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sábado, 20 de marzo de 2021

"Cuba" @DiazCanelB 'Aquí estamos como animales abandonados': madres cubanas que viven en un albergue

'Aquí estamos como animales abandonados': madres cubanas que viven en un albergue improvisado piden ayuda

Casi la mitad de los habitantes del albergue son niños. La mayoría se ha contagiado de sarna.

Albergue en Las Guásimas, Arroyo Naranjo, La Habana.
Albergue en Las Guásimas, Arroyo Naranjo, La Habana. Diario de Cuba

Décadas atrás, la Escuela Solidaridad Latinoamericana, ubicada en Las Guásimas, municipio habanero de Arroyo Naranjo, fue un centro para niños con problemas de conducta; pero hace más de un lustro las autoridades comenzaron a ubicar en ella a familias necesitadas de vivienda, fundamentalmente del mismo municipio y de Centro Habana.

La edificación está en un lugar apartado. En la actualidad viven en ella más de cien personas, en su mayoría madres con tres o más hijos. Es posible asegurar que casi el 50% de los que allí viven son menores de edad. Varias madres tienen cinco hijos y una de ellas tiene siete.

"Las condiciones en que vivimos en esta instalación son pésimas. El agua de la cisterna está contaminada, los sanitarios no sirven y están llenos de costra de años sin limpiarse. Muchas paredes presentan grandes filtraciones y la comida que a diario nos traen es muy mala, muchas veces no podemos probarla por estar en mal estado. Aquí en verdad vivimos como animales abandonados", dijo a DIARIO DE CUBA Marelys Ponce, madre de cuatro hijos.

"Desde hace varios meses padecemos un brote de sarna (escabiosis) que le ha dado a la mayoría de los niños y a personas mayores. Los médicos dijeron que nos habíamos contagiado de los perros que merodean por esta instalación, donde no hay higiene ninguna. Muchos dormimos en el piso, pues ni cama tenemos", se quejó Ivanka Llorens, otra de las residentes en esa antigua escuela.

Debido a las malas condiciones en que se encuentran, varias de las mujeres se pusieron de acuerdo y el 1 de febrero armaron una protesta durante la cual pusieron sus pocas pertenencias en la carretera más cercana para bloquearla.

El ruido de calderos y los gritos de ayuda hicieron que aparecieran la Policía y el presidente del Gobierno de Arroyo Naranjo.

"Ellos vinieron e hicieron muchas promesas de ayuda, pero en concreto lo único que hicieron fue podar un poco la maleza del lugar; más nada. Aquí seguimos en las mismas, la posta médica más cercana está a casi tres kilómetros de distancia y en la noche no hay transporte de ningún tipo en caso de una emergencia médica, con tantos niños que aquí viven", criticó Yamira Atalay, otra de las madres que vive en el albergue improvisado.

La mayoría de los 104 albergues que existen en la capital del país tienen malas condiciones constructivas y están colapsados por la cantidad de ocupantes. Muchos de sus residentes llegaron a ellos con la promesa de las autoridades de salir en pocos meses. Sin embargo, no pocos llevan esperando más de dos décadas.

A principios de este año, los residentes en el complejo de albergues de Bahía-Plaza, ubicado en el municipio de Habana del Este, también protagonizaron una protesta con un único reclamo: salir de ese lugar para una vivienda en mejores condiciones. Con la promesa de una pronta ubicación, las autoridades lograron aplacar la protesta.

"Sentimos que aquí estamos abandonados y a los del Gobierno no les importan nada todas las dificultades por las que pasamos a diario", dijo entre sollozos una madre que no quiso revelar su nombre. "Solo queremos que se conozca nuestra situación y vivir como personas dignas".

Tomado de: https://diariodecuba.com/cuba/1616251382_29726.html

sábado, 6 de junio de 2020

"Cuba" El dolor de las madres cubanas es la peor prueba de la crueldad del socialismo.








 por 
Las madres cubanas, las verdaderas creadoras de la vida, de las ilusiones y del futuro en Cuba, son, indiscutiblemente, quienes más sufren los horrores que un régimen, despiadado y cruel, les ha impuesto a todo un país y a un pueblo para no perder, los muy degenerados, los dictadores, quiero decir, la “sagrada” y eterna sentadera que les brinda el tibor del socialismo.

