León Padrón Azcuy, la Habana
Lo primero que debiéramos hacer todos los cubanos es pedirle perdón a Cuba porque mientras la tempestad ha azotado a la nación por más de medio siglo, permanecemos en silencio. Y ni siquiera hemos señalado la hora en que digamos nunca más hemos de dormir, saldremos a afuera y demostraremos que tenemos integridad, que tenemos la solución para Cuba.
Hace apenas un año, el mundo árabe entró en erupción, cuando un vendedor ambulante prendió la mecha frente a un establecimiento gubernamental en Túnez, que desoyó sus demandas. Una boquete que indignó a una generación de gente joven, que ya no estaba dispuesta a seguir sufriendo en silencio, y que se alzó contra los odiados déspotas que dirigían sus países.
Sin embargo, al margen de estos sucesos, todavía Cuba sigue con sus mismos déspotas, o peor, se cambió uno por otro, sin que nada haya sucedido. Mientras la Biblia dice que Cuba espera la manifestación de los hijos de Dios. Un claro mensaje de que EL, está esperando por el clamor de este pueblo.
Hay una enseñanza del pasado que bien aplica en el presente de los cubanos. Se dice que Jonás no quería predicar y se embarcó en un buque contrario a la voluntad de Dios. Peor aún, dormía en medio de una tempestad, permitiendo que cada marinero consultara con su dios, cuando él era el que tenía la verdad. Uno llamó a las manos llantas, otro a los curanderos, y otro a la virgencita; porque si hay algo que tiene efectivo el diablo, es su departamento promocional. El promociona siempre sus mentiras diabólicas y la gente creen esas cosas.
Hoy un montón de cubanos usan la práctica de la hechicería o la santería, gastando partes de sus bienes en mentiras y estupideces, que los alejan de Dios y no los ha librado de la constante miseria en que han vivido. Y lo peor es que se desvanecen en una incansable lucha sin esperanza por un porvenir mejor, que le ha sido negado por más de medio siglo que los convirtió esclavos, dependiendo de míseros trabajos, insuficientes para cubrir los gastos de alimentación, calzado y vestimenta.
Si bien es cierto que, el mismo Dios dice que la fe no es un don de hombre, sino de Él, yo vengo a hablarles de la necesidad que tenemos los cubanos de Dios. Sólo mediante el, podremos conquistar lo que es nuestro, y meternos en el campo del diablo y tomar los que nos robó.
No se trata de religión, porque nunca Dios vino a salvar denominaciones ni religiones, vino a salvar gentes, gentes gentes. Católicos, evangélicos, apostólicos, bautistas, pentecostales, liberales, ortodoxos, homosexuales, fundamentalistas. Más bien, se trata de decirle a una solo voz a los tiranos de Cuba, con criterio porque somos cubanos; lo que por supuesto nos da el derecho hablar… Cuba no necesita más policías ni cárceles para tener un bienestar mejor, estamos cansados de oír que este es el mejor sistema del mundo, nos cansamos de esperar por las reformas de la economía, mientras el costo de la vida, la alimentación, la corrupción la inmoralidad y la falta de libertades, dicen otra cosa.
Se trata de que los cubanos, sobre todos los jóvenes dejen de quejarse, y empiecen a declarar que esa generación es la clase dirigente del mañana y que se van levantar y van ser los dueños de multimedia, de canales de televisión -que no promocionen promiscuidad-, gerentes de programaciones cristianas que enseñen que no es más importante aquel que se levanta en la cama ajena, o que adultera con la mujer, o aquel que toma droga, que el que tiene a Cristo en su corazón.
Debemos de dejar de vivir una teología de ruina. Las empresas, la política, la economía, la educación la salud, nunca estarán en mejores manos que la de los que aman a Cristo. El apocalipsis no fue escrito para predecir destrucción, guerra y enaltecer a satanás, fue para decirnos que quien gana en esta historia son los cristianos porque están en el bando ganador ya que el mismísimo Jesús termina en el timón. Luego entonces por que dejar a Cuba fuera de esta bendición.
Termino diciendo que, las razones del caos moral, y el terremoto de antivalores que vive Cuba hoy, es producto de que la juventud duerme. Y esto lo hace a pesar de estar descreída de las propuestas caducas de la revolución quien ya baila sobre el Titanic, sin apenas reflexionar que Cuba pide a gritos, un poco de libertad y justicia.
