Irrespeto a lo legislado
Por: Martha Beatriz Roque Cabello
La
joven Jenislaidys González Michelena, acudió a la 11na. Unidad de
la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), cuando se enteró que
habían detenido a su esposo. Ella vive en C # 7647 e/ 1ra y 5ta.,
Reparto Luyanó Moderno, San Miguel del Padrón, La Habana. En sus
brazos llevaba su bebé de 3 meses de nacido. Ella tiene retraso
mental y actúa -en ocasiones- de forma diferenciada, cuando se
encuentra bajo stress.
La
policía quiso que se retirara, pero Jenislaidys no hacía caso, e
incumpliendo lo establecido, un oficial la haló por el brazo donde
tenía recostada la niña, al extremo de tener que actuar con
rapidez, pues se le caía. Discutió con el miembro de la fuerza que
llevaba el número 08548, pero finalmente la sacaron de la Unidad,
sin permitirle hacer una denuncia contra él.
Llegó
a la casa llorando de forma inconsolable y su hermana Juliet
Michelena Díaz, conjuntamente con el esposo de ésta, José Antonio
Sieres Ramallo, fueron al establecimiento policial a reclamar lo
sucedido. Ambos son miembros de la Red Cubana de Comunicadores
Comunitarios. Allí no les permitieron –prácticamente- ni hablar,
negaron los hechos y les dijeron que no habría denuncia. Ambos
pudieron presenciar cuando otro policía, con chapa 08577, hizo lo
mismo con una mujer que se encontraba dentro del Salón de Espera,
por lo que se convierte en una práctica de los que allí trabajan.
A un
llamado de este matrimonio, miembros de la Red fuimos a apoyarlo, ya
que es un derecho ciudadano, contemplado en la Ley de Procedimiento
Penal, el poder denunciar. Allí acudimos un total de 22 personas,
con el respaldo de varios miembros del Movimiento Democrático Unido
de la provincia de Artemisa.
Un
oficial que dijo ser el Superior de Guardia, con grados de 1er.
Teniente y chapa 08561, manifestó que no había denuncia que hacer,
ya que el policía había cumplido con su deber conduciéndola y que
tenía muchos testigos, además el Jefe de la PNR municipal, había
ordenado que no se le tomara declaración.
Por
espacio de más de tres horas el grupo estuvo sentado en unos bancos
a pocos metros de la Unidad Policial, detectándose un fuerte
despliegue de autos patrullas y un camión con miembros de la Brigada
Especial; posteriormente fue contactado por un Teniente Coronel, con
chapa 08750, que dijo ser el Segundo Jefe de la Unidad y explicó
había un error, que ellos estaban en la mejor disposición de
cumplir con lo establecido en la Ley, que nos retiráramos y en la
mañana del día siguiente fuera la aquejada a levantar la denuncia.
La
respuesta fue que nadie se movía de allí hasta que hicieran sus
declaraciones la hermana y el cuñado de la afectada. Él accedió y
después de más de hora y media hubo que volver a preguntar por el
carpeta que iba a tomar la denuncia. Se presentó nuevamente el
Teniente Coronel y dijo que ya había dado la orden, pero que no le
hacían caso. La anarquía total en una Unidad Militar.
Finalmente,
se tomaron los dos testimonios, el de la hermana y el cuñado, y nos
retiramos del lugar, no sin antes haber dado ¡Vivas! a los Derechos
Humanos.
Fue
una victoria de la resistencia pacífica que se permitiera hacer la
denuncia. Por todos es conocido que la policía golpea a ciudadanos
inocentes y también a disidentes y después los encausa, por
cualquier tipo de delito como si ellos hubieran sido los agresores.
La corrupción policial es uno de los males mayores que tiene el
sistema en estos momentos, pero permitiéndola se mantiene.
La
Habana, 7 de setiembre de 2013.
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