La tiranía raulista y sus esbirros incondicionales, conmemoraron este 10 de diciembre como el día nacional de las violaciones a las libertades y los derechos humanos de los cubanos. Con redadas, detenciones arbitrarias y amenazas contra los opositores y activistas, por ser el día conmemorativo de la declaración universal de los derechos humanos en el mundo. En mi casa se presentaron a las tres de la madrugada del día 10 de diciembre, tocando insistentemente mi puerta.
Desde el primer toque sabía que eran ellos y por supuesto nunca me tomé la molestia de contestarles ni de abrirles, además llevaba dos días sin dormir y mi sueño era más que suficiente para ignorarles. Me dije; esperaré a que logren derribar la puerta, pero desistieron y se marcharon antes de intentarlo.
En la mañana del 10 de diciembre recibí un mensaje conminándome a presentarme por la tarde en el Coopelia, pero sabía de la redada que realizarían. Efectivamente llevaron a cabo una ola de detenciones contra los que se personaban en aquel lugar. Me parece que deben utilizarse otros métodos para poner en jaque a la dictadura que no sea provocar las cotidianas detenciones de los opositores.
Ellos se preparan y allí están para detenernos. Tienen cientos de Oficiales para ello, nos conocen uno por uno y no pasan ningún trabajo, para ejecutar el operativo. Por ello pienso que no vale la pena el mal rato, tenemos que ponerlos en jaque a ellos y no que nos coloquen a nosotros.
Habrá alguno que deba dar la cara para tratar de demostrar su liderazgo, pero me parece inefectiva e esa táctica. Debemos por lo menos provocar la participación ciudadana y comprender de una vez, que sin la población, no somos nada. Tenemos que mejorar los métodos, para sumar a los cubanos a esta lucha y demostrarles, que es también de ellos.
Andaba por mi barrio, que está en el centro de la Habana, allí nadie sabía lo que significa el día 10 de diciembre. La vida continuaba imperturbable, mientras la represión arreciaba en el Vedado. Nadie se enteró de ello. Los opositores no tenemos poder de convocatoria entre la población, eso es un hecho.
Raúl Castro mientras tanto, andaba de paseo por Sudáfrica con su animal de compañía, con el pretexto de la muerte de Nelson Mandela, un verdadero demócrata, que no comulgaba con los Castro. Allí se encontró con Barack Obama y como es normal en la reglas de cortesía, se saludaron. El Presidente Obama según dice la gente, a mi no me crean, le dijo a Raúl Castro que en su país se respetaban los derechos humanos. Claro si verdaderamente se lo hubiera dicho, a Raúl eso le importa un bledo.
Que le importa a un tirano, las reglas de la democracia. Tal vez me entere mañana de que conversaron ambos y que Barack Obama le dijo a Raúl de Alan Gross y Raúl le dijo a Obama de sus cinco espías, que en verdad son cuatro. Raúl le diría que si suelta a sus cuatreros le libera a su contratista y no se pondrán de acuerdo, porque Obama no tiene potestad para liberar a esos espías, por muy Presidente que sea de los Estados Unidos.
La represión continuará en Cuba como siempre, hasta que los cubanos seamos capaces de liberarnos, de esta tiranía y de los tiranos, así de simple y nada más.
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