Los progres de toda laya y condición se sienten interpelados en lo más profundo cada vez que se produce una noticia importante en la Iglesia Católica. Es natural, siendo el progresismo una secta destructiva que intenta acabar con la Iglesia no para erradicarla, sino para sustituirla.
Los progres tienen sus dogmas, sus clérigos, su martirologio, sus festividades y hasta sus herejías, que combaten con saña inigualable, como sabe bien cualquiera...