La USAID, la amenaza a la seguridad nacional y el gusanito anestesiado
Cada día abro el periódico Granma (no cuesta mucho trabajo, sólo son 4 hojas), y me encuentro un artículo (editado, vuelto a editar, publicado por otro periodista, etc.) sobre “el reciente descubrimiento de que la USAID ha infiltrado peruanos en Cuba para desestabilizar al país” y que eso es una “amenaza a la seguridad nacional“.
Señores, niños periodistas, abuelitos políticos, eso no es una amenaza a la seguridad nacional. Que una organización de cooperación norteamericana financie el intercambio de jóvenes y que pueda tener una coyuntura política, eso mis queridos amigos, no atenta contra la seguridad nacional de Cuba ni de ningún país.
En casi todas las partes del mundo, los ciudadanos son libres de asociarse, reunirse y manifestarse pacíficamente sin ser reprimidos, crear partidos; incluso participar en la política del país. En Cuba, todos los actores políticos que discrepan del Partido Comunista son reprimidos, encarcelados, perseguidos, espiados, asediados, y por ahí para allá un montón de cosas.
Supongamos que yo agarre mi maleta, me vaya a Portugal, me reúna con jóvenes portugueses y salga a la calle con carteles a gritar ¡Abajo Aníbal Cavaco! ¿Soy yo una amenaza para la seguridad nacional de Portugal? No, queridos políticos de “empezar a vivir“.
Una amenaza a la seguridad nacional es cuando se consuma el espionaje, sabotaje, terrorismo, rebelión, genocidio, en contra del Estado dentro del territorio nacional. También son una amenaza los actos que atenten contra la seguridad de la aviación o las operaciones militares y navales contra la delincuencia; actos que atenten contra el personal diplomático, tráfico ilegal de materiales nucleares, armas químicas, biológicas y convencionales de destrucción masiva, todo acto de financiamiento de acciones y organizaciones terroristas, actos que pretendan destruir la infraestructura de la nación…
En ninguno de los casos anteriores entra la categoría de “jóvenes extranjeros que se reúnan con la oposición para pedir un cambio político“.
En muchas partes del mundo, Estado y Gobierno, son dos conceptos distintos. Pedir o trabajar pacíficamente para que se cambie un Gobierno, no es una amenaza al Estado. En Cuba obviamente lo es, porque Estado y Gobierno son lo mismo.
Una amenaza a la seguridad nacional es que el Gobierno de Cuba trafique armas y equipos bélicos con Corea del Norte, teniendo este país asiático una restricción de la ONU en cuanto a exportaciones e importaciones de armamentos. Atentar contra la seguridad nacional es invadir Venezuela con militares cubanos para reprimir violentamente a manifestantes pacíficos. Atentar contra la seguridad nacional es infiltrar a “malanga y su puesto de viandas“ en Latinoamérica con tal de no perder poder en la región.
No me vengan a decir a mi, genios del infantilismo, que un grupo de peruanos queriendo promover elecciones libres y transparentes en Cuba son una amenaza a la seguridad nacional. Una amenaza es financiar la guerrilla armada en Colombia, o darle refugio a los terroristas de ETA en La Habana. ¡Eso si!
Luego voy y leo varios blogs bastante críticos a la situación actual en Cuba, y me encuentro la misma semántica dando discursos promotores del cambio pero dejando claro que “no se puede tolerar que la USAID financie“ y que “hay que castigar todo intento que amenace la seguridad nacional“.
Queridos lectores, esto es como un gusanito anestesiado de populismo concentrado por tantos años metido en la cabeza de la gente que no deja ver con claridad y objetividad la relevancia y el alcance de las cosas. A la hora de informar debemos ser claros, no podemos permitir que el gusanito histérico altere el mensaje que queremos dar. Que Granma siga diciendo lo de siempre, aquí estamos nosotros para darle claridad a las cosas y para informar con responsabilidad.
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