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viernes, 31 de agosto de 2012

#EEUU #España #Canada El dengue. Entre conspiraciones y eufemismos…


Fumigando con petróleo las calles. Fotografía tomada de Cubanet

En esta semana la prensa oficial publicó una extensa nota de prensa en la que el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) daba por terminado lo que denominaron el “brote de infección intestinal por contaminación hídrica”, que se prolongó en la región oriental de Cuba durante dos meses, con un saldo de tres fallecidos y menos de 500 enfermos, según informaciones oficiales. A juzgar por los medios, el cólera pasó y se fue de la Isla, sin mayores daños. En efecto, parece que -superado o no- lo que pudo ser una epidemia de dimensiones devastadoras en un país donde la insalubridad se ha generalizado ha sido relativamente controlado.

Sin embargo, lo que no refleja la nota del MINSAP es el agravamiento de lo que sí es una epidemia recurrente que sigue ganando espacio: el dengue. La prensa no ha hecho declaración alguna sobre las proporciones de la actual epidemia de dengue que golpea prácticamente todo el país. En la capital se mantiene una campaña antivectorial, dirigida directamente por las Fuerzas Armadas, que incluye una miovilización del personal médico y auxiliares que laboran los siete días de la semana con horarios extendidos.

De todas maneras no se observan avances en el control del dengue. Un elemento que atenta contra la percepción del riesgo por parte de la población es precisamente la falta de información. A la vez, la estación lluviosa ha sido fecunda este año, sin contar las precipitaciones más recientes que trajo la tormenta tropical Isaac a todo lo largo de la Isla, lo que sumado al mal estado de las redes hidráulicas, la proliferación de solares yermos, la acumulación de basureros y los centros de estudio y trabajo cerrados por el período vacacional sin ser controlados o debidamente inspeccionados por los encargados de ello, ha propiciado el aumento de los focos del mosquito transmisor de la enfermedad.

Un ejemplo: solo en el área correspondiente al policlínico Van Troi (Ave. Carlos III esquina a Hospital, Centro Habana), se reportan cada día entre cuatro y cinco nuevos casos de dengue. En la capital hay tres hospitales de cuarentena dedicados al ingreso de los pacientes más delicados, en tanto los que contraen el dengue tipo clásica, menos grave, son atendidos en condiciones de ingreso domiciliario por los médicos de su área de salud: un sistema que reduce la carga hospitalaria pero aumenta el riesgo de contagio a nivel de comunidad.

Mientras, el dengue parece ser otro secreto de Estado. Las autoridades están más interesadas en mantener la afluencia de turistas extranjeros a la Isla que salvaguardar la salud de la población. Quizás un día esta situación se revierta en su contra, pero entre tanto, la cuenta la pagamos los cubanos comunes

viernes, 4 de mayo de 2012

Críticos, criticones y chicharrones por Andy P. Villa

Cada vez somos más, tanto dentro como fuera de Cuba, los que hacemos un esfuerzo y dedicamos nuestro tiempo a intentar dar a conocer al mundo la realidad de la isla y reclamar que nuestra patria debe, con urgencia, regresar a la democracia y el respeto a los derechos humanos y libertades de sus ciudadanos.

Esta batalla es muy difícil, ya que la mayoría de los gobiernos de Latinoamérica, y del mundo en general, parece que se desviven por quedar bien con la dictadura y darle la espalda al pueblo cubano.

Pero, tal pareciera que entre los pocos que luchamos por esta causa hay también una tendencia a dividirnos, lo cual debe darle muchísimo gusto a la Seguridad del Estado, ya que de esta forma contribuimos a alargarle la vida a la dictadura y a validarla. Nos hemos olvidado que en la unión está la fuerza. Si somos pocos, y además, nos la pasamos criticando al otro que tiene el mismo objetivo nuestro, por cualquier motivo, o porque simplemente no nos es simpático, o porque sospechamos que “trabaja para el G2″, será muy difícil que logremos que más seres humanos se sumen al reclamo del pueblo cubano.