Leonpadron10@gmail.com Blog: leonlibredecuba
Fuente: http://leonlibredecuba.wordpress.com/
Lo primero que debiéramos hacer todos los cubanos es pedirle perdón a Cuba porque mientras la tempestad ha azotado a la nación por más de medio siglo, permanecemos en silencio. Y ni siquiera hemos señalado la hora en que digamos nunca más hemos de dormir, saldremos a afuera y demostraremos que tenemos integridad, que tenemos la solución para Cuba.
Hace apenas un año, el mundo árabe entró en erupción, cuando un vendedor ambulante prendió la mecha frente a un establecimiento gubernamental en Túnez, que desoyó sus demandas. Una boquete que indignó a una generación de gente joven, que ya no estaba dispuesta a seguir sufriendo en silencio, y que se alzó contra los odiados déspotas que dirigían sus países.
Sin embargo, al margen de estos sucesos, todavía Cuba sigue con sus mismos déspotas, o peor, se cambió uno por otro, sin que nada haya sucedido. Mientras la Biblia dice que Cuba espera la manifestación de los hijos de Dios. Un claro mensaje de que EL, está esperando por el clamor de este pueblo.
Hay una enseñanza del pasado que bien aplica en el presente de los cubanos. Se dice que Jonás no quería predicar y se embarcó en un buque contrario a la voluntad de Dios. Peor aún, dormía en medio de una tempestad, permitiendo que cada marinero consultara con su dios, cuando él era el que tenía la verdad. Uno llamó a las manos llantas, otro a los curanderos, y otro a la virgencita; porque si hay algo que tiene efectivo el diablo, es su departamento promocional. El promociona siempre sus mentiras diabólicas y la gente creen esas cosas.
Hoy un montón de cubanos usan la práctica de la hechicería o la santería, gastando partes de sus bienes en mentiras y estupideces, que los alejan de Dios y no los ha librado de la constante miseria en que han vivido. Y lo peor es que se desvanecen en una incansable lucha sin esperanza por un porvenir mejor, que le ha sido negado por más de medio siglo que los convirtió esclavos, dependiendo de míseros trabajos, insuficientes para cubrir los gastos de alimentación, calzado y vestimenta.
Si bien es cierto que, el mismo Dios dice que la fe no es un don de hombre, sino de Él, yo vengo a hablarles de la necesidad que tenemos los cubanos de Dios. Sólo mediante el, podremos conquistar lo que es nuestro, y meternos en el campo del diablo y tomar los que nos robó.
No se trata de religión, porque nunca Dios vino a salvar denominaciones ni religiones, vino a salvar gentes, gentes gentes. Católicos, evangélicos, apostólicos, bautistas, pentecostales, liberales, ortodoxos, homosexuales, fundamentalistas. Más bien, se trata de decirle a una solo voz a los tiranos de Cuba, con criterio porque somos cubanos; lo que por supuesto nos da el derecho hablar… Cuba no necesita más policías ni cárceles para tener un bienestar mejor, estamos cansados de oír que este es el mejor sistema del mundo, nos cansamos de esperar por las reformas de la economía, mientras el costo de la vida, la alimentación, la corrupción la inmoralidad y la falta de libertades, dicen otra cosa.
Se trata de que los cubanos, sobre todos los jóvenes dejen de quejarse, y empiecen a declarar que esa generación es la clase dirigente del mañana y que se van levantar y van ser los dueños de multimedia, de canales de televisión -que no promocionen promiscuidad-, gerentes de programaciones cristianas que enseñen que no es más importante aquel que se levanta en la cama ajena, o que adultera con la mujer, o aquel que toma droga, que el que tiene a Cristo en su corazón.
Debemos de dejar de vivir una teología de ruina. Las empresas, la política, la economía, la educación la salud, nunca estarán en mejores manos que la de los que aman a Cristo. El apocalipsis no fue escrito para predecir destrucción, guerra y enaltecer a satanás, fue para decirnos que quien gana en esta historia son los cristianos porque están en el bando ganador ya que el mismísimo Jesús termina en el timón. Luego entonces por que dejar a Cuba fuera de esta bendición.
Termino diciendo que, las razones del caos moral, y el terremoto de antivalores que vive Cuba hoy, es producto de que la juventud duerme. Y esto lo hace a pesar de estar descreída de las propuestas caducas de la revolución quien ya baila sobre el Titanic, sin apenas reflexionar que Cuba pide a gritos, un poco de libertad y justicia.
Leonpadron10@gmail.com Blog: leonlibredecuba
Fuente: http://leonlibredecuba.wordpress.com/