Cuatro niños que merecen vivir mejor
Por: Juan Carlos Díaz FonsecaTeléfono: 54288244.
Dadira Mora Jabalera es una guanabacoense que reside en Cadena #3-A entre H y Final, madre de 4 hijos, asmáticos todos, nombrados Daniel (7 años), Adebleris (5 años), Melody de la Caridad (1 año y 6 meses), que también padece de epilepsia; y Melany Daniela de 3 meses de nacida, que ha estado ya ingresada 4 veces en el hospital William Soler. Los niños son hijos de 3 padres diferentes.
Para la tercera bebé se le destinó por parte de una trabajadora social, una plaza en un Círculo Infantil, pero la niña no puede asistir por su patología, ya que en el círculo no la admiten. No obstante Dadira tiene que pagar el importe mensual del Círculo.
Dadira alega tener problemas con su vivienda que se encuentra en condiciones críticas, es un cuarto de 4 metros de largo por 3 de ancho, de madera, techo de zinc con filtraciones. No posee efectos eléctricos como: refrigerador o televisor, por lo que en ocasiones tiene que botar los alimentos y la leche de sus hijos. Los muchachitos no tienen algún entretenimiento dentro de este tenebroso local, aunque ella conserva como un objeto de museo, un televisor viejo roto, en blanco y negro.
El baño, que es una letrina, se encuentra a 5 metros del cuartico.
Ella plantea que se ha dirigido a todas las Instituciones gubernamentales que se ocupan de ello, solicitando ayuda por las pésimas condiciones de vida que presenta, así como su situación económica, y no ha recibido solución, solo el Círculo y desafortunadamente no lo puede utilizar.
Con el fin de solicitar una prestación social a través de una chequera, como se emiten en el país, se dirigió al Jefe de los Trabajadores Sociales del municipio, de nombre Lázaro, el que le respondió en forma descompuesta: “¿Quién te mandó a parir tanto?
Al ver que no le daban solución decidió a hablar con Lucía, la responsable de Asistencia Social, quien alegó que ese no era su problema.
Así vive esta familia desde hace 4 años, en ese cuartucho que ha hecho que todos los niños se enfermen, y no ha recibido una solución satisfactoria a su problema. El lugar pertenece a su señora madre y ella teme que en cualquier momento la pueda sacar de allí.
Esta historia de inhumanidad y bajo nivel de vida, se ha convertido en algo que se repite muchas veces en la sociedad cubana.
La Habana, 28 de agosto de 2014.