La Habana envía un mensaje contradictorio, porque atrae y atemoriza al mismo tiempo a los empresarios extranjeros
Fotografía de archivo. EFE/Adalberto Roque
La página digital macleans.ca señala que el gobernante cubano Raúl Castro ha atemorizado a más empresarios de los que ha logrado atraer, lo que pone en peligro las inversiones que requiere el Gobierno para sobrevivir.
Las periodistas Nancy Macdonald y Gabriela Perdomo recuerdan que el gigante petrolero español Repsol se fue de Cuba en mayo pasado; la compañía canadiense Pizza Nova, que tuvo seis locales en la isla empacó sus maletas al igual que había hecho Telecom Italia, mientras que el principal exportador de cítricos del país, BM Group, respaldado por inversores israelíes también abandonó el país.
Según algunos expertos, las medidas económicas adoptadas por Castro buscan recuperar el control perdido. José Azel, investigador asociado de la Universidad de Miami considera que Castro no quiere ser como Mijail Gorbachev, el estadista soviético que eliminó el comunismo en la desaparecida Unión Soviética. “Él quiere ser la persone que logre que el socialismo funcione”.
Desde que Raúl Castro reemplazó en el poder a su hermano, Fidel Castro, en 2008, se ha identificado a si mismo como un reformista y ha buscado situar a Cuba como el lugar donde las empresas extranjeras pueden prosperar indica macleans.ca.
El sitio web señala que Castro ha apoyado operaciones comerciales conjuntas en los negocios de campos de golf, marina y nuevos proyectos manufactureros. Además, menciona que los empresarios canadienses están en primera línea entre los que prestan atención a los llamados del gobernante cubano para que hagan negocios con La Habana.
Cientos de hombres de negocios canadienses expresaron públicamente el año pasado su interés en el mercado cubano, según el Trade Commissioner Service de Canadá. Informaciones aparecidas en los medios de prensa canadienses han alabado los esfuerzos de Castro en este sentido, pero parecería, agrega macleans.ca, que ellos pasan por alto señales perturbadoras de que Cuba estaría dando marcha atrás en sus compromisos comerciales.
Las periodistas Nancy Macdonald y Gabriela Perdomo recuerdan que el gigante petrolero español Repsol se fue de Cuba en mayo pasado; la compañía canadiense Pizza Nova, que tuvo seis locales en la isla empacó sus maletas al igual que había hecho Telecom Italia, mientras que el principal exportador de cítricos del país, BM Group, respaldado por inversores israelíes también abandonó el país.
Según algunos expertos, las medidas económicas adoptadas por Castro buscan recuperar el control perdido. José Azel, investigador asociado de la Universidad de Miami considera que Castro no quiere ser como Mijail Gorbachev, el estadista soviético que eliminó el comunismo en la desaparecida Unión Soviética. “Él quiere ser la persone que logre que el socialismo funcione”.
Desde que Raúl Castro reemplazó en el poder a su hermano, Fidel Castro, en 2008, se ha identificado a si mismo como un reformista y ha buscado situar a Cuba como el lugar donde las empresas extranjeras pueden prosperar indica macleans.ca.
El sitio web señala que Castro ha apoyado operaciones comerciales conjuntas en los negocios de campos de golf, marina y nuevos proyectos manufactureros. Además, menciona que los empresarios canadienses están en primera línea entre los que prestan atención a los llamados del gobernante cubano para que hagan negocios con La Habana.
Cientos de hombres de negocios canadienses expresaron públicamente el año pasado su interés en el mercado cubano, según el Trade Commissioner Service de Canadá. Informaciones aparecidas en los medios de prensa canadienses han alabado los esfuerzos de Castro en este sentido, pero parecería, agrega macleans.ca, que ellos pasan por alto señales perturbadoras de que Cuba estaría dando marcha atrás en sus compromisos comerciales.
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