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viernes, 10 de febrero de 2012

Hojitas de Moringa, la nueva proteina castrista, al alcance de todos


 #Cuba: Hojitas de Moringa, la nueva proteina castrista, al alcance de todos






A los inventos alimentarios de los hermanos Castro se suma ahora la Moringa, un producto vegetal cosechado en organopónicos. Rico en vitaminas, minerales y muchiiiiiiiiisima proteina. ¡Y además laxante!. Ante la ausencia de alimentos “tradicionales”, es decir, carne, huevos, pescado, leche…siempre quedará la Moringa. Y yo me pregunto: ¿estarán las nutritivas hojitas de Moringa contenidas en la dieta de los hermanos Castro?. Les ruego información. Documentandome en la red resulta que la plantica es muy versátil, es comestible, rica enb aceite, adormece (muy importante para tener a los cubanos tranquilos), ornamental depura las aguas, sirve de combustible, de madera, de forraje, provee de  hormonas de crecimiento y  hasta sirve  de cortinas rompevientos y de postes vivos, soporte de trepadoras. La prensa cubana la califica de “árbol milagroso”.Un plato de Moringa con tomate puede sustituir a la carne y el arroz con frijoles negros. En fín que ya me imagino un cordón de Moringa rodeando La Habana. Por lo pronto desde el año pasado el gobierno reparte de forma gratuita posturas de moringa empezando por los pueblos del oeste habanero: Santa Fe, Cangrejeras, Baracoa, Jaimanitas y repartos aledaños a Punto Cero donde reside el Coma-andante.  Algunos dicen que esta “idea” es el fruto de las últimas investigaciones del Degenerado In Jefe que seguro sigue sacrificándose con un buen filete “en honor de su pueblo”. Clotilde Morejón desde La Habana para Cubaout
Cubanet/ Ya no hace falta comer bistec
-Rafael vive en Alamar, reparto situado al este de La Habana. Trabaja como un mulo hasta caer la tarde, en una brigada de la construcción. Es joven y fuerte, y los sábados y domingos siempre tiene a su chica para bailar, aunque sea sin música y en el muro del Malecón.
Su tía Berta me contó que hace unos días, cuando se sentó a la mesa a comer, se quedó como absorto contemplando unas hojitas muy verdes, casi transparentes, redondas y desconocidas totalmente para él, mezcladas en la ensalada con la lechuga y el tomate.
-¿Esta yerba qué es, tía? ¿Una brujería?
-Claro que no, muchacho. Son hojitas de moringa.
-¿Morin… qué? –, preguntó sorprendido.
La tía le explicó que se trata de un nuevo producto vegetal, que se vende en los organopónicos del Vedado y en el de la Zona 6 de Alamar, donde ella pudo ver un gran letrero que explica sus propiedades: contiene vitaminas, minerales y mucha proteína… Hasta sirve de laxante. El mazo sólo cuesta dos pesos cubanos, y cinco pesos un pomo de polvo de moringa para condimentar las comidas.
-Prefiero una buen pedazo de carne de vaca bien asada, tía, y come tú la moringa. Yo no necesito ir al baño.
-No hay bistec, tú lo sabes. Además, la producción de moringa es un proyecto de Fidel. Es algo muy bueno, hijo.
El joven comenzó a apartar con paciencia las hojitas de la comida. No quiso decir más nada para no contrariar a su tía, que lo había criado; así que guardó silencio.
Cuando lo llamó por teléfono un amigo, lo primero que hizo fue preguntarle si él comía moringa. La tía se mantuvo atenta.
-¿Qué te contestó?
-Me dijo que yo estaba loco y me colgó el teléfono.
-Qué falta de respeto con Fidel Castro, Dios mío –exclamó la anciana-. Más tarde voy a llamar a la mamá de ese amigo tuyo. Seguramente ella no sabe todavía que, ahora con la moringa, ya no hace falta comer bistec.

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