Publicado el 4 de junio de 2012 por ajudicuba
En Cuba no es raro encontrarse con graduados universitarios -no importa si médicos o juristas- con pésima expresión oral, que no saben redactar o lo hacen con faltas ortográficas garrafales. Muchos apenas si conocen la historia de su país.
Para atenuar el pandemonio, fraguado en un medio social donde la familia fue distanciada de su primigenia concepción cívica y el rendimiento escolar bordea el idiotismo, los estudiantes graduados de preuniversitario deberán en lo adelante aprobar exámenes de Matemáticas, Español e Historia para acceder a la universidad.
Puesto que los estudiantes o sus padres tienen derecho a reclamar en caso de calificaciones insatisfactorias – a un estudiante se le dio calificación de cero cuando en realidad había obtenido 90 puntos- el cronograma nacional para la información del resultado de los exámenes anunció en el caso de Historia:
. Publicación de los resultados de las reclamaciones: 25 de mayo, a las 9 a.m. en los preuniversitarios.
. Muestra del examen: 26 de mayo, de 9 a.m. a 2 p.m. en las universidades.
Pero la dirección municipal de educación en Puerto Padre violó ese cronograma. Durante todo el día 25, profesores, padres y alumnos esperaron por una respuesta a sus reclamaciones… que no llegó.
Según fuentes oficiales, fue a las 2.47 p.m. del viernes 25 de mayo cuando el funcionario municipal encargado de esta tarea se personó en la universidad para recoger los resultados de las reclamaciones.
A las 9 de la mañana del sábado 26, precisamente cuando ya debían estar allí, fue cuando a una familia de esta localidad oriental se le notificó para que apresuradamente se presentara en la universidad de Las Tunas.
Un viaje rápido no puede hacerse en ómnibus, sino en camiones de carga general adaptados para transportar pasajeros cuales si fueran ganado de matadero.
Un padre y su hijo de 17 años debieron pagar 40 pesos para llegar en uno de estos furgones de Puerto Padre a Las Tunas. Si lo hubieran hecho en un automóvil de alquiler, el precio ascendería a 200 pesos, esto es, casi la mitad del salario mensual promedio en Cuba.
Pero en la Universidad de Las Tunas los esperaba una respuesta descorazonadora.
“Lo siento papá, pero sólo el estudiante puede participar en la revisión de su examen”, dijo de forma amable, pero con firmeza, el asesor del Rectorado a cargo de la Comisión de Ingresos, amparado en una disposición emitida en enero de 2012 por el entonces ministro de Educación Superior, hoy vicepresidente de la nación, Miguel Díaz-Canel.
Según el artículo 38 de la Constitución de la República, los padres tienen el deber de asistir a sus hijos en la defensa de sus legítimos intereses y en la realización de sus justas aspiraciones.
¿Acaso la revisión de un examen en el que está en juego una carrera universitaria no es un interés legítimo y una aspiración justa?
En Cuba los hijos alcanzan la mayoría de edad a los 18 años o por haberse “emancipado” de la patria potestad al contraer matrimonio.
En concordancia con el artículo 85.5 del Código de Familia, la patria potestad -es decir, la autoridad de los padres sobre sus hijos menores no emancipados- comprende representarlos en todos los actos y negocios jurídicos en que tengan interés y ejercitar oportuna y debidamente las acciones que en derecho correspondan para defender sus intereses y bienes.
¿Tendrá un padre interés mayor que el de defender la correcta calificación del examen en el que su hijo puede ganar o perder una carrera universitaria y, con ello, su futuro?
Lástima que un derecho tan sagrado para algunos resulte insignificante. Quizás esto sea porque durante demasiados años separaron a los hijos de sus padres. O porque todavía hoy ponen en las manos de los chicos un fusil antes de que les haya salido la barba.
Tal vez restringir la patria potestad de un padre en Cuba sea un acto inofensivo, si en definitiva, la Constitución de la Republica en su artículo 43 dice que, sin distinción, los ciudadanos se domicilian en cualquier sector, zona o barrio de las ciudades y se alojan en cualquier hotel, cuando archiconocida resulta la segregación a que ha sido sometida toda una nación a manos de un gobierno que diciéndose socialista, reservó las bondades del país para sí mismo y para el disfrute de los extranjeros.
Fuente: http://ajudicuba.wordpress.com/
Alberto Méndez Castelló (trabajo aparecido en cubanet.org el 1ro de junio 2012)
Una violación de la Dirección Municipal de Educación de aquí, cometida con el cronograma para la publicación de los resultados de los exámenes deingreso a la universidad, ha revelado que el Ministerio de Educación Superior estaría restringiendo la patria potestad.
