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sábado, 1 de septiembre de 2012

Pesadilla de una señora cubana


Pesadilla a la cubana
Por: Yasmani Nicles Abad
Red Cubana de Comunicadores Comunitarios


Juana Misladis  Núñez Ferrera de 56 años de edad, diabética, con problemas en una rodilla y desviación en la columna, que frecuentemente le impide caminar,  vecina actualmente de calle Quinta #17923 entre C y Pasaje Flor, Reparto Luyanó Moderno, San miguel del Padrón, La Habana, nos cuenta lo siguiente:
“Hace 18 años, en 1994, comenzó mí tragedia. Yo vivía en la calle Segunda # 7422 entre 3ra. y 6ta., reparto Afán, en San Miguel del Padrón y estaba casada con el ciudadano Feliciano Portuondo Martínez. Él abandonó el país –ilegalmente- el 3 de junio de 1994 y regresó a los pocos meses de la misma forma. Fue detenido por las autoridades y cumplió prisión. Yo continué viviendo en el lugar junto con mi hijo, que se encontraba en el servicio militar, hasta que fue operado de urgencia en el Hospital Naval por una apendicitis y un mes después por obstrucción intestinal. Estuvo en peligro de muerte, con un pre infarto en la mesa de operaciones”.
“Durante el tiempo que estuve en el hospital con mi hijo, este señor Feliciano, cambió la llave de la puerta con todas mis pertenencias, dejándome en la calle; nos dio de baja de la libreta de racionamiento y durante un año estuvimos sin los alimentos correspondientes, a pesar de los cuidados especiales que requería mi hijo y nunca he podido recuperar nada. En ese momento ese era el único lugar reconocido que teníamos.”
“Después que dispuso de la casa se fue como preso político a Estados Unidos y en estos momentos viaja constantemente a Cuba, donde vive la mayor parte del tiempo, en un lugar denominado Arango, cerca de Guanabacoa, allí sostiene una relación marital”.
“Mi hijo y yo vivímos en los parques, pedíamos permiso a las amistades para bañarnos antes de ir al trabajo y nunca ningún organismo al que nos dirigimos nos concedió derecho alguno”.
“Después de tanta humillación y sufrimiento, nos albergamos con mi mamá en una casa en muy malas condiciones que le fue dada -en agradecimiento- por el esposo de una señora fallecida, que ella cuidó y acompañó”.
“Cuando mi madre trató de legalizar su permanencia allí, fue declarada ilegal y solo después de múltiples gestiones, logró que la hicieran arrendataria permanente, condición que se mantiene para todos los que continúen viviendo allí”.
“Desde el año 2000 he estado tratando de mejorar las condiciones de la vivienda, dirigiéndome a los organismos competentes, sin resultado alguno. He escrito en varias ocasiones al Consejo de Estado, cuya única respuesta ha sido trasladar el asunto a la Dirección Municipal de la Vivienda”.
“Nunca fue nadie a la casa para comprobar nuestras condiciones de existencia y mi madre estaba enferma de cáncer, con insuficiencia cardíaca y un marcapasos, además de reuma generalizada  y demencia parcial, hasta que falleció hace 2 años y 7 meses en las peores condiciones y sin ninguna ayuda”.
“Tratamos de legalizar la vivienda posteriormente con los servicios de un abogado, que nos costó 250,00 cup y solo logré una resolución declarándome arrendataria permanente, y aunque  siga haciendo gestiones para lograr que me vendan materiales para arreglar la vivienda, los precios son inalcanzables para mí, ya que tuve que abandonar el trabajo por mis enfermedades y en la casa solo se recibe el salario de mi hijo, que solo alcanza para pagar gas, agua, electricidad, casa y una mala alimentación”.
“Como arrendataria permanente tampoco tengo derecho a subsidios para reparar la casa, que solo se conceden a los propietarios. Esta casa es de madera podrida, las paredes se están cayendo y el techo casi no existe cuando llueve”.
“Mi copa se llenó, mi paciencia se agotó, mi autoestima está en el piso. Yo no pido riquezas, yo no pido un palacio, sino que nos den la oportunidad de  vivir  como los seres humanos, porque hemos sufrido el desprecio de esta sociedad”.
¡NECESITO AYUDA, NECESITO DE ALGUIEN QUE ME ESCUCHE!.
La Habana, 29 de agosto de 2012.