Al haberme dado a la tarea de elaborar el Ranking de los sitios web dedicados a Cuba, he tenido la oportunidad de conocer la mayoría de las páginas con este tema y, de paso, leer lo que en ellas se publica:

http://www.100yaldabo.com/rankingmundo.htm
Me ha causado una gran tristeza que existan sitios donde, a la par de denunciar los atropellos del Gobierno Cubano, también se dediquen a desacreditar a los pocos patriotas que dentro de Cuba tratan de hacer una labor meritoria, a expensas de la represión a la que son sometidos, y con las mínimas condiciones materiales que poseen.

Por ejemplo, se han criticado
 duramente los videos de Eliécer Ávila. Uno de los argumentos usados para desacreditarlo es su pasado comunista y de líder estudiantil. La realidad es que los videos son muy buenos, y Eliécer tiene una gran capacidad como orador para explicar los temas que ya todos conocemos, pero de una manera simple, convincente y de forma muy clara.
¿Qué importa si Eliécer Ávila fue un comunista, o un fidelista en el pasado? Creo que todos tenemos el derecho a rectificar y a cambiar de parecer, o a darnos cuenta de la verdad en algún momento. No es lo mismo una persona que ha cometido crímenes, o que ha sido un esbirro de la dictadura y ahora está en la oposición porque lo “defenestraron” o “tronaron” y ahora, después de tanto que se aprovechó y se divirtió abusando del pueblo, se venga a presentar como ejemplo de la oposición.

Eliécer es un joven que ha sufrido una transformación y todos hemos podido apreciar su evolución política. Pero, si al final resultara ser un agente del G2, ¿qué importa? La historia se encargaría de colocarlo en el lugar que él haya escogido. Lo cierto que está haciendo un gran trabajo y de forma muy valiente.

También hay muchísimas críticas a Yoani Sánchez. Los cubanos hemos tenido la suerte de que una persona de la oposición a la dictadura haya logrado darse a conocer, y de esa forma se exponga al mundo la realidad de nuestro país. Cada premio que recibe es un foco rojo que se enciende a favor de la democracia en Cuba.

¿Por qué atacarla con tal virulencia? No sé si lo que mueva a sus agresores es la envidia de no poder estar en sus zapatos, pero hago votos porque dejemos a un lado los bajos sentimientos y pongamos en primer lugar a nuestra patria.

Esos sitios que critican a los diferentes grupos de opositores realmente son muy valiosos, a la par también hacen una gran labor.

Los exhorto a que contribuyamos a la unión entre todos los cubanos, recordemos:

“En la unión está la fuerza”

Andy P. Villa
Autor del libro: “Memorias de 100 y Aldabó, la Prisión más Temible de Cuba
http://www.100yaldabo.com/


Fuente: http://universoincreible.com

miércoles, 25 de abril de 2012

DOCUMENTOS:Las Malvinas en Brasil: El puente aéreo de Fidel y Gadafi para Galtieri



La ruta del tráfico de armas para la Argentina que hacía puente aéreo en Brasil.

