
Su falso estado de tranquilidad se transfiguró rápidamente. No pudo soportar el cuestionamiento de su política de estado. No le importó en lo más mínimo que la resolución hubiera sido apoyada por veinte Jefes de Estado o de Gobierno. Pensó que encolerizarse y proferir improperios contra el presidente de una nación frenaría la resolución de condena al terrorismo del grupo ETA.
Estos hechos insólitos tuvieron lugar durante la X Cumbre Iberoamericana,...