El blog Alejo 3399 asegura hoy en un post que dos sonados casos de corrupción, ocultados por los medios oficiales de prensa, pero que circulan en memorias flash y DVD por toda la isla con lujo de detalles, podría haber sido filtrado por las mismas autoridades.
Una hipótesis sugestiva que refleja la doble moral del gobierno y el partido comunista en la isla.
El Timbeke reproduce integramente el post de Alejo 3399 titulado Corrupción y prensa quieta.
Dos explotes de corrupción administrativa viajan por estos días de DVD en DVD a través de memorias flash, el canal de noticias de los cubanos sin Internet. Aunque ambos casos fueron descritos y comentados por el bloguero Roberto Peralo en el blog La Joven Cuba (La corrupción en Cuba: enfermedad crónica), los relato con brevedad:
El primero: una partida de carboncitos de la Empresa de Comunales en La Habana se robaron cerca de 34 millones de pesos y el dinero fue utilizado para elevar considerablemente sus niveles de vida: casas de una pila de pisos, vacaciones cinco estrellas en Varadero, más de 50 mil CUC en renta de autos de lujo lo típico del ladrón que no siente necesidad de ocultar su crimen.
El segundo: en una Tienda Estafadora de Divisas (TRD) de Carlos III (también en la Capital) otra banda de carboncitos, pero de más bajo vuelo, declaraban como merma ciertas mercancías y luego las vendían en el mercado ilícito de los cuentapropistas de la zona. Empleaban además otras marañas financieras que ciertamente interesan menos que la simple demostración de que los tipos robaban: incluso uno (con más pinta de infeliz que el resto) fue sorprendido en el acto por los ojos de los auditores mientras intentaba extraer de la tienda mercancía alterada.
No quiero hablar en sí de la corrupción; aunque es un asunto complejísimo en la Cuba de ahora mismo, todo debate al respecto se resume a lo siguiente: la corrupción es mala y hay que encontrar formas de atajarla. No creo que haya que llegar al extremo que propone mi colega bloguero de sugerir a la Contraloría General de la República que audite personas en vez de instituciones: comparar los salarios de los jefes con el nivel de vida que llevan no demostrará nada excepto lo que todo el mundo sabe: que aquí salario y mierda es lo mismo, pero eso no siempre significa que la gente robe. Tengamos en cuenta que, si vamos por ahí, no un jefe o dirigente cualquiera, sino también cualquier trabajador, estaría robando a diestra y siniestra para poder pagarse el uso miserable de un teléfono móvil, o el plato fuerte de sus comidas (incluso el huevo frito), o los zapatos con que sus hijos van a la escuela. El salario de un funcionario cubano solo se corresponde con los mandados de la canasta básica: el resto entra por otros caminos, imposibles de reducir a uno solo.
Yo me intereso más en la sospechosa filtración de casos como estos hacia las memorias flash de la gente, y no su descubrimiento en periódicos y noticieros.
Pudiera pensar usted que los videos escapan del control del gobierno y ven la luz en contra de su voluntad, pero no lo creo: con todo y que me digan que sí, que se filtró, por ejemplo, aquel relacionado con los explotes de Carlos Lage y Pérez Roque, me falta comprobarlo con mis propios ojos. La filtración de casos de corrupción parecen más una acción planificada que otra cosa.
¿Será esa entonces la estrategia de los arquitectos de la comunicación pública nacional para cumplir la tarea priorizada de eliminar el secretismo? Si es así debo decir que me parece tremenda porquería y una falta de respeto total, primero con la gente y su derecho a la información, y luego con la prensa y su derecho a detentar los poderes de la información.
Meses después de que un Congreso de periodistas debatiera y acordara su intensión de hacer un periodismo más periodístico, y meses después de que hasta el Presidente cubano Raúl Castro se declarara enemigo del secretismo barato, sucede esta usurpación descarada de las funciones de la prensa.
Y he aquí una verdad básica: la prensa en Cuba ganaría mucho sí la gente comenzara a verla como algo importante para enterarse de las noticias. ¿Sería bueno que el Noticiero Nacional de Televisión transmitiera esos videos con prontitud y exclusividad? ¡Claro que sí!; tanto que hasta molesta la pregunta.
Ahora, aquel que quiera seguir viendo moscas sobre los moribundos medios de prensa solo tiene que continuar dejando que otros secuestren sus deberes esenciales. Acusan a un grupo de blogueros de llevarla recio, pero coño, la lleva más recio quien la ridiculiza de esa manera tan cruel, quien se burla de sus protagonistas dándoles una primicia de acto central por el día del nosequé, mientras una banda de cabroncitos le roban más de 1 millón de dólares a la gente de este país, y cuando sabe Dios cuántas otras bandas de cabroncitos se roban más todos los días, de poquito en poquito, y nadie se entera.
