Guillermo Espinosa, un demócrata santiaguero, activista de los derechos humanos, se enfrentó a los agresores de
Andrés Carrión Alvarez ,
en especial al esbirro camillero, como recoge el video de Univision. Al
ver el video muchos pensamos que era un “agente” que protegía al
detenido, pero la realidad , como aclara el artículo de Cubanet, se
trataba de Guillermo que sin pensarlo salió en defensa de Carrión, horas
mas tarde fue también detenido por la policía por “desacato a la
autoridad”. Clotilde Morejón desde La Habana para Cubaout
Cubanet/
El decoro de muchos hombres
www.cubanet.org -La frase es de José Martí: Cuando hay muchos hombres
sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos
hombres. Me vino a la mente cuando veía una y otra vez, hasta el
cansancio, las imágenes del camillero de la Cruz Roja que agredía con
furia animal a un disidente que era arrestado por la policía de civil,
por gritar “abajo el comunismo”, durante la misa papal en Santiago de
Cuba.
Este
acto barbárico, registrado en audio y video por las televisoras
extranjeras presentes en la ciudad, le dio la vuelta al mundo y se
recordará con vergüenza por los cubanos. Pero el triste e indignante
espectáculo sirvió también para despejar dudas y marcar la visita del
Papa con la esencia represiva del régimen, que muchos trataban de obviar
y encubrir, como una realidad incómoda, entre cánticos religiosos y
llamados al “perdón, el amor y la reconciliación”.
Sin embargo hay algo en el infame video que la mayoría de la gente pasó
por alto. Se trata del hombre pelado al rape, con pulóver blanco que se
abalanza sobre el camillero agresor que, en medio de la euforia, ataca
nuevamente al valiente indefenso con la misma camilla de madera y
hierro. El desconocido del pulóver blanco abraca al de la Cruz Roja y lo
saca, y sin detenerse, se enfrenta a un esbirro vestido de civil, con
pulóver de rayas negras y blancas, que no identifica al recién llegado.
Diez días después de los sucesos, cuando pude finalmente ver el video
del incidente, que el mundo vio en tiempo real pero la dictadura
mantiene censurado para los cubanos, me llamó la atención el
enfrentamiento entre los dos hombres. Supuse que ambos – el del pulóver
blanco y el del de rayas- eran de la policía y que, en medio de la
confusión del momento, se había producido una descoordinación entre los
agentes. Pero al mirar más detenidamente ese momento identifiqué al
hombre que sacó del juego al camillero.
Guillermo Espinosa, un demócrata de amplio historial, en su natal
Santiago, y que estuvo en prisión domiciliaria durante tres años pos sus
actividades pro democráticas, fue el hombre que se lanzó sobre el de la
Cruz Roja. Lo localicé por teléfono, gracias a la cortesía del Roberto
de Jesús Guerra, director de Hablemos Press, en La Habana, y el abogado
Ernesto Vera, en Santiago de Cuba. Estaba en su casa, a un constado de
la carretera vieja del Cobre.
Según narra Guillermo, estaba cerca del lugar y cuando vio lo que
ocurría con Carrión trató de auxiliarlo. Sin pensarlo se abalanzó sobre
él camillero y lo tiró a un lado. Inmediatamente después fue
identificado por la policía política, que lo detuvo durante veinticuatro
horas en la estación de policía conocida como Micro 9, bajo los cargos
de “desacato a la autoridad”.
Durante la conversación comprendí que Guillermo no sabía hasta ese
momento que el incidente se conocía en todo el mundo y él aparecía
agarrando al camillero y enfrentándose al policía vestido con el pulóver
negro de rayas.
-¿Por qué entraste en la bronca y después no hiciste la denuncia de tu detención?, le pregunté.
-¿Qué denuncia iba a hacer? Defender a ese hombre de los abusadores era lo que tenía que hacer, y lo hice.
-¿Estabas en combinación con Carrión?
-No, yo no sabía lo que él iba a hacer. Entre a defenderlo por solidaridad, nagüe.
Al terminar la conversación, llame al Presidente de la Comisión Cubana
de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Elizardo Sánchez, y le
pregunté si se conocía la participación de Guillermo Espinosa en
incidente y su posterior detención.
La respuesta de Elizardo me confirmó que Guillermo era uno de esos
héroes anónimos, uno de los que llevan en sí el decoro de otros muchos
hombres sin decoro.
aleagapesant@yahoo.es