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jueves, 8 de marzo de 2012

Cuba cierra las montañas occidentales a cal y canto


Cuba prohibe la escalada en sus paredes

Las autoridades cubanas han cerrado todos los accesos a las montañas occidentales de la isla, medida que afecta a escaladores así como al resto de visitantes.
Desnivel.com - Miércoles, 7 de Marzo de 2012

Las autoridades de Cuba han decretado el cierre de todos los accesos a sus montañas, según anuncia la Access Fund, asociación internacional con sede en Boulder (Colorado, EE.UU.) que vela por el acceso al medio natural y que cita a sus colegas de la ascociación Acceso PanAm (agrupación de escaladores americanos que defiende los mismos intereses) al difundir esta información. Según apuntan, “un edicto sin explicación del gobierno cubano ha cerrado sus montañas occidentales, no sólo a los escaladores sino a todos los visitantes”.
El comunicado de la Access Fund explica lo siguiente:
Cuba se había ido convirtiendo en un destino invernal en crecimiento, que atraía a escaladores de Estados Unidos, Canadá y toda Europa hacia sus grandes muros desplomados de caliza. Además de albergar una comunidad de escaladores locales en pleno desarrollo. Cuba también se ha convertido en el destino favorito para muchos otros viajeros de aventura. Por ahora, todo esto se ha acabado. Un edicto sin explicación del gobierno cubano ha cerrado sus montañas occidentales, no sólo a los escaladores sino también a todos los visitantes, senderistas y aficionados a las aves.
En enero de 2012, las autoridades cubanas cerraron casi todos los accesos a las montañas en el oeste de la isla. El cierre no se aplica sólo a los escaladores, sino a todos los visitantes, desde espeleólogos y ciclistas de montaña hasta senderistas y aficionados a las aves. En el Parque Nacional de Viñales, que alberga aproximadamente el 80 por ciento de las vías de escalada abiertas, el acceso se limita a caminar en compañía de guías oficiales en los pocos senderos “autorizados” para el turismo. Dichos senderos alcanzan más o menos el uno por ciento del valle de Viñales, y no llegan a ningún punto cercano a las zonas de escalada. El resto del Parque Nacional se encuentra fuera de los límites para todos los visitantes.
“Nadie ha visto un decreto escrito, así que el alcance total de la medida, su base lógica y las sanciones son desconocidas”, dice Armando Menocal, fundador de la Acceso PanAm y de la Access Fund. “Los propios agentes locales no son capaces de decir por qué ha cambiado la política sobre accesos. La mejor suposición –y sólo es una suposición- es que el cierre es una petición de la obsesiva y dominadora seguridad del estado de Cuba”. Las cuevas forman parte de la defensa civil de Cuba, y el ejército continúa excavando (y destruyendo) muchas de las cuevas naturales del país.
Según Menocal, algunos escaladores continúan yendo a escalar, pero los agentes se sitúan en un par de lugares de paso obvios para la escalada y el senderismo y avisan a los visitantes de que no pueden pasar o, si los atrapan mientras escalan, les dicen que dejen de hacerlo. Escaladores y otras personas han descifrado las rutinas de los agentes y su aplicación. Los oficiales se marchan a las tres de la tarde, no trabajan los domingos y no caminan hasta la mayor parte de muros de escalada del valle. Los escaladores cuentan que han podido escalar cada día, pero con dificultades y, probablemente, algo de ansiedad.
El impacto en el valle de Viñales y sus cerca de 30.000 habitantes, sin embargo, podría ser devastador. Cuando los escaladores cubanos y extranjeros empezaron a explorar el valle a finales de los años 1990, no era un Parque Nacional demasiado conocido. Los turistas lo visitaban, pero llegaban sobre todo en autobuses, y sólo se quedaban en dos hoteles al borde del valle. La versión oficial del ecoturismo se limitaba a un solo día en el valle, tiempo suficiente para disfrutar de las espectaculares vistas desde el hotel, ver la pared llamativamente pintada llamada Mural de la Prehistoria, visitar la pavimentada e iluminada Cueva del Indio y comer en un restaurante con techo de paja. Si se detenían en el pueblo, era para comprar agua embotellada y postales.
Viñales es ahora un lugar completamente diferente. El pueblo y los caminos están llenos de visitantes. Centenares de familias cubanas han convertido sus casas en pequeños albergues y restaurantes privados para acoger a los miles de visitantes que llegar para explorar la extraordinaria belleza natural del valle y caminar entre las tradicionales plantaciones de tabaco y café del valle, donde los arados tirados por bueyes y el trabajo de la tierra con caballos todavía caracteriza su agricultura. En solitario o por grupos, llegan para escalar, caminar, avistar aves, ir en bici o hacer espeleología. Los escaladores están allí una semana o más. Hay un Centro de Visitantes del Parque Nacional, dos museos, jardines botánicos, centro cultural y lugares donde se ofrece música en directo.
“Tal como nosotros lo entendemos, nadie ha sido juzgado por escalar, ni por simplemente pasear por el campo”, dice Menocal. “Los infractores reincidentes ha sido amenazados, pero por lo que sabemos ninguno de ellos ha sido multado o sancionado”. A pesar de todo, en este país autoritario, no animamos a nadie a desafiar las normas, a pesar de que sean inexplicables o poco inteligentes.