Elaine Díaz
El problema de repetir como loros una y otra vez el mismo discurso es que termina por parecer chato, vacío, carente de sentido y poco creíble en el mejor de los casos. En el peor, el discurso repetido hasta el cansancio puede resultar oportunista e, incluso, cobarde. Es por eso que, luego de leer la declaración final del Encuentro Nacional de Blogueros celebrado en Matanzas mis dudas se concentran en dilucidar si fue cobardía o nihilismo lo que caracterizó sus doce puntos culminantes.
Hace apenas 72 horas confesaba que hay que estar en un periódico, sufrir un periódico, intentar escribir y ser crítico, sentir el olor de la tinta de la primera edición, para poder comprender sus dinámicas y luego, solo tras haber seguido su trágico rumbo por mucho tiempo, es que se consigue entender los porqués detrás de cada línea publicada.
No se puede pensar la prensa cubana desde la butaca del espectador. Tampoco se puede dialogar sobre la blogosfera desde el cómodo “ADSL/Hotel way of life”. Quizás fue eso lo que le faltó al siempre oportuno Encuentro Nacional de blogueros: vida, autenticidad, espontaneidad y mucha, mucha valentía.
Pero poco o nada debe sorprendernos de una declaración final que bien podría haber sido escrita después de una reunión de la FEU o de la UJC en un politécnico de informática, en tanto adolece casi íntegramente de identidad, de sentido de pertenencia, de comprensión de la magnitud de un fenómeno que lograr modificar el voto de un país en la Organización de Naciones Unidas o expulsar a un director de un preuniversitario en el campo por corrupto.
Y es que, para dialogar sobre la blogosfera nacional – que sí hay blogosfera – hay que sufrirla. Hay que estar dispuestos a apagar las cámaras que transmiten en directo para no sé qué espectadores en Juntin.Tv y polemizar en serio, con los minutos de silencio correspondientes por cada profesional regañado – en el mejor de los casos – o expulsado y sancionado en nombre de la ignorancia 2.0 nacional.
Hay ideologías irreconciliables. Y jugar a la inclusión en un país politizado hasta la médula sería pecar de una ingenuidad crónica. Desconocer los numerosos mecanismos de creación o apoyo a una oposición desde Estados Unidos mediantes las aplicaciones de la web 2.0 implicaría negar una realidad cotidiana y jugar a vivir en una Suiza caribeña que ya nunca podrá existir.
Sin embargo, silenciar posiciones críticas desde la izquierda, comprometidas con el Socialismo y el Proyecto Nación alternativo que se articula desde la Isla es, cuando menos, escandaloso. En esa línea resultan altamente visibles espacios como Observatorio Crítico y Havana Times, o la casi extinta plataforma BloggersCuba.
Curiosamente, ninguno de los miembros de los dos primeros sitios fue invitado al Encuentro Nacional de Blogueros. Los organizadores, valiosísimos jóvenes que desde el inicio estuvieron dispuestos a aceptar las críticas pasadas – y las que faltan por venir- centraron su atención en la diversidad por género, por edad y por residencia cuando lo diferente de la blogosfera nacional radica en la heterogeneidad de Cubas que promueve cada bitácora gracias a las cuales se han articulado diferentes comunidades.
Y en eso radica la clave del éxito de un encuentro que pretenda polemizar sobre la blogosfera nacional. La identificación inteligente de estos subgrupos – que no son cuatro, como asegura Ted Henken en una reducción olímpica de la red nacional – y la representación de cada una de estas partes en un espacio de debate potenciaría la diversidad de criterios, la polémica, el diálogo, el crecimiento… Y es que muy poco quedará de un encuentro de blogueros donde todos piensen básicamente igual aunque pululen las edades, las razas, las provincias.
Quizás por eso la más polémica de las oraciones de la declaración final parezca escrita en neolengua, nueva lengua o lengua anémica de vocablos para expresar el pensamiento valiente. Me refiero a aquello de “respetamos y promovemos el pensamiento crítico, necesario y útil para preservar nuestra condición de revolucionarios, con la premisa de que no es posible ser revolucionario fuera de la Revolución”. Olvidando la cacofónica repetición de la palabra Revolución – que no hay que repetirla tanto cuando se cree en ella honestamente – no logro comprender qué intenta decir.
Incluso la más valiente de las peticiones, aquella que pide reformular las disposiciones gubernamentales sobre el uso de las TICs en el país, transpira un tono de súplica u oración religiosa que debimos heredar tras la visita papal. Parece que muchos de los presentes parecen haber olvidado que mientras 60 representantes de la blogosfera nacional son recibidos con bombos y platillos en Matanzas, muchos más, estudiantes de universidades como la CUJAE son condenados a 6 meses sin acceso a Internet por osar asomarse a Facebook, Twitter o cualquier variante 2.0.
Hoy, como nunca antes, la blogosfera cubana duele. El espacio plural, diverso, irreverente, altamente participativo, generoso y polémico que se ha creado a cuentagotas ha sido cruelmente caricaturizado. Queda, en su lugar, una blogosfera obediente y disciplinada. Una blogosfera que, por suerte, no existe sino en los anales de cierto encuentro nacional que será prontamente olvidado.
Fuente: http://icrtencubalibre.blogspot.com
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