La 'actualización', atrapada y sin salida
Roberto Álvarez Quiñones
Los Ángeles 09-05-2012 - 1:31 pm.
Mientras los Castro ganan tiempo, el país lo pierde.
En las últimas semanas se ha podido percibir más claramente que la
"actualización del modelo socialista" cubano parece estar atrapada en un
callejón sin salida.
Mientras el Ministerio del Trabajo informaba recientemente que ya no
serán despedidos 1.8 millones de trabajadores estatales, sino 500.000,
el Ministerio de Agricultura anunciaba que los rendimientos en la
cosecha de papas siguen cayendo y la producción en 2012 ha sido la más
baja de los últimos 12 años.
Lo curioso es que la trampa que paraliza la "actualización" fue colocada
por los propios hermanos Castro. Esta solo funcionaría si se liberan las
fuerzas productivas de la nación, a lo cual ambos dictadores se niegan.
Insisten en que el socialismo real tiene salvación y se puede perfeccionar.
Antes que Fidel y Raúl Castro, Mijail Gorbachov pensó igualmente que a
la dictadura del proletariado inventada por Carlos Marx se le podía
transformar en racional, productiva, y darle un "rostro humano". Muy
optimista, el líder ruso lanzó una restructuración (perestroika) del
sistema comunista acompañada de una inédita transparencia informativa
(glasnot) en los medios de comunicación.
Pero la combinación de racionalidad con transparencia en el socialismo
trae resultados letales y el tiro salió por la culata. Al quedar al
desnudo el carácter inútil y represivo del modelo, éste sucumbió en
menos de cinco años. Lejos de salvarlo, la perestroika lo mató. El
cadáver fue sepultado en las murallas del Kremlin cerca de la momia del
hombre que siete décadas atrás había iniciado ese experimento social. En
tanto, en China y Vietnam decidieron desmontarlo poco a poco a golpes de
libertad económica y un tsunami de capitales burgueses provenientes de
todo el planeta.
Los Castro aprendieron la lección soviética, y asustados ya desde antes
con el socialismo de mercado chino-vietnamita, decidieron elaborar su
propia receta, no para salvar el comunismo tropical, sino para
mantenerse en el poder.
Así, emprendieron una versión light de restructuración económica y
burocrática, sin transparencia mediática o tolerancia política —que fue
lo que destapó la Caja de Pandora en la Unión Soviética—, y sin liberar
las fuerza productivas ni permitir la inversión en grande de capitales y
tecnología de Occidente.
Para que no quedasen dudas, el VI Congreso del Partido Comunista precisó
en sus Lineamientos: "No se permitirá la concentración de la propiedad
en personas jurídicas (negocios privados) o naturales" (individuos). Es
decir, que se prohíbe crear capital nacional.
Ese inmovilismo estalinista es el que frena la "actualización", y la
asfixiará si no hay un enfoque más pragmático de la realidad por parte
de la cúpula castrista. El problema es simple: solo se puede aliviar el
grado de irracionalidad del socialismo si se reducen los astronómicos
costos de producción estatales, pero para ello tiene que haber un sector
privado que dé empleo al 43% de los 4.2 millones de empleados del
Estado, unos 1.8 millones de trabajadores innecesarios, según un estudio
del propio gobierno.
Incapaz de crear riquezas
O sea, la economía socialista castrista es incapaz de emplear
productivamente al 37% de la fuerza laboral total de 4.9 millones de
trabajadores de la Isla. Resulta catastrófico para cualquier país que
más de un tercio de su fuerza de trabajo activa no tenga posibilidad
real de desplegar su capacidad creadora y sus energías para producir
riquezas.
En una economía de mercado, suponiendo que cada uno de esos 1.8 millones
de trabajadores que en Cuba son innecesarios produjesen valores por
$20.000 anuales, eso equivaldría a unos $36.000 millones de dólares en
bienes y servicios de los que hoy carece la población cubana.
Esos casi dos millones de trabajadores sobrantes no pueden ser
cesanteados si no se cuenta con miles de empresas y negocios privados
que los empleen. Y los Castro se oponen. Por eso acaban de bajar a
500.000 el número de trabajadores que quedarán desempleados en los
próximos tres años, incluyendo 110.000 en 2012. Es decir, en 2015
seguirán sobrando 1.3 millones de trabajadores estatales, los costos de
producción seguirán por las nubes y la crisis del sistema habrá empeorado.
Sin un fuerte sector privado no se pueden aplicar principios y
categorías económicas capitalistas en las empresas estatales, algo que
se hace en las empresas militares desde 1987. Y ese es precisamente el
instrumento clave para intentar convertir en eficientes y dotar de
autonomía a las 3.700 empresas del Estado, de las cuales 2.800 —el 75%
del total— dejan pérdidas.
Autogestión y autoengaño
En eso consistía, con más o menos matices, el modelo socialista
autogestionario de la Yugoslavia del mariscal Josip Broz Tito, quien
además permitía la propiedad privada en los servicios y ciertos sectores
económico controlados por el gobierno. Recuerdo que esta autogestión era
fuertemente rechazada por Fidel Castro, el Che Guevara y toda la cúpula
castrista. Siendo el Che el "asesor" principal de la Junta Central de
Planificación (JUCEPLAN), la calificaba de traición al socialismo.
Hoy, en las empresas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias el salario
de cada obrero depende del resultado concreto de su trabajo. Al ser
variable su ingreso, funciona como acicate para aumentar la
productividad, que es una de las más bajas del planeta. También las
empresas son estimuladas, o penalizadas, según los resultados
financieros de su gestión.
Esta táctica del salario basado en el rendimiento individual se aplicó
en la URSS y en Europa Oriental en los años 70 y 80, incluso con
versiones mucho más atrevidas en Hungría, Polonia y Rumanía. Y no
lograron evitar que sus economías se quedaran muy a la zaga de las de
Europa Occidental y que finalmente fallecieran.
Lo grave de todo esto es que a Raúl y Fidel Castro no les preocupa la
lentitud o los obstáculos que torpedean la "actualización". Ellos no la
concibieron para mejorar la vida de los cubanos, sino para evitar el
colapso económico total del país mientras disfrutan sus últimos años en
el poder a la espera de que se encuentre petróleo en las aguas cercanas
a la Isla, o de que Washington levante el embargo y el país sea invadido
por millones de turistas estadounidenses.
La moraleja, de todas formas, es ineludible: no se puede actualizar o
mejorar lo que no sirve, hay que desecharlo como hicieron 33 de los 35
países que "construyeron" el socialismo marxista-leninista en el siglo
pasado.
http://www.diariodecuba.com/cuba/11024-la-actualizacion-atrapada-y-sin-salida