El Gobierno y el principal partido de la oposición se han visto inmersos en un cruce de acusaciones y justificaciones tras conocerse que Jose Luis Rodríguez Zapatero y el exministro Moratinos se han reunido con Raúl Castro, durante su visita a Cuba. Mientras el PP culpa al expresidente de una cometer "extraordinaria deslealtad" por acudir sin previo aviso a este encuentro, el PSOE afirma que el Ministerio de Exteriores había sido debidamente informado. Sin embargo, el ministro García-Margallo ha calificado este acto como "un ejemplo de inoportunidad" en un momento en el que España y el resto de la Unión Europea se hallan en un proceso de negociación con las autoridades cubanas.
La nueva condición de 'lobbista' exclusivos adquirida por Moratinos -normalmente aunque éste no haya sido el caso- acompañado de José Bono y, más recientemente de Rodríguez-Zapatero puede ser la causa última del viaje, aunque esto aún no se conoce. Ya se dejaron ver en Guinea 'los tres jinetes' acompañados del dictador Obiang, tal como explicó Gaceta.es en su día y a lo que se ve, tal han vuelto a hacer en La Habana. Zapatero, como decimos, ha acompañado a Moratinos en un nuevo viaje en busca de nuevos negocios impulsados por los buenos contactos que hizo durante su etapa como ministro socialista. Este puede ser el motivo por el que la oficina del expresidente informó debidamente al Gobierno, pero calificando en todo momento la visita de "estrictamente privada", y limitándose a dar los detalles técnicos de su itinerario, como la presencia de escoltas armados y poco más.
"En ningún caso se nos ha informado de cuáles eran las reuniones que se iban a celebrar, las autoridades políticas a visitar, los mensajes que se iban a transmitir", afirmó el ministro de Exteriores, que considera que deberían haber preguntado al menos “cuáles eran los mensajes que el Gobierno de España consideraba oportuno que las dos personas que han visitado Cuba hiciesen", esos mensajes que García-Margallo querría haberle dado a personalmente al presidente cubanodurante su visita el pasado noviembre, cuando Raúl Castro se negó a recibirle.
Por su parte Zapatero se ha limitado a echar balones fuera durante una rueda de prensa ofrecida en La Habana, donde ha asegurado que siempre ha actuado "por el interés de España", y zanjó el debate añadiendo que no entrará en ninguna polémica con "el señor Margallo", y menos desde el extranjero. "No lo hacía cuando era presidente, y no lo voy a hacer ahora", concluyó.
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