Evo Morales y el rechazo de quienes le llevaron al poder
Las multitudinarias marchas sindicales que acontecen en Bolivia solo son un síntoma más grave del sentir en el interior de ese país.
La huelga convocada por la Central Obrera Boliviana en protesta a un decreto que aumenta de seis a ocho horas la jornada de los trabajadores sanitarios y por un aumento del 8 por ciento de los salarios, revela serias contradicciones entre Evo Morales y quienes le llevaron al poder.
Según el periodista, Dario Mizrahi de Infobae.com, el descontento popular con el Gobierno no surgió de golpe: evolucionó del “uso instrumental de lo indígena” a la caída de la “máscara indigenista” desde la marcha del Tipnis del año pasado.
El origen de las diferencias radica en el enfrentamiento entre los indígenas y los cocaleros, dos grupos con los que ha sabido jugar Evo Morales para imponer su voluntad.
Aunque es de ascendencia aymara, Evo Morales migró desde muy joven a las zonas cocaleras donde de hecho alcanzó su notoriedad. Durante su primer mandato, Morales se caracterizó por “un discurso marcadamente indigenista y pluralista”, sin embargo, en el segundo mandato, “busca imponer un proyecto de corte cocalero”.
Citada en el análisis de Dario Mizrahi, la politóloga de la Universidad Mayor de San Andrés de la Paz, Jimena Costa abunda sobre las razones del descontento de los médicos. Mientras Morales invierte en dos años aproximadamente 1100 millones en la producción de urea y amoníaco, para duplicar o triplicar las cosechas de la hoja de coca, solo destinó 68 millones en cinco años con el fin de mejorar la deplorable situación de las instalaciones.
“Con los sectores rurales que le son afines, el Gobierno es absolutamente generoso”, aseveró Costa quien delató que aquellos que “no se disciplinan, reciben una actitud inflexible y dura de parte del Estado”.
Recientemente el senador oficialista René Martínez se refirió a la situación de los médicos en una comunicación publicada por varios medios de ese país diciendo que: “por la buena o la mala van a tener que cuadrarse con nuestro proceso de cambio”.
La ausencia de pluralismo en el segundo período de mandato de Morales coincide con las prácticas totalitarias de los cocaleros. Denuncia Costa que “tiene una policía sindical que se ocupa de hacer cumplir las decisiones autoritarias que se toman. Ha habido casos en los que le quitan la tierra, les queman la casa, les violan las mujeres o los cuelgan”, sentenció.
El 90 por ciento de la producción de los cocaleros va a parar a manos del narcotráfico.