Estaban en buen estado jets cubanos confiscados en barco norcoreano
TIM JOHNSON/
MCT
Ciudad de Panama -- Dos aviones de combate cubanos MiG-21 encontrados a bordo de un carguero norcoreano confiscado hace tres meses estaban en buen estado de mantenimiento, habían sido volados recientemente y venían acompañados de motores de propulsión a chorro “nuevos de paquete”, afirman funcionarios panameños.
Estas afirmaciones profundizan el misterio que rodea los materiales militares cubanos que se encontraron a bordo del carguero norcoreano Chong Chon Gang, de 508 pies de eslora, el cual fue interceptado por las autoridades panameñas el 10 de julio en la entrada atlántica al Canal de Panamá.
“Ellos todavía tenían combustible en los tanques”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Fernando Núñez Fábrega, a McClatchy en una entrevista a principios de mes. “No estaban obsoletos ni necesitaban reparaciones”.
Uno de los MiG-21s contenía manuales y reportes de mantenimiento que indicaron que había estado volando apenas unos pocos meses antes, dijo el fiscal Javier Caraballo, quien está a cargo del caso de tráfico de armas presentado contra los 35 tripulantes norcoreanos. Caraballo denegó la solicitud de un reportero para ver los documentos.
Al admitir públicamente el cargamento después de su descubrimiento, funcionarios cubanos insistieron en que el barco sólo transportaba aviones viejos y otras piezas que se enviaron a Corea del Norte para ser reparadas cuando las autoridades panameñas, actuando en base a una denuncia de que transportaba drogas, lo interceptó.
POSIBLE ACUERDO DE ARMAS
Funcionarios panameños piensan ahora que el cargamento era parte de lo que Núñez Fábrega llamó “un acuerdo importante” entre ambos países, aunque ellos no tienen certeza de la magnitud del mismo.
Funcionarios que registraron el navío encontraron los aviones MiG en contenedores sellados ocultos bajo bolsas de azúcar de 100 libras — un total de 10,000 toneladas — en la bodega del barco. También descubrieron 15 motores de propulsión a chorro y otro armamento.
“Estos motores son nuevos de paquete”, dijo Núñez Fábrega. El afirmó que los funcionarios cubanos en su declaración habían asimismo: “hablado en términos generales de artículos muy específicos que podrían haberles causado problemas”, tales como un sistema de guía para misiles de defensa antiaérea.
La ONU impuso un embargo de envíos de armas a Corea del Norte a causa de las pruebas nucleares hechas por esa nación en el 2006, el 2009 y el 2013.
Un equipo de la ONU de seis personas encabezado por David Martin Uden, ex diplomático británico y coordinador de una unidad de la ONU que supervisa la puesta en práctica de dichas sanciones, examinó los armamentos confiscados durante una visita a Panamá a medidas de agosto.
Al ser contactado por teléfono, Uden dijo que su oficina “no puede comentar sobre lo que encontramos en Panamá”.
El equipo de vigilancia de la ONU todavía está buscando respuestas por parte de Cuba acerca del cargamento de armas, y el equipo entregará a una comisión de sanciones de la ONU un informe detallado una vez que cuente con dichas respuestas.
FUTURO DE LA TRIPULACION
Mientras tanto, los 35 miembros de la tripulación del Chong Chon Gang están en espera en una antigua base militar de Estados Unidos cerca del Canal de Panamá. No están exactamente pasándola mal, según funcionarios. De hecho, es mejor que vivir a bordo del navío, el cual apestaba a causa de la mala higiene cuando fue confiscado.
Caraballo dijo que los tripulantes, aunque bajo guardia armada, disfrutan de condiciones de vida que eran “10 veces mejores de lo que eran”.
“Ellos están muy cómodos”, dijo Caraballo. “Se les ha dado ropa limpia, comida, cigarrillos para fumar… Tienen un televisor. Pueden jugar al fútbol todas las tardes”.
Ellos viven en locales con aire acondicionado, un médico les da atención y tienen un teléfono disponible para comunicarse con la embajada de Corea del Norte en La Habana, dijo. Panamá no tiene relaciones diplomáticas con Corea del Norte.
Aunque los tripulantes y el capitán del barco han dado declaraciones a través de traductores del coreano traídos de México, se han negado a firmar sus deposiciones, dijo Caraballo.
No se ha decidido qué se hará con el armamento a bordo del barco.
Panamá está andándose con pies de plomo en el caso por temor a encolerizar a Cuba, que según Núñez Fábrega es “uno de los mayores clientes de la zona libre” en Colón, donde ellos compran artículos en abundancia como consecuencia del embargo de EEUU a la isla que ya dura cinco décadas.
Un barco viaja semanalmente de Colón a La Habana para abastecer a los hoteles turísticos de Cuba.
Caraballo, fiscal de drogas que fue convocado para que se ocupara del barco confiscado porque los reportes iniciales decían que transportaba narcóticos, dijo que el capitán había afirmado que él sabía que había contenedores en la bodega pero “no sabía qué había en los contenedores”.
Los norcoreanos han sido acusados de tráfico de armas, lo cual podría conllevar una condena de hasta 12 años de cárcel, dijo Caraballo.
Pero Núñez Fábrega dijo que Panamá estaba impaciente por que la tripulación y el barco se fueran una vez que Corea del Norte pague una multa de hasta $1 millón que impone la Autoridad del Canal de Panamá por poner en peligro esa vía acuática al transportar armamentos no declarados.