     Resolución declarándola arrendataria permanente.





Esta es la “casa” que ni siquiera Juana Misladis puede arreglar.
 
 
 









Enfermos desamparados en #cuba casos sociales sin atencion del estado


 Imagen del desamparo.

Por: Yainé Pintado Aldaya
Sub Directora
Fundación Madres, Familia y Futuro

Con 66 años de edad, María Regla Marquettí Rebaza, padece de asma, cardiopatía isquémica y está ciega del ojo derecho. Hace 2 años, debido a su estado de salud tuvo que retirarse con una pensión de 270,00 cup mensuales, pero debido a los descuentos que le hacen -por los adeudos de efectos electrodomésticos- solo recibe cada mes 105,00 cup.
Con ella viven en Candelaria # 210 apto. 7 entre Cruz Verde y Bécquer, en Guanabacoa,  La Habana, sus dos nietos: Bárbaro Juliano de 9 años y Yanisleidi de la Caridad de 17, ambos de apellido Ruz Santamaría; así como la hija de esta última-su biznieta, Sheila de la Caridad Argudín Ruz.
María Regla es el único sostén de todos ellos, su hija murió hace 8 años y el padre de sus nietos también falleció hace 3. Desde entonces ella mantiene la familia y se ha dirigido a distintas instancias del gobierno en varias ocasiones, en particular a Bienestar Social, para solicitar un pensión para sus nietos menores,  donde le han dicho que espere, que su caso está a nivel de la provincia, pero ya lleva un año sin recibir una respuesta.
Con 105 CUP, Regla tiene que comprarse sus medicamentos y alimentar a la familia, algo imposible, por lo cual no ha podido comprase los espejuelos que necesita. La familia es la representación de la miseria, mal vestidos y desnutridos; y la vivienda está en pésimas condiciones, con puertas y ventanas rotas, el techo con filtraciones y no tiene donde guardar los trapos de sus nietos. El nieto carece hasta de una mochila para la escuela.
Refiere que está cansada de pedirle ayuda al gobierno sin recibir respuesta y que ya no sabe qué hacer para poder alimentar a su familia.
23 de agosto de 2012,


La silla de ruedas que voló
Por: Idania Yanes Contreras
Para la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios

Idalberto López Arrechea, de 39 años de edad, con residencia en la calle Oria # 54 entre Prolongación de Independencia y General Mariño, Reparto Virginia, en Santa Clara, Villa Clara; es padre de 2 niños, un varón de 15 años  que asiste a una escuela especial, debido a su retraso mental y una hembra de 14 años. Él los ha criado, pues la madre está enferma de los nervios.

Idalberto tiene la pierna izquierda amputada. Desde 2002 se le diagnosticó una osteomielitis de tibia izquierda y en 2008 se le realizó la amputación supra cóndilo (más arriba de la rodilla) y ahora presenta una necrosis aséptica de cabeza humeral derecha, por lo que le es imposible usar muletas. Todo ello consta en el Resumen Médico de la Dra. Lourdes La Rosa Sotolongo, hematóloga con registro médico 27037 del Hospital Provincial Arnaldo Milián Castro.
Después de su operación escribió al Consejo de Estado y a nombre de José Ramón Machado Ventura le enviaron una silla de ruedas eléctrica el 19 de octubre de 2008, que sufrió una rotura del sillón el 15 de febrero de 2009. Idalberto se dirigió al administrador del policlínico Marta Abreu,  Arquímedes Carvajal -actualmente separado del cargo-  y a René Fleites, jefe de servicios, los cuales prometieron darle solución al asunto lo más rápido posible, él entregó su silla de ruedas y aún no se la han devuelto.
De igual forma, y debido a sus problemas personales, desde 2010 ha estado solicitando servicio telefónico, la funcionaria Esperanza Peraza, de la Oficina de Atención a la Población le respondió que no había capacidad y trasladó el asunto al Ministerio de Informática y Comunicaciones.
El 23 de marzo de este año le dirigió una carta al Consejo de Administración Provincial sobre ambos asuntos y aunque ha pasado más del tiempo establecido para una respuesta, no ha obtenido solución.

Santa Clara, Villa Clara, 30 de agosto de 2012.