La historia de un juez que sabe demasiado y que decidió entregarse al enemigo –Estados Unidos- antes que sufrir la misma suerte que Danilo Anderson.
Eladio Aponte Aponte está haciendo todo lo posible para no terminar en el “paredón” (en el caso de Venezuela, ejercido por el sicariato del “hampa común” al servicio del régimen) como el general cubano Arnaldo Ochoa, prominente general cubano fusilado en 1989 al ser acusado de traición por Fidel Castro, pese a contar con un palmarés impresionante (Ver “El Juicio al General Ochoa”). Los dos fueron acusados de tráfico de drogas, pero Aponte prefirió entregarse a la DEA (y cantar cual Enrico Caruso) al enterarse que Fidel lo había condenado a correr la misma suerte. Estamos ante un ajuste de cuentas entre maleantes como en los tiempos de Al Capone.
Ochoa era veterano de la Sierra Maestra (de las guerrillas castro-estalinistas en Venezuela y de las guerras que Castro llevó a cabo en África), donde se distinguió en combate como oficial subalterno. Con el correr del tiempo el prestigio deOchoa lo hizo insoportable ante el ego y la paranoia del dictador cubano. El General tenía dos defectos letales: ser un general triunfante y conocer demasiados secretos del dictador cubano.
En 1989, Fidel le montó una “olla podrida” a Ochoa acusándolo de corrupción, tráfico de armas, diamantes, marfil y cocaína. Ochoa era una bomba ambulante y no debía hablar. Por ello tenía que morir siendo fue fusilado sumariamente llevándose sus secretos a la tumba.
Eladio Aponte es un modesto militar venezolano que jamás ha estado en combate pero ahora lucha por su vida. Antes de ir a la EFOFAC fue un conocido tirapiedras comunista en el Liceo Martin J. Sanabria de Valencia. Gracias a la activa organización de infiltración militar existente logro hacerse cadete. Se graduó de oficial y luego de abogado. A partir de allí empezó a comandar escritorios como un funcionario de la justicia militar. Pronto su currículo se vio salpicado por acusaciones de procesos judiciales amañados y sentencias ácidamente criticadas. Estas denuncias le dieron brillo ante los ojos de los narcotraficantes quienes vieron en él buen potencial para sus negocios. En los años 80, estando en Valencia como juez militar en esa guarnición, entró en contacto con el cartel de la droga regentado por un grupo de “prósperos” comerciante árabes valencianos, quienes debían su bonanza a la droga y al lavado de dinero. Para ellos la protección militar era indispensable y estaban dispuestos a pagar. Pronto el general de brigada (GNB) Luis Felipe Acosta Carlés, (“El General Eructo”) gobernador del Estado Carabobo para entonces, y el general de brigada (Ej) Cliver Alcalá Cordones, comandante de la Brigada Blindada y quien se hizo famoso en Venezuela por enfrentársele al entonces-alcalde Alfredo Peña, se unieron a ese combo junto conAponte. Con el tiempo, la luna de miel entre los generales finalizó. Aponte, por ser de la Guardia, se cuadró con el ex gobernador de Carabobo y con el capo WalidMakled García (venezolano hijo de un libanés). Para entonces la mafia en el Ejército había decidido saltar a Makled y tomar directamente el control de la operación. Entonces Makled decidió vengarse.
En noviembre del 2005 llego la hora del desquite. Alguien alertó a la policía local y un camión cargado de cocaína de la banda rival a Makled fue capturado cerca del fuerte del Ejército de Carora. El chofer del vehículo resultó ser un conductor del Ejercito primo del general Henry Rangel Silva, entonces jefe del SEBIN. El generalAlcalá alegando que Carora estaba dentro de su jurisdicción pidió que le enviaran al conductor detenido de nombre Héctor Rincón Rangel. Este individuo, junto con el camión que transportaba la droga y su respectivo cargamento fue enviado a Valencia y nunca mas se supo del cargamento. Posteriormente los presos fueron dejados en libertad en un juicio en el cual Aponte fungió de juez cediendo a presiones de muerte. Los complicados en el Ejército sabiendo que lo ocurrido se debió a una delación decidieron vengarse. Posteriormente, cerca de El Sombrero, aparecieron 1500 kg de cocaína en una finca de un amigo de Acosta Carles. Alcalá fue el acusador y relacionó a su rival Makled con el caso. Acosta respondió diciendo que Clíver se los había sembrado. La guerra de los narco soles había estallado públicamente, pero Chávez ocupado en otras cosas o basándose en su propio interres, siguió apoyando a Aponte pese a los informes negativos de Alcalá.
