Como todo el mundo sabe, en Cuba sólo hay un patrono. Todas las empresas y centros de trabajo pertenecen a un único dueño, el gobierno.Cuando a un cubano se le ocurre pensar algo diferente a lo que desde el gobierno le inducen a pensar, empiezan a crecerle los problemas. Desde el rechazo del vecindario, controlado y dirigido por los Comités de Defensa de la Revolución, hasta la marginación en los centros de trabajo. Esta marginación acaba en despido...