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lunes, 3 de diciembre de 2012

Descarada espía consorte imparte "justicia" en Cuba y fuera de ella











Hace varios meses Alfredo Viso llamó a la esposa de uno de los cinco espías que cumplen condena en USA y le pidió que tenga un gesto solidario con Alan Gross frente al dictador Castro para que le permita viajar al país del norte a visitar a su mamá, quien con 90 años, tiene un cáncer terminal.

Ella, Elizabeth Palmeiro, esposa del espia confeso Ramón Labañino, demuestra -en los pocos minutos que duró la llamada antes de que le cuelgue a Viso sin despedirse- que el doble rasero con el que la dinastía Castro mide la Justicia y los valores, es el que tiene ella misma: la esposa de un presidiario juzgado con todas las garantías legales y que está cumpliendo condena, pero ella lo considera un "héroe" tal como impone considerarlos la burda campaña oficialista castroterrorista.

Y, sabiendo que la llamada la pagaba  alguien desde el imperio -y que en ningún momento ocultó su identidad real (Alfredo Viso), se apresuró a mencionar el caso del otro espía -René González- al que sí lo considera merecedor de un gesto humanitario como el que le otorgó el gobierno de Obama para que visitara a su hermano enfermo.
Pero a Alan Gross, quien continúa preso tras ser juzgado por llevar teléfonos celulares y satelitales a la isla  -algo tan normal en el mundo moderno de hoy- y condenado a 15 años de privación de libertad -la misma sanción aplicada al hoy dictador Fidel Castro Ruz por ser el autor intelectual del asalto armado a dos cuarteles en 1953- ella no lo considera  merecedor de un gesto humanitario equivalente. Y la razón de ello es muy simple:  lo considera, como la dictadura, una moneda de cambio  para presionar por la liberación de su marido y los otros cuatro espías.

Indigna escucharla cómo manipula los derechos y garantías procesales para justificar que Alan Gross, preso político extranjero del castrismo, no solo debe cumplir "condena" si no que además no debe recibir ningún gesto humanitario. La espía consorte se expresa como toda una erudita en jurisprudencia internacional. La pregunta es: si tanto sabe del tema, ¿por qué no aconsejó a su marido que no emprendiera una acción ilegal en USA en lugar de ahora falsear la historia y prentenderlo un "héroe"?

Hoy por hoy, Alan Gross está enfermo de cáncer también. No pudo viajar a visitar a su mamá pero tampoco permiten que un médico independiente lo examine para diagnosticarlo con precisión. El régimen ya decidió que no tiene cáncer y eso debería ser suficiente. Basta ver las imágenes de Alan y las más de cien libras que perdió para darse cuenta no solo de que está enfermo si no también de las pésimas condiciones de vida en las cárceles castristas que poco y nada tienen que envidiarle a un campo de concentración: el próximo 4 de diciembre se cumplen tres años de su arresto  (4 de diciembre de 2009) en el Aeropuerto de La Habana. En 3 años envejeció como 15... Con 63 años parece un anciano.

En el artículo 7. de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se consagra claramente que "Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación."

Pero la señora Elizabeth y el tiranocastro consideran que a la ley la pueden trazar a gusto y voluntad de la oportunidad, si la oportunidad  beneficia a quien trabaje para la dictadura, y que destruya a quien no comulgue con ella, o a quien simplemente se le antoje al régimen que es un contrarevolucionario.

Alan Gross no es ni un opositor ni un contrarevolucionario. Es un contratista que viajó a Cuba a cumplir con su trabajo. En todo caso su "delito" fue llevar internet a Cuba. Luego se quejan los chivas de que no hay internet en Cuba porque los tiburones se comieron el cable que les echó el otro dictador desde Venezuela.

Pero eso no importa. Como no importa la presunción de inocencia en Cuba, ni los derechos ni las garantías. La Ley y la Justicia simplemente NO EXISTEN en Cuba. Y Raúl Castro es un violador serial de los Derechos Humanos consagrados por la UN y para ello cuenta con un brazo ejecutor de su misma talla moral.

Escuche a la consorte: no tiene desperdicio!





Alan Gross antes de caer en manos de Castro.
Alan Gross ahora
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Abogado de Gross denuncia su caso ante el relator de la ONU contra la tortura
Agencias, Washington, 12-11-2012

Judy Gross y más de 500 rabinos piden a Raúl Castro que libere al contratista por razones humanitarias.

El abogado del estadounidense Alan Gross, quien cumple una condena de 15 años en la Isla, escribió una carta al relator de Naciones Unidas contra la tortura, Juan E. Méndez, en la que afirma que las autoridades cubanas le niegan la atención médica a su cliente, reporta la AP.

En la misiva de seis páginas, dada a conocer este domingo, el abogado de Gross, Jared Genser, señala que La Habana no cumple con sus obligaciones contra la tortura establecidas en un tratado que aceptó hace más de una década.

Gross, de 63 años, ha perdido más de 45 kilos (100 libras) de peso en el tiempo que ha estado en prisión, y a comienzos de este año desarrolló una masa detrás de su hombro derecho. Los médicos cubanos le realizaron exámenes, pero un doctor estadounidense que los revisó, a petición de la familia de Gross, dijo que eran inadecuados.

El médico emitió el 2 de octubre pasado un informe en el cual concluyó que Gross "tiene un problema médico que potencialmente pone en riesgo su vida".

"En las seis semanas que han pasado desde la emisión de dicho informe, el Gobierno cubano ha guardado silencio", dijo el abogado, según la AFP.

"La falta de claridad médica dada al señor Goss por parte de los cubanos le ha causado una severa ansiedad mental por seis meses y sigue", afirmó Genser. "A medida que pasa el tiempo, y dependiendo de la severidad de su enfermedad, negarle cuidado médico con seguridad equivale a tortura", advirtió.

Judy Gross y más de 500 rabinos piden a La Habana que libere al contratista

Por otra parte, Judy Gross, esposa de Alan Gross, y más de 500 rabinos pidieron este domingo a La Habana que libere al contratista por razones humanitarias.

La mujer se manifestó en las afueras de un anfiteatro de West Palm Beach, sur de Florida, donde se presentó la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba.

"Estoy aquí en la función de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, para enviar un mensaje a La Habana: la manera más rápida de abrir relaciones entre los Estados Unidos y Cuba, y de promover intercambios importantes de persona a persona, es poner en libertad a mi esposo", dijo Judy Gross en una carta.

Antes de esta acción, más de 500 rabinos enviaron un mensaje a Raúl Castro para sumarse a los pedidos de liberación de Gross.

"Bajo estas circunstancias, le rogamos a su Gobierno que libere al Sr. Gross, por razones humanitarias. Alternativamente, si a pesar del sufrimiento del señor Gross y de su familia a lo largo de los últimos tres años en la cárcel, usted está resuelto a detenerlo, le rogamos que permita que un doctor de la elección del señor Gross lo evalúe y trate cualquier condición médica que pueda tener", afirmaron.

Diario de Cuba