Muchos se indignaron al ver las imágenes, pero el Papa Francisco ha manifestado en varias ocasiones que no le gustan las reverencias o muestras de sumisión, como arrodillarse o que le besen las manos, pues considera que van en contra de lo que él o su iglesia profesan. Pero se arrodilla como perrito amasetrado para vesar los pies de los musulmanes y avaros golpistas.