Mientras la nave de Alitalia ganaba altura y se delineaba en un fondo de esplendido cielo cubano nuestras mentes iniciaron el logico proceso de hacer las sumas y determinar quien gano, quien perdio y quien quedo igual en este escenario insignificante pero querido para nosotros que es Cuba. Personalmente pienso que a Benedicto XVI no se le podia pedir nada, ni que dijera mas ni que dijera menos; claro que hubiera sido bello verlo gritar a voz en cuello que alla lo que hace falta es "jama", pero eso no es realista y permenece entre los...