Otra página negra del hospital Calixto García
Foto:informatica2007.sld |
La misiva, entregada a este reportero por una fuente que no quiso ser identificada, pero igual se siente afectada por estos problemas, da cuenta de esta y otras espeluznantes situaciones por la que han pasado los vecinos del edificio No 501, calle 25, entre las calles H e I en el Vedado (entre el instituto de Gastroenterología y la escuela de Biología de la Universidad.
Desde hace poco más de dos años se están quejando de un derrame de aguas albañales de la fosa de este Hospital, que en muchas ocasiones corre como un río por el costado de la Escuela de Biología, atravesando la calle 25 y continúa por la calle I hacia 23, llegando hasta el parque El Quijote. Cuando eso ocurre la fetidez y la infección de estas aguas contaminadas, se hacen insostenibles. Las calles están llenas de huecos, debido a la filtración de esta pestilencia.
Este reportero entrevistó en el lugar a varios de los afectados, que por cierto, no sólo son los inquilinos del edificio mencionado. Miriam, quien vive frente a la Facultad de Biología dijo: “aunque en este momento no están fluyendo esas aguas albañales, no tardará en hacerlo, porque este problema ha sido la tónica durante mucho tiempo, cuando menos lo espera ahí está la corriente de pestilencia desembocando en la calle 25.”
Un estudiante de la escuela de Biología, que prefirió el anonimato declaró: “el periódico Granma dedica parte de su segunda página a recordar cuánto cuesta en el mundo cada servicio de salud que en Cuba es gratuito, y no se pronuncia sobre estas terribles situaciones dentro de su maltrecho sistema de salud que afectan peligrosamente a los vecinos y estudiantes de este lugar.”
En una parte de la carta de Martin Mesa se puede leer…“hace dos años cursé por esta vía una comunicación al Dr. Estruch con una situación “súper crítica” que hace mucho tiempo estamos informando. En aquella ocasión el Viceministro Estruch solucionó varios temas que nos estaban afectando a los vecinos de este edificio: dejó de expandirse el humo negro de los crematorios del Calixto, que invadía nuestras casas y los alrededores. Se eliminó la bulla de las madres con sus niños que estaban ingresados en las salas de pediatría del instituto de Gastro, cuyo pasillo colinda con nuestro edificio, quedando pendientes otros”.
Sin embargo, otras fuentes cercanas al lugar dicen que cuando hay fuertes vientos, ese humo procedente de cremaciones efectuadas en este hospital penetra en sus hogares.
Lo cierto es que todos estos azotes, unidos al dengue, el cólera y la falta de medicamentos y buen servicio generalizado, derrumbaron desde hace mucho tiempo el criterio de que la salud pública en la isla es una de sus mayores proezas. Los cubanos de a pie saben que eso es una gran mentira.
Es ridículo ver cuando visitan nuestros hogares los compañeros de la campaña anti- vectorial buscando una tapita o un pomito con agua para prevenir que proliferen los mosquitos. ¿Será que estos compañeritos no miran para las calles por donde tienen que pasar?.
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