El diario O Globo, de Rio de Janeiro, recopiló algunos de los documentos hasta ahora secretos, del Gobierno brasileño sobre la Guerra de Malvinas:
Las nubes preanunciaban una fuerte lluvia en Brasilia la noche del viernes 09/04/1982. El canciller Ramiro Saraiva Guerreiro asistía al telediario Jornal Nacional, cuando recibió un llamado telefónico del brigadier Saulo de Mattos Macedo, jefe del Comando Aéreo Regional: un avión cubano un avión cubano había invadido el espacio aéreo brasileño.
En el mundo de la Guerra Fría, Brasil y Cuba no mantenían relaciones diplomáticas. Por esta razón, en la mañana, el Ministerio de Relaciones Exteriores había negado el permiso a un vuelo de Cubana de Aviación rumbo a Buenos Aires. A las 20:40, el canciller llamó al presidente de la República, el general Joao Figueiredo. Minutos después, 2 aviones de despegaron de la base de Anápolis -con cierta dificultad, a causa de que la iluminación de las pistas estaba afectada por los rayos de la tormenta- hacia el punto indicado por los radares, a 300 kilómetros al oeste de Brasilia.
Luego ocurrió un ballet nocturno a 8.000 metros de altura. Duró tensos 82 minutos. Sólo terminó cuando los pilotos brasileños anunciaron la decisión de disparar.
El avión ruso Ilyushin 62-M II, matrícula CUT-1225, aterrizó en Brasilia a 22:12. Funcionarios de la Fuerza Aérea se impresionaron con un detalle: tenía capacidad para despegar con 165 toneladas de peso y 180 pasajeros, pero en la cabina había sólo 3 personas -el diplomático cubano Emilio Aragonés Navarro, su esposa y su nieto-. Sólo pudieron continuar su viaje después de 6 horas de negociaciones entre los gobiernos de Brasil y la Argentina. Nada se sabe acerca de la carga.
Navarro llegó a Buenos Aires alrededor de las 7:00 del sábado 10/04/1982 con un mensaje del líder cubano Fidel Castro al presidente argentino, el general Leopoldo Galtieri: la oferta de armas y tecnología de información, bajo el patrocinio de la Unión Soviética, para el conflicto con el Reino Unido.
Comenzaba a operar un suministro clandestino de armas a la Argentina, organizado por la Unión Soviética, negociado por Cuba y con la participación de Brasil, Perú, Libia y Angola.
Fue un episodio singular en la lógica de la Guerra Fría. Los rusos movilizaron a Fidel para ayudar a una dictadura militar ferozmente anticomunista (N. de la R.: aunque en 1978 no había adherido al boicot cerealero de USA, suministrando alimentos a la URSS), que enfrentaba al principal aliado de USA en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN, el sistema de defensa diseñado para contrarrestar una posible invasión soviética a Europa).
1 semana antes, en la mañana del 02/04/1982, los militares argentinos habían desafiado al Reino Unido invadiendo las Islas Malvinas, a 500 metros de la costa. Suponiendo que obtendría el apoyo de USA, Galtieri le habría confesado al embajador de USA, Harry Schlaudemann, su ambición de mantenerse en el poder por 5 años más, como mínimo. 
Galtieri no calculó la reacción determinada de la primera ministra Margaret Thatcher -"el hombre fuerte del Reino Unido", a los ojos del presidenteRonald Reagan-.
Thatcher, en Londres, recibió al secretario de Estado de USA, Alexander Haig, la noche antes de la intercepción del avión cubano en Brasilia. "A menos que le impidamos el éxito  a los argentinos, todos somos vulnerables", dijo Thatcher, según los registros oficiales. Haig la consoló: "Estoy seguro de que Ud. sabe que no somos imparciales".