Durante varios meses, en toda la isla la familia cubana debió enfrentar una estresante carrera de fondo: preparar a los jóvenes bachilleres recién graduados para su ingreso a la universidad.
Estudiantes, profesores y la familia toda debieron esforzarse para corregir en estos últimos meses las fallas acumuladas durante años por un sistema de educación deficiente.
En Cuba no es raro encontrarse con graduados universitarios -no importa si médicos o juristas- con pésima expresión oral, que no saben redactar o lo hacen con faltas ortográficas garrafales. Muchos apenas si conocen la historia de su país.
Para atenuar el pandemonio, fraguado en un medio social donde la familia fue distanciada de su primigenia concepción cívica y el rendimiento escolar bordea el idiotismo, los estudiantes graduados de preuniversitario deberán en lo adelante aprobar exámenes de Matemáticas, Español e Historia para acceder a la universidad.
Puesto que los estudiantes o sus padres tienen derecho a reclamar en caso de calificaciones insatisfactorias – a un estudiante se le dio calificación de cero cuando en realidad había obtenido 90 puntos- el cronograma nacional para la información del resultado de los exámenes anunció en el caso de Historia:
. Publicación de los resultados de las reclamaciones: 25 de mayo, a las 9 a.m. en los preuniversitarios.
. Muestra del examen: 26 de mayo, de 9 a.m. a 2 p.m. en las universidades.
Pero la dirección municipal de educación en Puerto Padre violó ese cronograma. Durante todo el día 25, profesores, padres y alumnos esperaron por una respuesta a sus reclamaciones… que no llegó.
Según fuentes oficiales, fue a las 2.47 p.m. del viernes 25 de mayo cuando el funcionario municipal encargado de esta tarea se personó en la universidad para recoger los resultados de las reclamaciones.
A las 9 de la mañana del sábado 26, precisamente cuando ya debían estar allí, fue cuando a una familia de esta localidad oriental se le notificó para que apresuradamente se presentara en la universidad de Las Tunas.
Un viaje rápido no puede hacerse en ómnibus, sino en camiones de carga general adaptados para transportar pasajeros cuales si fueran ganado de matadero.
Un padre y su hijo de 17 años debieron pagar 40 pesos para llegar en uno de estos furgones de Puerto Padre a Las Tunas. Si lo hubieran hecho en un automóvil de alquiler, el precio ascendería a 200 pesos, esto es, casi la mitad del salario mensual promedio en Cuba.
Pero en la Universidad de Las Tunas los esperaba una respuesta descorazonadora.
“Lo siento papá, pero sólo el estudiante puede participar en la revisión de su examen”, dijo de forma amable, pero con firmeza, el asesor del Rectorado a cargo de la Comisión de Ingresos, amparado en una disposición emitida en enero de 2012 por el entonces ministro de Educación Superior, hoy vicepresidente de la nación, Miguel Díaz-Canel.
Según el artículo 38 de la Constitución de la República, los padres tienen el deber de asistir a sus hijos en la defensa de sus legítimos intereses y en la realización de sus justas aspiraciones.
¿Acaso la revisión de un examen en el que está en juego una carrera universitaria no es un interés legítimo y una aspiración justa?
En Cuba los hijos alcanzan la mayoría de edad a los 18 años o por haberse “emancipado” de la patria potestad al contraer matrimonio.
En concordancia con el artículo 85.5 del Código de Familia, la patria potestad -es decir, la autoridad de los padres sobre sus hijos menores no emancipados- comprende representarlos en todos los actos y negocios jurídicos en que tengan interés y ejercitar oportuna y debidamente las acciones que en derecho correspondan para defender sus intereses y bienes.
¿Tendrá un padre interés mayor que el de defender la correcta calificación del examen en el que su hijo puede ganar o perder una carrera universitaria y, con ello, su futuro?
Lástima que un derecho tan sagrado para algunos resulte insignificante. Quizás esto sea porque durante demasiados años separaron a los hijos de sus padres. O porque todavía hoy ponen en las manos de los chicos un fusil antes de que les haya salido la barba.
Tal vez restringir la patria potestad de un padre en Cuba sea un acto inofensivo, si en definitiva, la Constitución de la Republica en su artículo 43 dice que, sin distinción, los ciudadanos se domicilian en cualquier sector, zona o barrio de las ciudades y se alojan en cualquier hotel, cuando archiconocida resulta la segregación a que ha sido sometida toda una nación a manos de un gobierno que diciéndose socialista, reservó las bondades del país para sí mismo y para el disfrute de los extranjeros.
Fuente: http://ajudicuba.wordpress.com/