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martes, 13 de marzo de 2012

Misa por el cese de la violencia gubernamental o ¿Qué es y qué no es una misa? (I Parte)


Por Jaime Leygonier/ Hablemos Press.

La Dama de Blanco, y periodista independiente de Hablemos Press, Magali Norvis Otero entregó a Monseñor Polcari la petición de una misa por el cese de la violencia gubernamental en Cuba. Petición  al arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, a la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba y al Nuncio Apostólico que firman ella y sus colegas periodistas Carlos Ríos Otero, Roberto de Jesús Guerra y quien esto escribe.

Otras personas le hablaron a monseñor Polcari del deseo de una misa por las almas de los difuntos de la oposición y su excelencia respondió que "podría tomarse como una  asunto político".

Estas peticiones son inspiradas por la reciente misa de acción de gracias por la recuperación del presidente de Venezuela Hugo Chávez que concelebraron en La Habana el Nuncio Apostólico y el arzobispo cardenal Jaime Ortega -a petición del embajador bolivariano en Cuba.

Lo cual es patentemente "asunto político", puesto que Chávez es un multi-reelecto presidente en vísperas de elecciones, su condición de salud es objeto de propaganda electoral en su contra o en su favor y fuerzas políticas de Venezuela niegan una recuperación que al Nuncio no le consta pero certifica con una misa que no fue por la salud de Chávez sino agradeciendo su recuperación.

Como se discute si hizo bien o mal lo principal es definir: ¿Qué es una misa y qué no es una misa?

La Iglesia católica enseña que la misa o eucaristía es un sacramento, "es fuente y culmen de toda la vida cristiana"*, establecida por el mismo Jesucristo hasta su segunda venida como conmemoración de la última cena que renueva en forma incruenta el sacrificio de Cristo en la cruz por nosotros; Él se manifiesta con la transubstanciación de la ofrenda del  pan y del vino en verdadero cuerpo y sangre de Jesucristo (Lc. 22, 19-20) con que nos une a Él en la comunión.

Se ofrece a Dios por cuatro fines: 1° -Para honrarlo (latréutico). 2°- Para agradecerle sus beneficios (eucarístico). 3° - Para aplacarlo dándole satisfacción por nuestros pecados. Y, 4° -Para alcanzarnos de Él todas las gracias que necesitamos (impetratorio)- Catecismo mayor de San Pio X. "Se ofrece por todos los fieles vivos y difuntos en reparación de los pecados de todos los hombres y para obtener de Dios beneficios espirituales y temporales"* (*Los entrecomillados citan del Catecismo de la Iglesia Católica, Compendio, C.O.C.C., México, 2010).

Según el catecismo "Yo creo" de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba: Los sacramentos "son acciones sagradas (signos) realizados por la Iglesia y que nos dan la Gracia de Dios".

Luego, tanto para los dictadores como para sus opositores, y principalmente para los sacerdotes, la misa es un acto sagrado, entre los fieles y Dios, no es un evento social, no es un evento diplomático, no es una tablilla donde clavar propagandas, ni flor que deshojar a los pies de un tirano, ni adulación al poderoso y oración que se niega al perseguido por éste.

Pero en el reino hereditario de los Castro hemos visto a la Iglesia prestarse a misas en las que Jesucristo no es el centro y en que los obispos no repararon en echar las perlas a los puercos que las hollaron:
En el 2006 la misa por Juan Pablo II, con la Catedral de La Habana ocupada por Fidel Castro y su guardia, entrada por invitación para funcionarios comunistas y el cuerpo diplomático, y el pueblo, que verdaderamente lloraba a éste papa, excluido, arrinconado en la Plaza de La Catedral.

(Y luego los católicos lo justificaban diciendo: "Es un acto diplomático" -!No! !Es un acto sagrado y ni el clero ni Castro pueden convertirlo en otra cosa!)
La misa que dio en esa misma plaza el cardenal Mamberti para una claque de policías de civil y comunistas, con cordones de agentes de la Seguridad del Estado impidiendo a los fieles  !hasta a empujones! el acceso al acto y provocaciones a los opositores durante la misa - como ocurrió al periodista Carlos Ríos Otero.

El 10 de diciembre del 2009 en la Catedral, con prédica de monseñor Jaime Ortega y presencia de los desprestigiados pastores del gobiernista  Consejo de Iglesias de Cuba "la velada ecuménica de oración por los niños del mundo que sufren", el acto tendrá lugar "en el marco del Festival de Nuevo Cine Latinoamericano"- como dijo la invitación del Arzobispo leída en las misas dominicales.

Y su mundana misa del 29 de diciembre pasado en la Avenida del Puerto, con final de fuegos artificiales y, en el momento de la comunión, los sacerdotes entre la multitud entregando la eucaristía por encima de las cabezas de la gente, en condiciones propicias a la profanación accidental o intencional.

Y ahora los obispos invitan a "la misa del Papa" en la Plaza de la Revolución, mirando cortésmente a otro lado mientras el Estado arresta y amenaza a opositores y Damas de Blanco para que no asistan. Y hacen Vía Crucis para "preparar la visita del Papa", no para preparar los corazones para conmemorar la Pasión de Jesucristo.

El 6 de agosto del 2006, al anuncio de la sustitución de Fidel Castro por Raúl Castro, monseñor Ortega, a nombre de la Comisión Permanente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, orientó orar  “para que Dios  acompañe en su enfermedad al  Presidente Fidel Castro e ilumine a quienes han recibido provisoriamente las responsabilidades de gobierno/…/  con un hondo deseo de  paz y de fraterna convivencia entre todos los cubanos, que no puedan ser perturbadas por ninguna situación externa o interna"; llamó "señor presidente" a Castro y al heredero, y al pueblo a conservar la paz y el orden.

No oró por la salud espiritual de Fidel Castro -Gran perseguidor de la Iglesia condecorado "por sus valores ecuménicos" como comendador de una Orden católica vinculada a la Orden de las Brigidinas.(Así son de apolíticos y neutrales).
 
Si alguien duda de que la oración por Castro era falsa oración, dirigida al público y no a Dios, como guiño cómplice al César, la Conferencia de Obispos lo reconoce en documento de la ENEC que cita el informe publicado en Palabra Nueva, de abril, página 42: Los obispos en el 2006 con su petición de oración por Fidel Castro "…/no estaban pidiendo otra cosa que asegurar la estabilidad del Estado cubano."

Años antes el Dr. Ferret y quien escribe entregamos al secretario de Monseñor Ortega una petición de oración pública por dos presos de conciencia en 21 días de huelga de hambre. -Gestión en vano.

Lo enumerado basta para hacernos una idea de quienes manipulan lo sagrado para fines burdamente políticos.

Pero con los precedentes de la oración por Fidel Castro y la misa de acción de gracias por la recuperación de la salud de Hugo Chávez, ¿existe una sola razón religiosa que pudieran alegar los obispos para negarse a una misa por el cese de la violencia gubernamental en Cuba? (Continuará).

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