Mariela Castro no es lo que ella desea aparentar, nunca lo ha sido. Ella ansía que la vean como una justiciera de los homosexuales, y una pancartera o ideóloga política de los derechos sexuales. Curioso que dentro de esos derechos Mariela Castro no contemple la protección de los niños y adolescentes contra los depredadores sexuales, contra los pedófilos, y los abusadores de los derechos de la infancia y de la adolescencia. Lo que viendo en lo que se ha convertido la isla, bajo el mando de los dos dictadores, o sea un auténtico “burdel para pedófilos”, a ella debiera preocuparle; quién sabe por qué razón no le inquietan estas cosas fundamentales en los derechos y deberes de los estudiosos y justicieros de la sexualidad. Ella sola lo sabrá, y otros lo sabrán y no querrán confesarlo por el momento.
Mariela Castro, a la cabeza de una ONG, que supuestamente recibe ayudas potentes de países europeos y de Estados Unidos, declara estar preocupada por la situación que vive el mundo, que según ella es peor de la que vive Cuba. Y se pone a dar lecciones, desde Bélgica, sobre sociedades clasistas. Nada menos que ella, la primera privilegiada de una casta clasista castrista. Ella, que vive, actúa, y viaja, amparada por su tío y su padre, ambos dictadores. Ambos los destructores de la democracia y de la libertad en Cuba. Ambos clasistas y racistas.
Los cubanos que viven en Bélgica debieran protestar en contra de que sus impuestos se usen para que esta alimaña oportunista pase largas estancias en Bruselas y en Europa, y las convierta en tribunas a favor de la dictadura que ella representa.
Mariela Castro es tan descarada, que se atreve a usar la causa de los homosexuales en el mundo entero para defender a cinco sinvergüenzas espías terroristas encarcelados en Estados Unidos (uno ya está en libertad en Miami), y es lo que ha ido a hacer a Bélgica; darse autobombo como la presidenta del CENESEX, cuando en realidad es la más peligrosa representante del régimen castrista, porque usa un lenguaje que es música para los comunistas europeos, todo mentira deleznable, y que se ha puesto muy a la moda.
Aquellos que esperan que con este tipo de personaje, que brilla por su prepotencia, cinismo, racismo y clasismo, Cuba va a cambiar o se podrá llegar a hacer una transición pacífica (¿hacia dónde, del castrismo de los viejos al castrismo de los tembones?), está más perdido que un pedo en un baile, o simplemente es un cómplice, un colaborador de estos delincuentes que son, todos, sin excepción, cada uno de los Castro, desde el más viejo hasta el más joven.
Zoé Valdés.
Fuente: http://zoevaldes.net/2012/10/01/mariela-castro-descarada-y-peligrosa/
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