El Gang Chong Chon
La dirigencia cubana sigue siendo tan pueril e irresponsable en su senectud como en su juventud
ANTONIO A. HERRERA-VAILLANT | EL UNIVERSAL
jueves 25 de julio de 2013 12:00 AM
En inglés "Chong Chon Gang" puede significar "Pandilla Chong Chon"; y el caso del barco norcoreano preso en Panamá deja a pleno descubierto el agavillamiento entre dos pandillas prehistóricas para sabe Dios qué aventura descabellada.
La gravedad diplomática del sainete tiende a opacar su aspecto vital: La inenarrable torpeza e irresponsabilidad de dos regímenes obsoletos y disfuncionales, desconectados de la realidad global.
Entre las persistentes leyendas sobre el régimen cubano está su casi invencible talento conspirativo y contraconspirativo. La increíble permanencia del sistema castrista lleva a muchos a atribuir su perdurabilidad a un cierto diabólico y casi sobrenatural don para la represión y la subversión.
Sin embargo, cuando se haga la autopsia al régimen castrista con seguridad vendrán mejores explicaciones a su insólita longevidad, razones totalmente ajenas a cualquier "talento" de los hermanos y de su equipo. Entre ellas probablemente tendremos: la masiva y continua migración de los estratos mejor preparados, la pasividad y colaboración de un "lumpen" parasitario, desmoralizado y degradado, las torpezas de adversarios, y el tácito acuerdo internacional de mantener a la estéril dictadura congelada en el tiempo y el espacio.
La legendaria "inteligencia" cubana es básicamente malicia suspicaz, sádica crueldad y absoluta amoralidad: Y no es mucho más eficiente que las que en su día sostuvieron a "Chapitas" Trujillo y a "Baby Doc" Duvalier.
El caso del "Chong Chon Gang" evidencia que el obsoleto régimen apenas sirve para exportar paranoia y desvaríos, pues su talón de Aquiles es la misma visión pueblerina y anacrónica que mantiene a su país hundido en un miserable pantano de tercermundismo subdesarrollado.
En Venezuela se dice que los mochos se juntan para rascarse, y tiene algo de patético observar el trasiego de armamentos sacados de una cápsula del tiempo que evoca a la Guerra Fría. Aquellas armas son tan anacrónicas como los gobiernos que con ellas juegan.
Visto objetivamente, el incidente confirma que la dirigencia cubana sigue siendo tan pueril e irresponsable en su senectud como en su primera juventud: Pero el ridículo de la "pandilla Chong Chon" no se pueden minimizar los peligros de una farsa que involucra al terroríficamente demencial régimen norcoreano, con toda su eventual capacidad atómica.
La infantil desconexión con la realidad de la decrépita monarquía cubana debe recordar a todo gobierno que quiera aliarse con ellos el viejo dicho que quien se acuesta con niños amanece embarrado. Y sin pañal desechable.
aherreravaillant@yahoo.com
La gravedad diplomática del sainete tiende a opacar su aspecto vital: La inenarrable torpeza e irresponsabilidad de dos regímenes obsoletos y disfuncionales, desconectados de la realidad global.
Entre las persistentes leyendas sobre el régimen cubano está su casi invencible talento conspirativo y contraconspirativo. La increíble permanencia del sistema castrista lleva a muchos a atribuir su perdurabilidad a un cierto diabólico y casi sobrenatural don para la represión y la subversión.
Sin embargo, cuando se haga la autopsia al régimen castrista con seguridad vendrán mejores explicaciones a su insólita longevidad, razones totalmente ajenas a cualquier "talento" de los hermanos y de su equipo. Entre ellas probablemente tendremos: la masiva y continua migración de los estratos mejor preparados, la pasividad y colaboración de un "lumpen" parasitario, desmoralizado y degradado, las torpezas de adversarios, y el tácito acuerdo internacional de mantener a la estéril dictadura congelada en el tiempo y el espacio.
La legendaria "inteligencia" cubana es básicamente malicia suspicaz, sádica crueldad y absoluta amoralidad: Y no es mucho más eficiente que las que en su día sostuvieron a "Chapitas" Trujillo y a "Baby Doc" Duvalier.
El caso del "Chong Chon Gang" evidencia que el obsoleto régimen apenas sirve para exportar paranoia y desvaríos, pues su talón de Aquiles es la misma visión pueblerina y anacrónica que mantiene a su país hundido en un miserable pantano de tercermundismo subdesarrollado.
En Venezuela se dice que los mochos se juntan para rascarse, y tiene algo de patético observar el trasiego de armamentos sacados de una cápsula del tiempo que evoca a la Guerra Fría. Aquellas armas son tan anacrónicas como los gobiernos que con ellas juegan.
Visto objetivamente, el incidente confirma que la dirigencia cubana sigue siendo tan pueril e irresponsable en su senectud como en su primera juventud: Pero el ridículo de la "pandilla Chong Chon" no se pueden minimizar los peligros de una farsa que involucra al terroríficamente demencial régimen norcoreano, con toda su eventual capacidad atómica.
La infantil desconexión con la realidad de la decrépita monarquía cubana debe recordar a todo gobierno que quiera aliarse con ellos el viejo dicho que quien se acuesta con niños amanece embarrado. Y sin pañal desechable.
aherreravaillant@yahoo.com
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