Horrores que se traducen en esta vida de mierda tan desesperante que vivimos los cubanos y que cada día tienen menos solución porque continuamos aceptando la permanencia en el poder de un sistema dictatorial que quita y pon camarón, es decir, que nos tira los huesos carcomidos y resecos mientras ellos se comen los camarones, los mamoncillos y las langostas.

¿Alguien se ha preguntado qué siente una madre cubana en su interior cuando ve llorar a sus hijos porque tienen hambre?

Porque la realidad en nuestro país, la más triste de todas las realidades del mundo, es que quienes más soportan con total estoicismo, valentía y creatividad, son nuestras madres, mujeres convertidas en guerreras cotidianas, en paramédicos del alma de sus hijos, en bomberas extinguiendo los fuegos del hambre, de la miseria, de la desesperación y de las locuras que padecen quienes le rodean porque, por instinto natural, como “recurso del método”, tuvieron que echarse sobre sus hombros las desdichas físicas y espirituales a las que una absurda revolución del picadillo condenó, en vida y en muerte, a toda su familia.

Y digo todo esto porque estoy seguro, y honor a quien honor merece, que en Cuba, en Cubita la desgraciada, no existen seres cubanos más valientes, más lúcidos ni más sacrificados que esos ángeles que nos dieron la vida, que nos ayudaron a conservarla y que nos protegieron para que no tropezáramos con el basurero de la esquina, para que no pisáramos mierda, nos resbaláramos y nos despetroncáramos contra el pavimento, para que aprendiéramos a cuidar la ropita y los zapaticos domingueros, para que entendiéramos un poquito “el pan nuestro de cada día” y que, sobre todo, muy importante, que para subir al cielo no se necesitan escaleras, se necesita decencia, dignidad, amor, honestidad y valentía, así de sencillo y de humano a la vez.

Dice mi amiga la cínica que así como la dictadura castrista, y sus principales exponentes, han vivido robando, engañando, reprimiendo y asfixiando a un país y a su pueblo para apoderarse de nuestro tesoro nacional y darse “la dolce vita”, las madres cubanas han devenido, por fuerza contraria, por acción a la reacción, en las salvadoras del alma de una nación pues son las que han logrado mantener con vida a una sociedad hundida en el desabastecimiento, las penurias, los disparates ideológicos, los espejismos que provocan la cacareada “abundancia” socialista, la inanición, las flaquezas morales y los sueños frustrados de varias generaciones de seres cubanos.

Valoramos en su justa dimensión los tantísimos sacrificios que hacen nuestras madres en un país donde el aire hiede y la tierra mata?

Yo siempre me pregunto de dónde sacan tanta fuerza estas mujeres para mantenernos con vida, un reto muy difícil que les impone una realidad tan asfixiante como la que se “respira” en Cuba y que, visto y comprobado, se han enquistado en nuestra esencia, en nuestra idiosincrasia, en nuestra “cubanía”, en nuestro “producto interno bruto” como nación y como pueblo y que, tras más de sesenta larguísimos años, insisten, se empecinan, se esfuerzan por permanecer destrozándonos la existencia, el sentido común, el decoro y la lucidez a todos, absolutamente, a todos los cubanos.

Cada vez que escribo sobre este tema no puedo dejar de pensar en mi madre, y créanme que el mayor dolor que me produce es no haber tenido tiempo, porque uno, desgraciadamente, siempre pospone los abrazos para después, de agradecerle con muchísimo amor y respeto los tantísimos sacrificios que tuvo que hacer para que yo creyera que “la vida es bella”, para que yo pudiera tragarme sin asco los malos sabores de un revolucionario picadillo “enriquecido”, para que el fuego de las fiebres de mi garganta no me quemaran por dentro y para que, aun con el desinterés que me producía el mundo en que vivía, yo estudiara y me hiciera un hombre “hecho y derecho” que en medio de los horrores de la guerra cotidiana por el socialismo, por el patria o muerte y por seremos como el che, al menos aprendiera a leer, a escribir y a multiplicar sueños e ilusiones por esperanza y vida.

¡Un enorme monumento les queda chiquito a las madres cubanas!

Ricardo Santiago.

Tomado de: http://poresomefuidecuba.com/el-dolor-de-las-madres-cubanas-es-la-peor-prueba-de-la-crueldad-del-socialismo/?fbclid=IwAR3W4Qob3OzJbszTGjax5nDcJmQfILE6zacZrppgnkBTv_nQR5qi3llTNlU