Ella preparaba despachar una flota a las Islas Malvinas, a 13.000 kilómetros de distancia. En la conversación, le dio las gracias por el apoyo de Estados Unidos desde la base de la isla de Ascensión. Instaladas a 2.700 km de costa brasileña, a la altura de Pernambuco, las antenas plantadas allí son los "oídos electrónicos" para Washington en el Atlántico Sur.
Antes de despedirse de Haig, Thatcher lo llevó a un cuarto de la residencia oficial. Y "deliberadamente" le mostró imágenes de héroes británicos de las guerras napoleónicas, el almirante Horatio Nelson y el generale Duque de Wellington, segun describió Haig, impresionado, en un telegrama enviado a la Casa Blanca durante el vuelo de Londres a Buenos Aires.
Haig hizo una escala en Recife para reabastecer su avión. Se reunió con el gobernador de Pernambuco, Marco Maciel, a quien le contó que aconsejaría a los argentinos negociar ya que serían derrotados por Thatcher con la ayuda de USA.
Al día siguiente se reunió con Galtieri. Oyó del general, que ya había hablado con el emisario de Fidel, e hizo mención de las "ofertas de ayuda militar de los países no occidentales".
(N. de la R.: Gravísimo error de Galtieri de anticipar su posible estrategia a quien ya era su enemigo. Washington DC iniciaría de inmediato una negociación con Moscú para desactivar lo que prometió el general argentino).
La Unión Soviética había redireccionado parte de sus satélites Cosmos para vigilancia en el Atlántico Sur, donde también tenía 25 barcos "de pesca". La CIA consideraba "insólito" ese nivel de cobertura soviética en la región, pero se aventuró, por pálpito, en la mañana del 09/04: "La actividad militar soviética, probablemente se limitará a los datos de localización (de la flota británica)".
La Argentina enfrentaba un bloqueo financiero, comercial y militar europeo. No tenía dinero, sólo US$ 400 millones en reservas. Tampoco tenía las armas necesarias. Había pagado a Francia por 14 aviones de combate Super Etendard y sólo había recibido 5, con 5 modernos misiles Exocet. Sin información de satélites, no podría localizar las naves enemigas. Submarinos, ni pensar.
Los británicos, por el contrario, recibían del Pentágono los códigos militares argentinos, imágenes diarias y detalladas de las bases y del movimiento en Port Stanley (ahora Puerto Argentino, capital de las Malvinas). Ellos enviaron 2 submarinos nucleares en la región, inspirando miedo al jefe de la Armada, almirante Jorge Anaya, el más radical de la junta militar. Desde 1978, Anaya cargaba un manuscrito con su propio plan para invadir las Malvinas. Pero en el momento de la batalla, recogió la flota hacia los puertos del sur. Y no dejó navegar hasta el final de la guerra.
Cuando Haig volvió a Londres, un Boeing 707 de Aerolíneas Argentinas aterrizó en Río de Janeiro. Venía de Tel Aviv, Israel, con destino a la base de El Palomar, en las afueras de Buenos Aires. Se lo condujo para recarga de combustible junto a las aeronaves civiles en el aeropuerto del Galeón, a pesar de que el sótano estaba desbordado por una carga de bombas y minas terrestres.
"Poco a poco" –registró el Consejo de Seguridad Nacional en memorándum al Presidente Figueiredo-, la Argentina reducía "sus contactos con Brasil, en diversos grados de formalidad". Y requería "cooperación en términos más concretos."
Brasilia comenzó a recibir lista de pedidos: créditos y facilidades para operaciones triangulares de comercio con Europa, entrega inmediata aviones; bombas incendiarias y municiones para fusiles; sistemas de radar y combustible para aviación, entre otras cosas.
El Itamaraty recomendaba "trato a favor" a casi todo, mientras la tensión crecía al ritmo de la marcha de la flota británica por el Atlántico Sur.
