¡MORINGA O MUERTE!
Verdad es que lo de Cuba ya es un despropósito tras otro, y lo peor es que los arrebatos o locuras de la anciana y decrépita Maruga Rebelde todavía ponen al pueblo cubano de rodillas y a comer hierba. Nunca mejor dicho: En una de esas últimas “gracias” escritas de manera breve, breve debido al poco tiempo que le queda de vida (bueno, quién sabe), Chacumbele I se ha referido a las propiedades benefactoras de la moringa y la morera. Cuatro líneas han bastado para que en pocas horas hayan aparecido no sé cuántas, innumerables hectáreas, sembradas de moringa y morera en Cuba. Sin averiguar y sin chistar.
Así ha sucedido durante más de 53 años, Castro I nada más abre la boca para pronunciar cualquier sandez y enseguida veremos a miles de tracatanes dispuestos a seguirle la rima.
Nadie más ha investigado nada sobre la moringa y la morera, todos han acatado la orden de sembrar moringa y morera como mismo sembraron el Cordón de La Habana de café de montaña, e intentaron hacer de Cuba el primer país tropical exportador de fresas y de quesos franceses, quesos extraídos de la leche de unas vacas de diseño, diseñadas por el propio Comandante en Jefe, que en lugar de tetas multiplicaron sus genitales masculinos, y en vez de ordeñar ubres se ordeñaron hasta los huevos de los cebúes. Ningún invento de Castro ha servido para un coño –que dirían los venezolanos-, pero el pueblo cubano es tan carnero que ahí están para dar el paso al frente p’a lo que sea, Fidel, p’a lo que sea. Han comido hasta moñingas de camello con tal de reírle el pujo al dictador que los oprime.
En lugar de rebelarse y de plantarle cara al Cometranca Máximo, allá van todos con la lengua afuera a sembrar moringa y morera. Y para colmo intentarán exportarlas al mundo capitalista como un plato delicioso al que compararán con el caviar iraní, diciendo que es todavía mejor porque es cubano, cubano no, revolucionario, un caviar revolucionario, y hasta se la ofrecerán a los turistas ideológicos en los Paladares (dudo que estos turistas se lo metan acostumbrados al verdadero caviar, al champán y al buen yantar), del mismo modo que exportan a los chivos con guitarra y tumbadora que hoy berrean por medio mundo haciéndose pasar por músicos y cobrando por ello.
Para colmo, a lo mejor dentro de diez años, si Castro llega allá, seguro que sí, porque él si ha comido lo que comen los seres normales, se acuerda de que un día habló de la moringa y de la morera preguntándose por qué recarajo los cubanos comen esa porquería, y alguien le responderá: “Pues porque usted habló de ellas como de lo más exquisito y saludable del mundo”. Y allá fueron los cubanos a obedecerle. Y Castro I se reirá a carcajadas, con la cajetilla de dientes postizos enredada entre los cuatro pelos de la barba, mientras comentará: “¡Pero si yo lo dije jugando, no fue más que una broma!”.
Mientras tanto, que los cubanos todavía no se han enterado de que se trata de una broma de mal gusto, ya empiezan a abundar por internet las cancioncitas sobre la moringa y la morera; en cualquier momento se cambiarán las letras de las zarzuelas, de las óperas y hasta de los himnos patrios: “¡Moringa, Moringa, Moringa Valdés! Yo soy, Moriiiinga, Moriingaaaaaa Valdéeeeeees!” O bien: “A las armas, corred, moringueros, que la Morera os contempla orgullosa, no temáis una muerte gloriosa, que morir por la Moringa es vivir” Etcétera y demás.
Alicia Alonso y Carlos Acosta montarán dos coreografías tituladas Cascamoringa y El Lago de las Moreras, que presentarán en Londres y en la Plaza de la Moringa Revolucionaria; el rol de la Moringa será para Alicia Alonso (de este modo, sembrada en la tierra en puntas, no tendrá que moverse para nada). Carlos Acosta hará de El Sembrador Heroico de moringas y moreras románticas.
La literatura oficial de la isla se llenará de personajes que crecerán como la moringa, y de títulos como Así se sembró la moringa, El Rey de la Moringa, Todas las moringas se van (ese es un título para los comemierdas del exilio, que en solidaridad empezarán a mandar semillas de moringa, abono, y rezos catolicones para que la moringa crezca sana y salva al amparo de los enemigos imperialistas, o sea de ellos mismos cuando a los Castro les conviene), El hombre que amaba a las moreras. Y se creará el Premio internacional de Poesía Casa de la Moringa. Y la Bienal de La Morera y el Festival Internacional del Cine Latinomoringuero.
