También veo que aquí
algunos hacen al régimen muy valiente y decidido a todo, y olvidan
intencionalmente o no, que se trata de una pandilla de bravucones alardosos y
asesinos de barrio que al final son unos miserables cobardes. Ya se olvidaron
de quien fue el primer gobernante en salir públicamente a ofrecerle a Bush el
uso de los aeropuertos de su país cuando el derribo de las torres gemelas? El
motivo fue el terror de que la cogieran con el y lo atracaran. Olvidaron como
son estos tipejos, que se les va de las mente que un criminal asesino como Che Guevara,
que mataba a sangre fría y se entretenía dando el tiro de gracia en la Cabaña,
cuando le llego su hora lloro, imploro y pidió perdón como una niñita? Se
olvidaron que ni Fidel ni Raul tienen heridas en sus cuerpos de la supuesta
guerra que protagonizaron? Es mas, el guapo de fidelito castro hasta dice que
se perdió en Santiago cuando el ataque al Cuartel Moncada. Por favor, a quien
con el cuento de que a ellos no les importa nada. Que valiente son... a
otro con esa historia.
Me doy cuenta que
les es difícil comprender a muchas personas cuál es la dinámica y las
condiciones que prevalecen en un escenario de lucha contra un totalitarismo.
Hay que partir de que este tipo de régimen controla todos los ámbitos de la
vida nacional (político, económico, social, cultural), y lleva a sus víctimas a
la dependencia casi absoluta en todos los aspectos. Es por ello que al
presentarte como su adversario te caen encima con todo el poderío y la impunidad
con que cuentan. La huelga de hambre es uno de los pocos recursos a la mano de
los opositores y aunque parezca que no, sí es efectiva. Claro, no se trata de
un instrumento para derribar al régimen, pero le va socavando sus cimientos.
Recordemos que en la lucha pacífica en Cuba hay un antes y un después, y lo
marca el martirologio de Orlando Zapata Tamayo. Su muerte desató una campaña de
repudio que dejó bien mal parada la imagen de los Castro a nivel internacional.
La prolongada huelga de Coco Fariñas, unido a las acciones de las Damas de
Blanco, llevó a la excarcelación de los 75, aunque después el gobierno trato de
anotarle el triunfo a la jerarquía de la Iglesia Católica. Esta dictadura
militar tiene como limitante que no genera un centavo, y está obligada a vivir
limosneando. Para eso requiere de vender una imagen de bueno, aunque cometa
horrores detrás de la cortina de hierro. Sus cómplices a nivel internacional
apelan a la supuesta cara buena del régimen para hacer proselitismo a su favor.
Y hasta tratan de romper las medidas del embargo apelando al argumento de que
es la dictadura la supuesta víctima de los EEUU. Todas esas maniobras se
evaporan cada vez que los opositores lograr levantar sus voces de denuncias
aunque sea a través de acciones extremas como las huelgas de hambre. Los que
siguen escépticos fíjense que fue lo que desató la ola liberadora del Medio
Oriente y el Norte de África, el acto heroico de un joven que se prendió fuego
y enervó la ira y el deseo de libertad de esos pueblos, que hasta ese momento
habían soportado décadas de oprobio y sojuzgamiento iguales o peores que las
soportadas por el pueblo cubano. En situaciones extremas se acciona según se
puede, no como se quiere o debería, esa es la cuestión fundamental.
La huelga de
hambre es un recurso extremo, donde se pone en riesgo la propia salud
psicológica y física y siempre trae consecuencias irreversibles. En Cuba ante
la arbitrariedad y desprecio por el pueblo de las autoridades del régimen, no
hay muchos recursos para reclamar derechos y justicia. Son muchos los
compatriotas que han tenido que recurrir a este tipo de herramienta para hacer
valer sus voces tanto dentro de la isla como en el plano internacional. Entre
los casos más conocido están las muertes de Orlando Zapata Tamayo, Wilmar Vidal
y Pedro Luis Boitel en prisión y la casi muerte de Guillermo Fariñas, alias el
Coco, quien protagonizó una huelga durante 4 meses y estuvo muy grave de salud.
Muchos difieren o critican estas prácticas que atentan contra la vida humana,
pero no toman en cuenta que en Cuba no tienes otras opciones. La dictadura
militar muestra una legislación que no cumple. La Ley en vez de estar en
función de garantizar el orden y la justicia, es un mecanismo de atraco al
pueblo y muchas veces queda de papel mojado, sin ningún valor, cuando de alguna
manera afecta los intereses del castrismo. Todas las instituciones y los
funcionarios están obligados a velar por la persistencia del régimen y no por
las libertades y derechos de las personas. Es verdad que los Castro, asesinos
confesos y probados, no sienten el menor respeto por la vida de sus oponentes,
pero tampoco pueden considerarse vivos los 11 millones de cubanos atrapados en
la isla, les queda poco que perder y esta es una manera de mostrar rechazo
irrestricto a la dictadura que tantas instituciones y gobiernos legitiman. Mi
total apoyo a Martha, Antúnez y demás hermanos huelguistas
Los que asuman
que la libertad esta garantizada por derecho divino y que es algo inherente a
la vida, que lo hagan, es su problema. Los cubanos, después de esta triste y
amarga experiencia totalitaria, cuando recuperemos la libertad debemos
defenderla hasta con los dientes y no solo en nuestra isla. Nunca se estará a
salvo mientras haya grupos de personas pretendiendo esclavizar a sus iguales.
Este lamentable episodio nos tiene que servir de lección para el futuro. Y un
aspecto ilustrativo es ver como Fidel Castro apoyo la invasión soviética a la
antigua Checoslovaquia. También dio su apoyo a la invasión soviética a
Afganistan. Raul Castro se puso del lado de Zelaya cuando dio el golpe de
estado en Honduras. Los Castros estaban a favor de Hussein en Iraq y del
Taliban... O sea, siempre la dictadura militar de la Habana se ha identificado
con todos los enemigos de la libertad. Por eso debemos combatir sin descanso
del lado de los que luchan por el respeto a las libertades y derechos de todos
los seres humanos. Nunca será opción volver la mirada e ignorar los peligros
que acechan cuando se es indiferente ante la ignominia. Nuestro apoyo al pueblo
sirio y todos los pueblos que se lanzan a romper las cadenas de la opresión.