Internacionalizar la guerra
La invasión militar de las Malvinas llevó al gobierno brasileño a predecir que la Argentina intentaría arrastrar a América del Sur a "un conflicto de grandes proporciones, con consecuencias desastrosas en todas las áreas, en los países occidentales" -segun muestran documentos del Consejo de Seguridad Nacional y del Ministerio de Relaciones Exteriores, recientemente difundidos al cesar el período de secreto-.
Y el Consejo estaba en lo cierto. El gobierno argentino realmente tramaba "internacionalizar la guerra", confirmó el canciller Nicanor Costa Méndez en los autos de la investigación realizada poco después del conflicto, pero conocido hace solo 2 semanas. Fue un tema "considerado en varias oportunidades", dijo él. 
Luego retrocedió ante el riesgo de una confrontación con la participación directa de USA y la Unión Soviética: "Precisamente porque nunca, al menos por mi intermedio, la Argentina le pidió ayuda a la URSS o a países de influencia soviética, o a China comunista", completó Méndez.
En Washington era creciente la preocupación por el nivel de interferencia de Moscú en la crisis. El 17/04/1982, Londres informó a la Casa Blanca haber confirmado la disposición soviética de "ofrecer buques, aeronaves y misiles a la Argentina a cambio de cereales".
2 días después, en Brasilia, el Centro de Información de la Armada (CENIMAR) advirtió sobre el desplazamiento de "agentes soviéticos" de Perú a Ciudad de Buenos Aires y Montevideo, para asistir a la Armada Argentina a "reunir datos" sobre la flota británica, que estaba en camino. 
"Los soviéticos", informó CENIMAR, "solicitaron a (Muamar el) Gadafi que Libia proporcionara aviones y misiles a la Argentina de origen ruso, para que la Unión Soviética no surgiera sola como responsable del suministro de armas".
Y agregó el CENIMAR: "El embajador cubano en Buenos Aires, cuyo avión fue interceptado en el espacio aéreo brasileño, llevaba un mensaje de Fidel Castro a la Argentina en el cual, en nombre del gobierno de Angola, ofrecía las bases aéreas angoleñas como escala operativa para mantener un puente aéreo entre Libia y la Argentina".
Gadafi, a quien Ronald Reagan llamaba "el perro loco", era un buen cliente de Moscú. Entre 1978 y 1982, había acumulado US$ 12.000 millones en pedidos de armas rusas para sus arsenales excavados alrededor de Trípoli.
En la tarde del miércoles 26/05/1982, un carguero de Aerolíneas Argentinas descendió en el aeropuerto de Recife. Fue reabastecido y siguió hacia Trípoli. Regresó 48 horas después. Uno de los tripulantes, el navegador, estaba bajo licencia psiquiátrica –relata el periodista Gonzalo Sánchez en un libro recién lanzado sobre los pilotos en la guerra-.
El flujo en el puente aéreo de armas a Buenos Aires crecía. Llegó en promedio a 2 vuelos diarios con escala en Recife. Otros aviones entraron en la ruta -y no siempre civiles-. Algunos desfilaron por la pista pernambucana mostrando en el fuselaje las banderas de los países "neutrales", como Liberia y Sudáfrica.
En Washington DC, el embajador brasileño Antonio Azeredo da Silveira, asistió el lunes 31/05/1982 al anuncio del presidente Reagan sobre las negociaciones con Rusia para reducir los arsenales nucleares. Ex canciller del gobierno de Ernesto Geisel, Azeredo había aprendido a leer entrelíneas. Él escribió un breve telegrama, clasificado como "secreto de extrema urgencia" y lo envió al Palacio de Itamaraty: "Todo nos lleva a creer que ese entendimiento entre USA y la URSS, anula, por lo menos hoy día, la posibilidad de ayuda concreta de la Unión Soviética a la Argentina en la crisis del Atlántico Sur ".