Por supuesto, ya tenemos el Día del Moringa Inmortal, que como por azar cayó el 13 de agosto.
El verde olivo será reemplzado por el verde moringa-morera, y desde los uniformes de los militares hasta las Damas de Blanco deberán teñir sus vestiduras con tan estrambótico verde brillante humedecido.
El Gabo fundará la Fundación Internacional de La Moringa y la Morera y la Escuela Internacional de Cine para amantes de dichas plantas.
La Chacumbelina Castro hará varias giras mundiales donde impartirá conferencias acerca de la sexualidad de la moringa y de la morera: esas lesbianas empedernidamente revolucionarias. Y entonces asistiremos a una ulatramegaboda de la Moringa y la Morera medio disidentonas ellas, con fotos del Che Guevara a sus espaldas. La madrina, ya saben quién será. Y las Damas de Blanco marcharán con gajos de moringa y moreras en las manos en lugar de gladiolos. Porque será así o no será, les informará el oficial de la policía política que las atiende: “O marchan con gajos de moringa y de morera o no marcharán nunca más”.
Las huelgas de hambre a partir de ahora se harán con jugo de moringa e inyecciones en vena de morera.
Como el cubano es tan innovador en la cocina veremos un derroche de recetas: bistec de moringa, tamal de morera, vino de moringa, cerveza de morera, tambor de moringa con picadillo de morera, ceviche de moringa y morera juntos, y así sucesivamente… En el exilio, muy pronto, los restaurantes de toda esa progrería que fue a cocinarle al castrismo en la última Bienal, empezarán a hacer nuevas versiones de tostones de moringa, frituritas de morera, y vaca frita a la moringa, o ropavieja de morera… Para poder ser autorizados a regresar a La Isla de la Moringa o La Morera de las Antillas deberán presentar en la embajada castrista en Washington el Menú adecuadamente enmoringado y amorerado además del pasaporte.
Gloria Estefan dedicará una canción a la Moringa de Obama y escribirá un cuento infantil a las moreras de Miguelina que empezó ya a apartar surcos en los sembrados de la Casa Blanca para dedicar la Parcela de los Padres Fundadores de la Moringa y la Morera Americanas a la disidencia lujosa y chic.
Eusebio Leal levantará un monumento allí donde estuvo el águila imperial. Y el Cardenal se azotará con gajos de moringa y morera mientras reza varios padrenuestros y avemarías en honor de las nobles inteligencia de su amado Chacumbele I y de la sabiduría de su benefactor Chacumbele II, al primero por ocurrírsele semejante idea tan piadosa con el pueblo cubano, y al segundo porque seguramente obligará a los presos a alimentarse con los desperdicios que sobren de la moringa y la morera, que inclusive siendo desperdicios, seguramente tendrán mejor calidad y sustancia que el arroz y los espaguetis grises que le dan hoy de comer en las celdas.
Si los años volvieran a tener nombre, como en la época del fervor soviético, este año se llamaría: El Año de la Moringa Heroica, o Año de la Morera Inmortal. En el Comité Central se está creando ya un Departamento para la Moringa y Morera Nacionales, y otro Internacional, para lo mismo, aunque Internacionalistas.
Chávez, por supuesto, negociará de inmediato barriles de petróleo contra sacos de moringa y morera. La Cretina Kirchner lo mismo, devolverá maletas con piezas de oro contra jabas de dichas plantas. Las Malvinas se llamarán Las Moringas. Morales arrasará con los campos de coca para sembrar la nueva yerba de izquierdas a la moda.
Y así de suite, podría llenar páginas y páginas… Con lo que no contaba Castro I es que se convirtiera en el hazmerreir mundial, no ya de la mafia de Miami, sino de los periodistas de los principales periódicos del mundo entero, de esos mismos que antes loaban sus glorias y batallas imaginarias, y ahora despotrican ante sus arrebatos (qué pena que no repararan antes en ellos).
Los cubanos de Cuba no se ríen, no, ellos masticarán moringa y morera hasta el hastío, mientras cantan en un coro que resonará en la ONU y será interpretado como un canto leal al castrismo: “Si no fuera por Rauleana, nos quedaríamos con las ganas, de comer moringa, de jactar morera”.
Aplausos, de rodillas, con las nalgas al sol, y un gajo de morera en cada ojo, y un arbusto de moringa encajado en el culo.
Zoé Valdés.