El oeste en Guanabacoa
Por: Maritza Concepción Sarmiento
Teléfono: 53972614.
El día 28 de septiembre en la calle Gloria entre Barreto y Corralfalso, en Guanabacoa, un panel color azul oscuro, al que todos definen como guagüita, parqueó cerca del comedor de los ancianos y se bajaron seis personas encapuchadas, todos de la raza blanca, y empezaron a tirar tiros para la casa de un santero llamado Juan, ubicada allí.
Cuentan los que estuvieron presentes en este espectáculo digno de una película del oeste, que en ese momento iban pasando mujeres con niños. Pero nadie puede explicar qué tipo de armas tenían y cuántas eran. Los que relatan la historia solo dicen “varias”.
Después de realizado este acto, los encapuchados, que algunos definieron como hombres jóvenes, se montaron en la “guagüita” y se fueron, habría que señalar que la calle donde ocurrieron los hechos está en bastante mal estado para el tránsito de los vehículos.
Pasado un rato, se llenó el lugar de autos patrullas de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y agentes de la Seguridad del Estado. No encontraron testigos en las mujeres con niños que pasaban en ese momento, porque según dicen los vecinos corrieron y se montaron en el autobús 438.
En la casa de Juan una bala le dio a una ventana, gracias a que rebotó porque pudo haber matado a una señora mayor, que estaba sentada en la parte de adentro detrás, aunque ella acostumbra a sentarse en la entrada de la puerta de la casa.
Los asaltantes -según comentarios- son del municipio San Miguel del Padrón y estaban persiguiendo a un “botero” (chofer de taxi conocido como almendrón), con el que uno de ellos había tenido problemas, y en ese momento había parqueado el auto frente a la casa de Juan.
Este tipo de situaciones de bandas, revanchas y uso de armas de fuego, es cada vez más común dentro de la sociedad cubana.
La Habana, 7 de octubre de 2014.
Por: Maritza Concepción Sarmiento
Teléfono: 53972614.
El día 28 de septiembre en la calle Gloria entre Barreto y Corralfalso, en Guanabacoa, un panel color azul oscuro, al que todos definen como guagüita, parqueó cerca del comedor de los ancianos y se bajaron seis personas encapuchadas, todos de la raza blanca, y empezaron a tirar tiros para la casa de un santero llamado Juan, ubicada allí.
Cuentan los que estuvieron presentes en este espectáculo digno de una película del oeste, que en ese momento iban pasando mujeres con niños. Pero nadie puede explicar qué tipo de armas tenían y cuántas eran. Los que relatan la historia solo dicen “varias”.
Después de realizado este acto, los encapuchados, que algunos definieron como hombres jóvenes, se montaron en la “guagüita” y se fueron, habría que señalar que la calle donde ocurrieron los hechos está en bastante mal estado para el tránsito de los vehículos.
Pasado un rato, se llenó el lugar de autos patrullas de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y agentes de la Seguridad del Estado. No encontraron testigos en las mujeres con niños que pasaban en ese momento, porque según dicen los vecinos corrieron y se montaron en el autobús 438.
En la casa de Juan una bala le dio a una ventana, gracias a que rebotó porque pudo haber matado a una señora mayor, que estaba sentada en la parte de adentro detrás, aunque ella acostumbra a sentarse en la entrada de la puerta de la casa.
Los asaltantes -según comentarios- son del municipio San Miguel del Padrón y estaban persiguiendo a un “botero” (chofer de taxi conocido como almendrón), con el que uno de ellos había tenido problemas, y en ese momento había parqueado el auto frente a la casa de Juan.
Este tipo de situaciones de bandas, revanchas y uso de armas de fuego, es cada vez más común dentro de la sociedad cubana.
La Habana, 7 de octubre de 2014.