
Elaine Díaz
El problema de repetir como loros una y otra vez el mismo discurso es que termina por parecer chato, vacío, carente de sentido y poco creíble en el mejor de los casos. En el peor, el discurso repetido hasta el cansancio puede resultar oportunista e, incluso, cobarde. Es por eso que, luego de leer la declaración final del Encuentro Nacional de Blogueros celebrado en Matanzas mis dudas se concentran en dilucidar si fue cobardía o nihilismo...