Josefa Caridad Contrera Mequeira, madre de los mellizos de 16 años de edad, Yoan Damián y Yordi Emmanuel Pardo Contrera, pidió clemencia para sus hijos adolescentes, que se encuentran detenidos desde el pasado primero de febrero, cuando un altercado entre peloteros en el estadio Latinoamericano de la capital ocasionó una reacción violenta de los espectadores.
El pitcher Odrisamer Despaigne, del equipo Industriales, agredió física y verbalmente al corredor de Pinar del Río, David Castillo. “Ambos fueron expulsados y se desató una lamentable y fanática reacción del público presente”, reportó el periodista oficial Sifredo Barros, del diario Granma, el 2 de febrero.
Espectadores enfurecidos apedrearon el ómnibus que transportaba a los peloteros pinareños. Agentes policiales de la 4ta. Unidad del Cerro intervinieron con perros y bastones. Según la madre, los mellizos y sus amigos quedaron estupefactos y dieron varios pasos atrás ante el despliegue policial.
La intención de los jóvenes fue malinterpretada. “¿Para dónde vas corriendo?” preguntó uno de los agentes, que se le acercó por la espalda a Robín, un amigo de los hermanos. Sin escuchar explicación lo tomó del brazo y lo montó en el auto policial.
Yordi Emmanuel intentó explicar que no hacían nada malo, pero el policía lo agarró también, mientras otro le daba un bastonazo por la espalda. Lo lanzaron a una hilera de policías, que lo llevaron a golpes hasta el vehículo policial. Su hermano Yoan se sumó voluntariamente al grupo de detenidos.
Yordi Emmanuel intentó explicar que no hacían nada malo, pero el policía lo agarró también, mientras otro le daba un bastonazo por la espalda. Lo lanzaron a una hilera de policías, que lo llevaron a golpes hasta el vehículo policial. Su hermano Yoan se sumó voluntariamente al grupo de detenidos.
En el incidente fueron arrestadas 62 personas. Tres días después el número de detenidos se redujo a seis, entre los que se encuentran los hermanos, que actualmente están en espera de juicio, acusados de desorden público
La madre alega que se siente engañada. El capitán Yuniel Batista, oficial de la unidad de instrucción penal de Acosta, en el municipio 10 de octubre, aseguró a los familiares de los detenidos que pronto estarían en la calle. Incluso les dijo no era necesario que contrataran un abogado.
Días después les informó que la Fiscalía provincial los llevaría a juicio y que debían buscar los servicios de un letrado. No obstante, les volvió a repetir que no se preocuparan, porque el desorden público es una acusación menor y no agravante.
Si son juzgados, los hermanos podrían enfrentar una sanción de privación de libertad de hasta 3 años o multa de hasta 50,000 pesos. Incluso les pueden aplicar ambas sanciones. A pesar de que los jóvenes estudian y no tienen antecedentes penales, las autoridades niegan darle una fianza y los mantiene recluidos en una prisión para menores en el municipio Cotorro.
Por: Laritza Diversen
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