Dicen que Chávez padece dolencias físicas de todo tipo. Es difícil saber si es cierto. Su estado de salud sigue siendo un misterio. Lo que si se observa claramente son las dolencias electorales de las cuales padece y que lo deben atormentar considerablemente:
1. Ha perdido la calle. Un signo inequívoco de los tiempos de gloria del Comandante era el control de la calle. Masas rojas se veían acompañándolo todo el tiempo. Hoy las multitudes se ven en otra parte, con el candidato de la unidad.
2. Ha perdido la iniciativa política. Por años, Chávez marcó la agenda de discusión. Ahora el Presidente va a la zaga, respondiendo a los temas que la oposición le plantea.
3. Ha perdido el fervor de sus seguidores. "Con hambre y sin empleo, con Chávez me resteo", se oyó bastante. Ahora, el apoyo se percibe tibio y vacilante.
4. Ha perdido la capacidad para inventar programas. La magia, y los recursos que hacían aparecer iniciativas por doquier, han desaparecido. El país yace extenuado de misiones.
5. Ha mermado su capacidad de comprar votos. Tampoco hay tanto dinero ya para regalar televisores y lavadoras.
6. Ha agotado el uso de los medios. El Presidente ha usado la televisión hasta la saciedad. Ya es difícil que le saque provecho, y hasta es posible que sus excesivas apariciones más bien le estén haciendo daño.
7. Ha perdido la capacidad de intimidar a los empleados públicos. Cada vez es más difícil obligarlos a atender los actos gubernamentales.
8. Ha perdido fuerza física para la lucha. El Presidente tiene que andar en carroza, a distancia de las masas, evitando contactos incómodos.
9. Ha perdido el humor, que era un signo distintivo de su personalidad política. El Presidente está de mal humor.
10. Ha comenzado a perder las encuestas. El candidato de la unidad avanza; el Presidente retrocede.
Estas dolencias son políticamente fatales y le ponen fecha a un desenlace de pronóstico reservado el 7-O.
gerver@liderazgoyvision
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