La bola de la corrupción sigue saltarina entre las piernas de un catcher malísimo, y la prensa nuestra quieta en segunda, risueña y con las manitos en la cintura, ajena a las dinámicas del buen juego.
http://eltimbeke.blogspot.com/2013/12/cuba-filtra-casos-de-corrupcion.html
Una hipótesis sugestiva que refleja la doble moral del gobierno y el partido comunista en la isla.
El Timbeke reproduce integramente el post de Alejo 3399 titulado Corrupción y prensa quieta.
Dos explotes de corrupción administrativa viajan por estos días de DVD en DVD a través de memorias flash, el canal de noticias de los cubanos sin Internet. Aunque ambos casos fueron descritos y comentados por el bloguero Roberto Peralo en el blog La Joven Cuba (La corrupción en Cuba: enfermedad crónica), los relato con brevedad:
El primero: una partida de carboncitos de la Empresa de Comunales en La Habana se robaron cerca de 34 millones de pesos y el dinero fue utilizado para elevar considerablemente sus niveles de vida: casas de una pila de pisos, vacaciones cinco estrellas en Varadero, más de 50 mil CUC en renta de autos de lujo lo típico del ladrón que no siente necesidad de ocultar su crimen.
El segundo: en una Tienda Estafadora de Divisas (TRD) de Carlos III (también en la Capital) otra banda de carboncitos, pero de más bajo vuelo, declaraban como merma ciertas mercancías y luego las vendían en el mercado ilícito de los cuentapropistas de la zona. Empleaban además otras marañas financieras que ciertamente interesan menos que la simple demostración de que los tipos robaban: incluso uno (con más pinta de infeliz que el resto) fue sorprendido en el acto por los ojos de los auditores mientras intentaba extraer de la tienda mercancía alterada.
No quiero hablar en sí de la corrupción; aunque es un asunto complejísimo en la Cuba de ahora mismo, todo debate al respecto se resume a lo siguiente: la corrupción es mala y hay que encontrar formas de atajarla. No creo que haya que llegar al extremo que propone mi colega bloguero de sugerir a la Contraloría General de la República que audite personas en vez de instituciones: comparar los salarios de los jefes con el nivel de vida que llevan no demostrará nada excepto lo que todo el mundo sabe: que aquí salario y mierda es lo mismo, pero eso no siempre significa que la gente robe. Tengamos en cuenta que, si vamos por ahí, no un jefe o dirigente cualquiera, sino también cualquier trabajador, estaría robando a diestra y siniestra para poder pagarse el uso miserable de un teléfono móvil, o el plato fuerte de sus comidas (incluso el huevo frito), o los zapatos con que sus hijos van a la escuela. El salario de un funcionario cubano solo se corresponde con los mandados de la canasta básica: el resto entra por otros caminos, imposibles de reducir a uno solo.
Yo me intereso más en la sospechosa filtración de casos como estos hacia las memorias flash de la gente, y no su descubrimiento en periódicos y noticieros.
Pudiera pensar usted que los videos escapan del control del gobierno y ven la luz en contra de su voluntad, pero no lo creo: con todo y que me digan que sí, que se filtró, por ejemplo, aquel relacionado con los explotes de Carlos Lage y Pérez Roque, me falta comprobarlo con mis propios ojos. La filtración de casos de corrupción parecen más una acción planificada que otra cosa.
¿Será esa entonces la estrategia de los arquitectos de la comunicación pública nacional para cumplir la tarea priorizada de eliminar el secretismo? Si es así debo decir que me parece tremenda porquería y una falta de respeto total, primero con la gente y su derecho a la información, y luego con la prensa y su derecho a detentar los poderes de la información.
Meses después de que un Congreso de periodistas debatiera y acordara su intensión de hacer un periodismo más periodístico, y meses después de que hasta el Presidente cubano Raúl Castro se declarara enemigo del secretismo barato, sucede esta usurpación descarada de las funciones de la prensa.
Y he aquí una verdad básica: la prensa en Cuba ganaría mucho sí la gente comenzara a verla como algo importante para enterarse de las noticias. ¿Sería bueno que el Noticiero Nacional de Televisión transmitiera esos videos con prontitud y exclusividad? ¡Claro que sí!; tanto que hasta molesta la pregunta.
Ahora, aquel que quiera seguir viendo moscas sobre los moribundos medios de prensa solo tiene que continuar dejando que otros secuestren sus deberes esenciales. Acusan a un grupo de blogueros de llevarla recio, pero coño, la lleva más recio quien la ridiculiza de esa manera tan cruel, quien se burla de sus protagonistas dándoles una primicia de acto central por el día del nosequé, mientras una banda de cabroncitos le roban más de 1 millón de dólares a la gente de este país, y cuando sabe Dios cuántas otras bandas de cabroncitos se roban más todos los días, de poquito en poquito, y nadie se entera.
La bola de la corrupción sigue saltarina entre las piernas de un catcher malísimo, y la prensa nuestra quieta en segunda, risueña y con las manitos en la cintura, ajena a las dinámicas del buen juego.
http://eltimbeke.blogspot.com/2013/12/cuba-filtra-casos-de-corrupcion.html
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