En Valencia, Aponte y Acosta entablaron entrañable amistad con el narcotraficante Walid Makled. En los años siguientes Acosta empezó a otorgar favores al libanés-venezolano a cambio de dólares, otorgándole entre otras menudencias sendos carnets que lo identificaban como comisionado de las dependencias que dirigía. Esta infracción leve se convierte en delito capital cuando se entregan ilegalmente credenciales a conocidos traficantes de drogas. Por allí comenzó Aponte a navegar el proceloso océano del comercio de estupefacientes, haciéndose parte del mismo al saber demasiado del espinoso tema.
En esas andanzas, el magistrado conquistó amistades poderosas y antagonistas muy peligrosas. Sus mecenas en el gobierno lo llevaron primero a convertirse en el fiscal militar implacable contra los conspiradores del golpe del 11 de abril y los militares de la Plaza Altamira luego saltó a la palestra nacional e internacional, gracias a su importante participación en el caso de los supuestos paramilitares “capturados” en la Finca Daktari, propiedad de Robert Alonso, donde – según su reciente confesión – siguió órdenes directas de Hugo Chávez para que el caso resultara favorable al régimen, sabiendo él (según también confesó), de que se trataba de un vil montaje.
Estos “méritos” como Robespierre chavista lo catapultaron al Tribunal Supremo de Justicia sin reunir los requisitos mínimos para ese alto cargo. Al llegar al TSJ, laDoctora Luisa Estella Morales lo nombró presidente de los Circuitos Judiciales Penales de Caracas, Zulia y Nueva Esparta. En ese cargo, empezó a cambiar jueces y dictar sentencias en casos de narcotraficantes del cartel liderado porMakled. Sus enemigos lo quieren bajo tierra, porque el lucrativo negocio de la cocaína es mortal y porque Aponte al igual que el general Ochoa, sabe demasiado.
Hace varios meses la inteligencia norteamericana se enteró de que el G2 cubano había descubierto en el puerto de La Habana un gigantesco cargamento de cocaína en las bodegas de un supuesto buque tipo “tango” de la Armada venezolana. Al verificar el fondeadero de esos buques en Puerto Cabello, se confirmó que faltaba uno y los satélites lo detectaron en Cuba. Fidel había tomado personalmente cartas en el asunto porque no había sido informado previamente y se preocupó al enterarse que el Capitán venezolano Jesús Aguilarte Gámez era el contacto del cargamento en Cuba.
Secretamente, Castro envió esta información a Venezuela, exigiendo investigar el hecho. Las averiguaciones indicaron que entre los sospechosos por el affaire del buque estaba Aponte, aunque no era el único ni el más importante. Pronto llegó la orden sumaria: el magistrado debía salir de juego. Hacía falta un chivo expiatorio, un “generalochoa”. De inmediato, se instaló el Consejo Moral Republicano para conocer el caso y se encontró culpable al indiciado por el delito “trivial” de entregar un carnet. Las drogas no se mencionaron. Rápidamente, la Asamblea Nacional aprobó por unanimidad la remoción del magistrado, haciendo innecesario el antejuicio de mérito. La Fiscala General Luisa Ortega Díazvelozmente anunció el inicio de las averiguaciones de rigor y la justicia revolucionaria comenzó la marcha para “fusilar moralmente” a Aponte, haciéndole perder credibilidad a sus delaciones.
