En el vehículo de marras, sitúan a varios Oficiales de la policía ordinaria, cómplices del operativo ilegal, que son los que operan el carromato. El carricoche tiene un equipo de aire acondicionado, para hermetizar la galera y  las voces de los que se encuentran adentro, y música, para enmascarar los gritos de los que se rebelan y que son golpeados, por los sicarios castristas. Esto, para que los vecinos no se enteren de lo que está pasando allí.
 
Este domingo 11 de noviembre, varios vecinos del lugar, salieron a observar lo que ocurría, a los gritos de ¡Abajo la tiranía castrista! ¡Abajo los esbirros de la Seguridad del Estado! Y otras consignas al estilo. Varias mujeres, quedaron observando la escena, por lo que el lugar, comienza a hacerse inadecuado, más aun, cuando contactemos a la prensa internacional, para que se presente en el área.
 
Este es un barrio silencioso y tranquilo, no acostumbrado al bullicio de otros lugares de la Habana. Me pregunto si los opositores que somos golpeados, por los esbirros de la tiranía, no tenemos derecho a responder, a esos golpes que nos propinan, como el precepto jurídico, de la legítima defensa. En mi percepción; los esbirros violan la propia ley, al no permitirnos circular libremente, porque no está prohibido, asistir ni a una iglesia, ni a un parque, siempre que se comporte de una manera pacífica, como ocurre ciertamente.
 
Al violar la ley, ellos mismos la deslegitiman. Si ellos no son capaces de cumplir con esa ley, porque deberíamos cumplirla los ciudadanos. Por tanto, quedamos exonerados de su cumplimiento, y si ellos nos golpean, porque no podemos golpearlos a ellos. Una ley que no es respetada por la policia, no tiene porque ser respetada por los ciudadanos. En virtud de eso, si los esbirros nos golpean debemos considerarnos con el derecho de golpearlos a ellos.
 
Una cosa es ser un opositor pacífico y otra muy diferente, es permitir ser abusado impunemente, como si se fuera un esclavo o un perro callejero. No podemos permitir que los esbirros de la tiranía castrista, nos apaleen impunemente.
 
Paso varias fotos del lugar de operaciones, la escuela Pablo de la torriente Brau, situada en la Primera avenida,  entre 32 y 34, en Miramar y del esbirro insignia, de la tiranía castrista, aleas Camilo, para que alguien que le conozca, le identifique adecuadamente y de a conocer  sus generales, para que se hagan públicas y se pueda seguir, un proceso jurídico en su contra. Basta de impunidad.
 
Héctor Julio Cedeño Negrín
Periodista Independiente de Cuba.
 
Ciudad de la Habana , jueves 15 de noviembre, de 2012.