Martha Harnecker es experta en infinidades de campos, la mayoría de ellos relacionados con el terror, la destrucción de naciones, la construcción de imágenes, la infiltración, la militarización del estamento civil en milicias y la ocupación de países por la nueva vía del engaño electoral. Es considerada la Carlos Marx femenina y moderna. Su libro, “Los Conceptos Elementales del Materialismo Histórico”, es texto de estudio en las cátedras de sociología y ciencias políticas de muchísimas universidades de la América hispana, Francia y otros países relacionados con el eje del comunismo, como Corea del Norte, Vietnam, China… entre otros. Se le considera la versión moderna de “El Capital” de Carlos Marx.
A la caída de Salvador Allende en 1973 se refugió en Cuba, donde hizo carrera al lado de quien sería su esposo, Manuel Piñeiro Losada, el infame, temido, siniesto, sanguinario, genocida y tenebroso “Comandante Barba Roja”, fundador del “Departamento America”, de quien se llegó a asegurar que fue temido, en un momento dado y en la cúspide de su poder político, por el propio Fidel Castro.
Marta, de descendencia alemana y nacida en Chile, fue enviada a la Alemania Oriental para entrenarse en la Stasi, la homóloga de la KGB de la Alemania “Democrática”, que suplia al régimen castro-estalinista de todo tipo de implementos. A su regreso a Cuba, orientó y pulió a su marido, el jefe del espionaje y contra-espionaje del régimen castro-estalinista cubano, cuya misión era la de infiltrar a los partidos políticos y las fuerzas armadas de los países de la América Latina, con la finalidad de ocuparlos cuando llegase el momento adecuado. En adición a esta labor, coordinaba la infiltración y operación de espías fuera de Cuba, incluyendo a Estados Unidos.
Cuando su marido en la intimidad del hogar, le susurró que él podía defenestrar a Castro y asumir el poder en Cuba, no dudó en denunciarlo. Como Barba Roja, a pesar de estar ya “retirado” y “escribiendo libros sobre la revolución”, tenía tanto poder y control dentro de la isla y fuera de ella, que Castro no se animó a fusilarlo, como hiciera con otro que se creyó con suficiente poder militar como para intentar lo propio, el General Arnaldo Ochoa. Barba Roja murió “accidentalmente” en extrañas condiciones que jamás fueron aclaradas, chocando su automóvil (el cual jamás conducía, puesto que detestaba conducir) contra un aislado árbol, camino a su casa.
Si le preguntáramos a los cubanos de la isla quién es Marta Harnecker, posiblemente el 99.9% de ellos no sabrían de quién estamos hablando. En Venezuela son pocos quienes la conocen y conocen de su currículo. Su nombre no se menciona jamás en alta voz y de ella se habla en susurros. Se desplaza cautelosamente con una nutrida, pero imperceptible escolta de altamente-calificados guardianes, cubanos en su totalidad, los cuales son rotados periódicamente para evitar “sorpresas”.
Fue enviada a comienzos del año 2003 a Venezuela e instaló sus oficinas en el 4to piso del Hotel Alba, (antiguo Hotel Anauco Hilton y antro de cubanos ñángaras que tienen la misión de depredar a nuestro país), en la urbanización El Conde… en el mero corazón de nuestra ciudad capital, Caracas. Su comando se encuentra en el mismo piso donde opera el Coronel Francisco Javier Salado Villacín, “El Carnicero de Luanda”, jefe del ECO (Ejército Cubano de Ocupación) en Venezuela. Ver el siguiente trabajo investigativo publicado por el ex diputado (Mérida) Roger Vivas en la “Revista Venezuela”, año 2008:
Gracias Marcos Paez