Dengue, cólera y otros virus aumentan en Cuba
La falta de higiene, escasez de agua potable y enormes basurales que proliferan en La Habana, resultan una combinación altamente explosiva.
Iván García Quintero
noviembre 08, 2013
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Un empleado municipal fumiga como prevención contra el dengue. |
El dengue en Cuba ya es endémico. En un hospital de la barriada habanera de Santos Suárez, una sala del cuarto piso está repleta de niños con dengue. Y en toda la isla, los centros hospitalarios están desbordados con pacientes aquejados de diferentes virus.
“Hace tiempo que el dengue y otros virus infecciosos escapan del control sanitario. Es un círculo vicioso. El mosquito Aedes Aegypty prolifera en Cuba debido a un problema sin resolver: el abasto de agua potable las 24 horas. Roturas en las conductoras, envases sin la debida protección, falta de higienización de las ciudades, entre otros, son el caldo de cultivo para que el dengue y otros virus se hayan convertido en una plaga. A ello súmale el clima tropical y la excesiva humedad. La respuesta sanitaria contra el dengue es fumigar con frecuencia y que la población acuda a los cuerpos de urgencia al menor síntoma”, asegura un epidemiólogo.
Consuelo (nombre cambiado), doctora con 25 años de experiencia, fue tajante. Abre un mapa a gran escala del municipio 10 de Octubre y señala zonas coloreadas en rojo. “Ya lo raro es ver un barrio del distrito que no tenga casos de dengue. Creo que hemos perdido la batalla contra la enfermedad. No tenemos una política preventiva coherente. No podemos evitar los virus como el dengue y otros muchos. Solo promocionar en los medios que las familias tomen medidas higiénicas, hiervan el agua y luego, en caso de incubación de la enfermedad, tener todo el engranaje listo, a partir del médico de familia y policlínicos con orientaciones precisas, que reportan el caso a las instancias superiores. Estamos jugando con fuego. El Estado nos garantiza los medicamentos, pero para frenar el dengue y el cólera se necesitan medidas de mayor alcance, lo que implica un gasto de millones de dólares”.
El último reporte oficial de dengue en Cuba data de 2012, con 63 casos. Pero el pasado mes de agosto, el Ministerio de Salud Pública informaba de la existencia de focos del mosquito trasmisor en 98 municipios del país, entre éstos los 15 de La Habana y también en Pinar del Río, Santa Clara, Camagüey, Las Tunas, Granma, Santiago de Cuba, Guantánamo e Isla de la Juventud. La Organización Panamericana de la Salud cita unos 700 casos de enfermos de cólera en Cuba en los últimos dos años.
Un especialista en vías respiratorias explica que los actuales cuadros infecciosos en la población cubana “están surgiendo debido a fenómenos climáticos, nuevas cepas agresivas y virus resistentes a los antibióticos tradicionales, debido a su uso indiscriminado".
Los médicos y epidemiólogos consultados aseguran que la falta de higiene, escasez de agua potable y enormes basurales que proliferan en La Habana, resultan una combinación altamente explosiva.
“Por la mala higiene, son frecuentes hongos y bacterias en la piel. El control sanitario contra ratas y otros insectos trasmisores de enfermedades no es eficiente. Casi todos los hospitales del país están desbordados, con muchas carencias materiales y no siempre disponen de medicamentos de última generación. Cuba tiene todos los ingredientes para que en cualquier momento detone una epidemia a gran escala. Solo con una estructura ordenada de salud pública y galenos consagrados no se resuelve la situación”, señala un especialista en higiene y epidemiología.
Los bajos salarios también influyen: los doctores más prestigiosos prefieren estar dos años en la selva amazónica de Venezuela y Brasil o en un caserío remoto de Sudáfrica. En esas misiones, los cooperantes pueden ahorrar cientos de dólares y mejorar sus precarias condiciones de vida cuando regresen a casa.
La gran mayoría de los médicos cubanos están entregados a su profesión, aunque existen algunos mediocres y negligentes, sin la necesaria vocación. La crisis económica estacionaria que dura ya 23 años, ha sacudido los cimientos de la sanidad como si fuese un huracán fuerza cinco. El régimen aporta argumentos de peso y culpa al embargo de los desaciertos en la salud pública.
Pero el 58% del agua potable que se pierde debido a las cañerías rotas, hospitales desvencijados, salarios deprimidos de los profesionales y epidemias en aumento como el dengue y el cólera, apuntan a que también deben mirar hacia adentro.
http://www.martinoticias.com/content/opiniones-ivan-garcia-dengue-colera-y-otros-virus/29114.html