Tras casi veinte años reclamando en vano electricidad, los residentes en el caserío Altos de Jo, al pie de la cordillera más alta de Cuba, llevaron su protesta a las calles…hasta que el pueblo fue ocupado por tropas especiales.
marzo 22, 2012
Policías antimotines con armas largas irrumpieron este mes en Altos de Jo, un caserío de las estribaciones de la Sierra Maestra, después que el pasado día 7 los lugareños protestaran en las calles, por segunda vez en tres años, exigiendo que el gobierno acabe de conectarlos a las líneas de la red eléctrica nacional, que pasan a menos de dos kilómetros.
El periodista Calixto R. Martínez, natural de la zona y que investigó los hechos para la agencia independiente Hablemos Press, dijo a martinoticias que según sus fuentes la cifra de detenidos superó los 200, y que, aunque ya todos fueron liberados, los han amenazado con imponerles multas.
En llamadas al azar de Radio Martí a teléfonos en el área, varios residentes confirmaron la protesta y la ocupación policial del pueblo.
Según Martínez, las demandas de los pobladores de Altos de Jo comenzaron desde que a principios de los años 90 fueron conectados a la red eléctrica nacional pueblos muy cercanos del municipio Campechuela como El Jíbaro, bajo un proyecto llamado Plan Turquino que contaba con la cooperación de Canadá.
Sin embargo, otros poblados de la zona quedaron sin conexión, entre ellos San Antonio, El Brasil y Altos de Jo. A pesar de que este último se encuentra a poco más de un kilómetro del camino por donde pasa el tendido eléctrico hacia El Jíbaro, el gobierno alegó entonces que no tenía suficientes cables para llevar “la luz” a esas localidades.
Recuerda Martínez que los alteños hicieron sus primeras reclamaciones en los años 90 por “los canales”: al delegado del Poder Popular y al municipio de Campechuela. Más de tres lustros después, en 2010, cansados de esperar por una respuesta positiva, protagonizaron su primera protesta en las calles.
El periodista asegura que en la segunda manifestación callejera, hace dos semanas, participó prácticamente toda la población del caserío. Como consuelo a su prolongada privación de electricidad habían recibido un generador. Muchos adquirieron entonces electrodomésticos, pero cuando recientemente el suministro de petróleo para la planta empezó a fallar, las autoridades propiciaron sin darse cuenta la chispa para la explosión social.
Las fuentes de Martínez relatan que el jefe del sector de la policía se comunicó con el municipio, y éste con Bayamo, cabecera de la provincia Granma, desde donde despacharon a Altos de Jo efectivos antimotines en uniformes negros, con cascos y armas largas, así como grúas, motosierras y ambulancias.
En las semanas siguientes los agentes cerraron todos los accesos y prohibieron la entrada y salida del caserío, piensa Martínez que para impedir que se escapara información sobre lo ocurrido en el pueblo.
Una residente de la zona dijo a Radio Martí: “Ahora dicen que les van a poner la corriente…, pero no se sabe”.
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