En el proceso, Aguilarte fue llamado a Venezuela, siendo asesinado (“fusilado”) en Maracay. En su remplazo fue enviado el general Hugo Carvajal (a) El Pollo, el ex jefe de la DIM. Tras bastidores quedaba toda la inmundicia del barco sorprendido in fraganti en La Habana y otras menudencias donde Aponte era apenas un humilde miembro del reparto. Al destituirlo, el Consejo entregó a Chávez la cabeza del supuesto infractor, dejando impunes a los “grandes” tras bastidores. Lo único que faltaba en esta tragicomedia, era acusar a Aponte de “traidor”, pero a los creadores de esta habilidosa jugada les salió el tiro por la culata.
Ante esta acción, Aponte presenta su renuncia al TSJ, pero su decisión no es aceptada. Al verse perseguido, decidió huir a Costa Rica para salvar su vida. Allí, cuando estaba a punto de ser secuestrado por un grupo integrado por miembros del G2 cubano y militares venezolanos, el fugitivo resolvió entregarse a la DEA antes que lo mataran.
Algún día, si acaso, conoceremos el resto de la historia. “Por ahora”, al menos sabemos la clase de criminales que este régimen oprobioso ha puesto a dirigir la justicia y la forma como miserablemente la manipulan. Como dice el dicho: “la justicia tarda: ¡pero llega!”.
Este es el escenario que los venezolanos pretendemos modificar a través de la farsa electoral… una farsa que cuenta con la TOTAL COMPLICIDAD de los líderes de la “oposición” venezolana y que está ABSOLUTAMENTE controlada por esos mismos sátrapas amorales sin escrúpulos algunos… quienes NO ESTÁN DISPUESTOS a que todo esto y MUCHÍSIMO MÁS, se destape.
A pesar de la atroz y traidora campaña que “nuestros” líderes de la “oposición” (tanto dentro como fuera de Venezuela, como lo podemos corroborar en programas como “Sin Guarimbas” que transmite desde Miami Radionexx), nuestra ÚNICA opción es la sublevación cívica, activa, generalizada y sostenida, a través de la estrategia de La Guarimba. El ensañamiento visceral de Chávez en contra de su principal promotor, Robert Alonso (ver “El Comodín de la Infamia”), así lo demuestra. Cada vez que Alonso intenta convocar La Guarimba en Venezuela, se activan los mecanismos CONCHUPANTES, como fue el caso deManuel Rosales en el año 2009, alegando que se trata de una acción violenta… la creación en Miami de programas como “Sin Guarimba”, las “denuncias” delGeneral Marcos Ferreira (“exiliado” en Miami) y paremos de contar. Eso, sin mencionar la intervención del propio sátrapa de Sabanetas y de sus lacayos directos.
Luego tenemos esta “nueva corriente” (que hace un tiempo comenzó a detectarse en la Cuba de los Hnos. Castro), de la llamada “TRANSICIÓN”, mediante la cual debemos hacer “borrón y cuenta nueva”, perdonar a narco-generales – como vemos a la “Mata Hari” y a Rafael Poleo promover en el video de abajo a través de Unión Radio de Miami, a favor de todos los criminales que han destruido a Venezuela en la última década.
http://youtu.be/wVr0k2dm5B4
Y para rematar nuestra desgracia, escuchamos – también en Miami, la meca del Exilio Histórico cubano, a “nuestro” candidato ÚNICO y “progresista”, Henrique Capriles Radonsky, garantizarles a los Hnos. Castro – nuestros verdaderos enemigos – el petróleo que Chávez les ha venido entregando, GRATUITAMENTE, desde que se montó en el poder en Venezuela.
Mientras tanto, personajes como Marta Harnecker y Amilcar Figueroa, siembran, desde Venezuela, la semilla del castro-estalinismo internacional a lo largo y ancho del continente americano.
La libertad NO ES GRATUITA. Debemos estar dispuestos a pagar su alto precio… o a acostumbrarnos a vivir sin ella: ¡tan sencillo como eso!
Por cierto: ¿quieren saber la infausta historia de OTRO “general y abogado”
venezolano, pero de la “oposición”? Tal vez leyendo la historia se darán cuenta
de cómo llegamos, en parte, a donde estamos hoy.
Hagan click sobre la carátula del libro “Cómo se Perdió Venezuela”.
Fuente :
http://www.mrr.name/QuienEs.htm