Después de hacerse con el poder en Cuba, Fidel Castro proclamó desde muy temprano la útopica meta de establecer en la isla una sociedad igualitaria, y todavía en mayo del 2000 aseguraba que “revolución…es igualdad y libertad plenas”. Pero cuidado, que este igualitarismo de Castro es como el de Rebelión en la Granja de George Orwell, donde todos los animales eran iguales, pero unos eran más iguales que otros.