Esa misma tarde, el embajador ruso en Buenos Aires, Serguei Striganov, habló durante 40 minutos con el general Leopoldo Galtieri. A la salida de la Casa Rosada, Striganov dijo que el apoyo soviético se limitaría a las áreas "política y diplomática".
Quedaban pocos aliados, entre ellos Brasil y Perú. 
Perú se dispuso a atender sin límite los pedidos argentinos, especialmente aquellos rechazados por Brasil con la diplomática alegación de "no compromiso ostentoso." 
Lima envió una docena de aviones Mirage, por la ruta Bolivia-Brasil para evitar los radares de Chile, que se había aliado a Inglaterra. También abrió aeropuertos y cuentas para la compra de armas.
Perú se involucró en la compra de misiles en el mercado paralelo. En uno de ellas, transfirió US$ 9.6 millones a Difensa Establishment, de Liechnstein, como anticipo de la compra de una docena de misiles Exocet a un precio 6 veces por encima de la lista de precios vigente en el mercado.
Quedaron US$ 2,4 millones (20% del valor total) a pagarse contra la entrega, pero los misiles nunca llegaron. El dinero fue depositado en una cuenta (100-2-0039245) del agregado de la Armada Argentina en el Banco Continental en Lima. Y desapareció.
La capital de las islas Malvinas ya estaba rodeada por las tropas británicas, en la mañana del jueves 03/06/1982, cuando se escuchó la alarma en el Comando Aéreo de Rio de Janeiro: un avión británico invadía el espacio aéreo nacional y pedía autorización para aterrizar de emergencia, debido a falta de combustible.
Aviones Northrop F-5 fueron enviados para escoltar el bombardero XM597 Vulcan, alcanzado a 340 km al sur de la playa de Copacabana. Regresaba de un ataque en Malvinas y un recalentamiento hidráulico anulaba sus posibilidades de volar 5 horas sobre el Atlántico hasta la base de la isla de Ascensión. Cargaba 2 misiles estadounidenses sofisticados AGM-45 Shrike, diseñados para destruir radares. Uno de ellos fue arrojado al mar, junto con los códigos que tenía el piloto. El otro quedó atrapado en el espacio reservado a la carga.
Al aterrizar, el Vulcan se convirtió en sinónimo de crisis entre Brasil y el Reino Unido. El gobierno de Margaret Thatcher protestó, alegando que Brasil detuvo el avión mientras "facilitaba la difícil tarea de Gadafi" en el tráfico de armas.
En Brasilia, el embajador británico, William Harding, y el embajador estadounidense, Anthony Motley, estaban más preocupados por el misil que por el avión. Era una nueva tecnología de la OTAN, diseñada para competir con el sistema soviético aire-tierra S-75. 
Harding y Motley insistieron en obtener garantías de la preservación del misil en un lugar "cerrado" y "sellado", según relató el canciller en memorándum al Presidente, que lo calificó como "secreto exclusivo".
El gobierno británico amenazó con "serias consecuencias". 
El canciller consideró "desproporcionada" esa reacción, recordando al embajador que la posición de Brasil no era "estrictamente neutral". 
Harding argumentó tener "claras evidencias" sobre el puente aéreo de armas a la Argentina. 
"Recordé" -escribió Ramiro Saraiva Guerreiro al presidente Joao Figueiredo- "que la inspección del avión de Aerolíneas no constató armas".
El avión y el misil fueron devueltos 72 horas antes de que el general argentino Mario Menéndez se rindiera ante el comandante británico Jeremy Moore, la tarde del 14 de junio en la capital de las islas.
Terminaba la Guerra de las Malvinas. Comenzaba el epílogo de la dictadura militar en Argentina.

domingo, 22 de abril de 2012

¿Es la Fuerza Armada chavista?


FERNANDO OCHOA ANTICH |  EL UNIVERSAL

domingo 22 de abril de 2012  04:05 PM

Los venezolanos se hacen esta pregunta en medio de la inmensa crisis de gobernabilidad que ha abierto la enfermedad de Hugo Chávez, su decisión de ser el candidato y la falta de un liderazgo alternativo en el PSUV. En algunas oportunidades yo me he referido al tema en respuesta a las aventureras declaraciones de altos jefes militares que, irrespetando sus deberes militares, se han atrevido a mantener que la Fuerza Armada no aceptaría otro comandante en Jefe. En verdad, lo digo responsablemente, nadie puede hacer una afirmación tan riesgosa sin grandes posibilidades de equivocarse. El deterioro progresivo del régimen, ante el fortalecimiento indetenible de la candidatura de Henrique Capriles y el vacío de poder que empieza a perfilarse, hace aún más difícil poder acertar en un planteamiento de ese orden.
Nuestra historia se encuentra plagada de ejemplos parecidos al que actualmente enfrentamos. Normalmente, los presidentes de la República y los jefes militares del momento, siempre han creído que los integrantes de las Fuerzas Armadas, que se muestran obedientes y disciplinados en la rutina diaria de la organización, van a actuar de igual manera en medio de una crisis política. Allí surgen las sorpresas. Veamos algunos ejemplos: Juan Vicente Gómez creó las Fuerzas Armadas. Aún así, se insurreccionaron en tres oportunidades: en 1919, en 1922 y en 1928. Este último alzamiento ocurrió en el batallón que le prestaba custodia personal al dictador y fue tomado el cuartel de Miraflores. El comandante de la Guarnición de Caracas era el general Eleazar López Contreras, militar de gran prestigio y perspicacia. No logró percibir la gravedad de la situación.
Así también le ocurrió al general Isaías Medina Angarita. Era el primer oficial egresado de la Academia Militar que alcanzaba la presidencia de la República. Tenía un gran prestigio militar. Justamente, muchos de los jefes de la conspiración del 18 de octubre de 1945 habían sido sus alumnos en la Academia Militar. La enfermedad de Diógenes Escalante, candidato presidencial del PDV, la negativa del régimen de conceder el voto universal, directo y secreto, y el descontento militar existente produjo las condiciones para el alzamiento El general Medina recibió la información 24 horas antes de que ocurriera, pero no tomó a tiempo suficientes medidas para controlar la conspiración. A las 2 de la tarde de ese día se oyeron los primeros disparos en el cuartel San Carlos. A las 10 de la mañana del 19 de octubre había sido derrocado.
El general Marcos Pérez Jiménez vivió una situación parecida. El afirmaba que su ascendiente sobre las Fuerzas Armadas era inmenso. Decidió permanecer en la presidencia de la República, violando la Constitución Nacional. El 1 de Enero de 1958 se despertó en medio del ruido de unos aviones que bombardeaban Miraflores. Su piloto de confianza, el mayor Martín Parada, era uno de los oficiales comprometidos. A los 22 días estaba derrocado. El 4 de febrero de 1992, Carlos Andrés Pérez y yo fuimos sorprendidos. El general Pedro Rangel Rojas, comandante del Ejército, incumplió sus obligaciones militares al no informarnos a tiempo la delación hecha por el capitán Gimón Álvarez ni tomar suficientes medidas militares para controlar el alzamiento. El sentido institucional de las Fuerzas Armadas permitió derrotarlo en seis horas.
Hugo Chávez fue traicionado el 11 de abril de 2002, en medio de la crisis política que él mismo provocó, por un número importante de generales que días antes se rasgaban las vestiduras por la revolución. Hugo Chávez no hubiera regresado al poder, si el gobierno provisional no hubiese cometido tantos errores políticos. Esa es la verdad. Estos ejemplos nos permiten analizar la situación que estamos viviendo. Definitivamente, la Fuerza Armada no es chavista. Si lo fuera no hubiera nombrado, asustado como está por la crisis que se perfila por su enfermedad, un "comando antigolpe" para investigar una supuesta conspiración. Es imposible intentar un golpe de Estado sin la participación de un sector fundamental de la Fuerza Armada y vivir una crisis social y política que cree un ambiente favorable para que pueda tener éxito.
A Hugo Chávez se le ha ocurrido mezclar en una supuesta conspiración a Henrique Capriles y amenazar con movilizar a la Fuerza Armada si la oposición no reconoce su muy improbable triunfo. Es sorprendente que a Hugo Chávez se le haya olvidado la existencia de unos permanentes vasos comunicantes entre la sociedad y la institución militar. Si el día de las elecciones, Henrique Capriles no reconoce el resultado por considerar que el creciente abuso de poder del régimen o una actuación indebida del Consejo Nacional Electoral han creado condiciones para no hacerlo, la posición de la Fuerza Armada coincidirá con el sentimiento popular. De eso no hay dudas. Tampoco creo que ante esa realidad los miembros del Consejo Nacional Electoral se presten para irrespetar el resultado de las elecciones. Lo que debe hacer Hugo Chávez es serenarse y acostumbrarse a perder...